Reconozco que de un (largo) tiempo a esta parte, la avalancha de antiutopías, distopías o simples futuros chungos disfrazados de tales que aparecen por doquier, ya me resulta un pelín cansina, e incluso contrarrevolucionaria. Yo es que soy de la vieja guardia del Partido, de los que le tenían un poco de manía a Revolución en la granja de Orwell, no por sus méritos o deméritos literarios, sino por su carácter de cachiporra al servicio de los apologetas del vivimos en el mejor de los mundos posibles. Ya más en serio, es cierto que la naturaleza humana es profundamente imperfecta y jode casi todo lo que toca, que la cruda y sucia realidad se da de ostias con el prístino mundo de las ideas y que en teoría funciona hasta el comunismo. En teoría. Pero es que ha llegado un momento en el parece que tener convicciones políticas y aspirar a ponerlas en práctica equivale a convertirse en un tirano en potencia y que lo que se aleje un poquito del capitalismo tecnológico de mercado y la democracia liberal es camino seguro al Holocausto como mínimo. También me apena un poco que, por lo general, la ciencia ficción se afane mucho más en advertirnos de los peligros de poner en práctica las especulaciones político-filosóficas de burgueses ociosos, que en imaginar de forma más o menos rigurosa otros sistemas económicos, sociales y políticos viables y diferentes al que disfrutamos ahora. Y Kirinyaga viene a confirmarme esta pequeña frustración con el género.
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Cuentos para Algernon. Año III, selección de Marcheto
Han pasado cuatro años desde el nacimiento de Cuentos para Algernon, un proyecto donde mensualmente se traduce ciencia ficción, fantasía y terror de los autores más señalados que publican en las revistas anglosajonas. Cuatro años de una web amateur cuya impulsora, Marcheto, ha dado a los aficionados la oportunidad de conocer levemente la actualidad del relato en EEUU y Gran Bretaña. Entre los escritores seleccionados tanto ha habido nombres aquilatados como otros más desconocidos, en su mayoría apenas traducidos en España. Esta apuesta en un contexto de mercado en contracción donde la narrativa breve, muy especialmente en el formato antología no temática, tiene un hueco cada vez más reducido, dota a Cuentos para Algernon de su incomensurable valor añadido. Año a año me acerco a estos volúmenes recopilatorios, liberados como el resto de su web de manera gratuita, para participar de esta celebración del relato sobrina nieta de cabeceras como Nueva Dimensión, las Selecciones de Bruguera o las más recientes Artifex o TerraNovas&Co.
Por empezar por un clásico, en este Año III destaca Avram Davidson, un escritor cuya relevancia en España se ha perdido. Como parte del especial de humor se presenta “El hornillo eslovo”. En él plasma el desarraigo de las segundas y terceras generaciones de inmigrantes, el olvido de ese bagaje de usos y costumbres mantenido por sus antecesores durante siglos, mientras se las ingenia para recordar el choque cultural de la primera generación al llegar a su país de adopción y las estúpidas diatribas étnicas arrastradas hasta el nuevo continente. La brillantez está en el ingenio detrás de cómo germina cada faceta a través de la narración y unos diálogos con chispa. Me ha dejado con las ganas de leer más historias suyas.
Los premios irrelevantes de un género obsoleto
Doy por supuesto que quienes me lean conocen ya la polémica en torno a las candidaturas a los premios Hugo de este año, los considerados tradicionalmente como más relevantes en el campo de la literatura de ciencia ficción. Para no repetirme, remito a quienes aún no estén al corriente a las explicaciones brindadas de forma bastante completa en:
- “Are the Hugo nominees really the best sci-fi books of the year?“, de Damien Walter (The Guardian)
- “How the Hugo Awards got very own GamerGate“, de Elizabeth Minkel (New Statesman)
- “Science Fiction’s White Boys’ Club Strikes Back“, de Jeet Heer (New Republic)
- “La intolerancina en el género“, de Alexander P. García (Donde acaba el infinito)
Bien, lo que me sorprende una vez más es que la mayor parte de los análisis que he leído sobre lo ocurrido se queden en lo superficial. Por descontado, resulta bastante molesto, y dañino, que unos premios con cierta trayectoria y prestigio caigan en manos de grupos organizados, sean una banda de simpatizantes de la Asociación del Rifle (los Rabid Puppies) o un grupo de añorantes de lo tiempos en que la cf era tan, tan chachi y supermaravillosa (los Sad Puppies). Sin embargo, creo que la equivocación están en considerar lo sucedido como enfermedad y no como síntoma. Porque los Hugo vienen pochos de tiempo atrás. Hace mucho que no son los galardones que una vez premiaron de forma consecutiva a Los propios dioses de Asimov, Cita con Rama de Clarke y Los desposeídos de Le Guin. Esto no es más que la constatación del desastre.
Recapitulemos.
Lo mejor de 2006
Uno de los proyectos que quedó colgado con el cierre de Cyberdark fue el de hacer una selección comentada del mejor material publicado durante el año anterior. Y como C viene a ser su hijo pequeño hemos decidido llevar adelante esa idea continuando con el patrón con el que preparamos las listas de «fundamentales».
Pedimos a una veintena de nuestros colaboradores que elegiese una de las mejores novedades aparecidas durante el 2006 y la añadiesen a la lista que, poco a poco, fue cobrando forma. Dieciocho accedieron a participar y cada uno ha escrito un comentario de alrededor de 300 palabras que, una vez reunidos, os ofrecemos en el presente artículo.
Supongo que, como suele ocurrir, a muchos la selección les puede resultar insatisfactoria porque o bien falta (o sobra) algún título o el proceso de selección parece escasamente adecuado. Independientemente de esto, creemos en la utilidad de la presente lista, interesante a la hora de localizar algunos de los mejores libros publicados durante el año pasado sin distinción de géneros, países de origen, autores, editoriales,… Diechiocho opciones de lectura que dan muestra de que si bien el nivel ha bajado respecto al excelente 2005, el 2006 puede considerarse otro buen año para la literatura fantástica en España.
Los títulos elegidos son los siguientes:
- Axiomático – Greg Egan
- El atlas de las nubes – David Mitchell
- El fin de mi vida – Graham Joyce
- El río de los dioses – Ian MacDonald
- El privilegio de la espada – Ellen Kushner
- El profeta guerrero – R. Scott Bakker
- Franco. Una historia alternativa – Varios autores
- Kafka en la orilla – Haruki Murakami
- La fábrica de pesadillas -Thomas Ligotti
- La torre de la golondrina – Andrzej Sapkowski
- Las mentiras de Locke Lamora – Scott Lynch
- Leyes de mercado – Richard Morgan
- Los hijos de Anansi – Neil Gaiman
- Lunar Park – Bret Easton Ellis
- Relatos japoneses de misterio e imaginación – Edogawa Rampo
- Señores del Olimpo – Javier Negrete
- Su cara frente a mí – Luis Ángel Cofiño
- Sueños nuevos por viejos – Mike Resnick
Sueños nuevos por viejos, de Mike Resnick
Es en las distancias cortas donde la fragancia de un hombre se la juega. Así rezaba el eslogan publicitario de una famosa colonia masculina, un lema perfectamente aplicable a una colección de relatos. Un escritor puede tener cierto éxito con sus cuentos si son un poco originales y tienen un estilo propio característico, dentro de una revista o una antología de varios autores. Pero es en una colección donde se verá si sus relatos son sólidos, tiene una variedad de registros e, incluso, si su «voz» es realmente propia o es tan sólo una pose; si repite esquema, tono y artificios literarios una y otra vez, se pondrá rápidamente de manifiesto.
En la literatura fantástica actual hay pocos escritores como Ted Chiang o Zoran Zivkovic que rayen a gran altura. En el caso que nos ocupa, viendo el palmarés de premios que tienen sus relatos, podríamos intuir que Mike Resnick también estaría entre ellos. Cuando el lector se sumerja en esta antología verá que su intuición era correcta; pese a que algunos de ellos son más bien discretos la mayoría resultan notables y unos pocos realmente extraordinarios. Lo primero que llama la atención es la versatilidad temática y la gran facilidad que demuestra Resnick a la hora de mezclar géneros literarios. Pero, sobre todo, sus cuentos son una disección de las relaciones humanas y una reivindicación de otra forma de vida distinta a la occidental.