Domingo Santos, In Memoriam

Pedro Domingo Mutiñó

Hacer un panegírico de alguien es siempre complicado sobre todo si ese alguien lo consideras una figura relevante en tu ámbito vital. Me enteré del fallecimiento de Domingo Santos, nacido Pedro Domingo Mutiñó, por un whatsapp de mi amigo Rafael Marín que a su vez había recibido una llamada telefónica de Ángel Torres Quesada al que la familia de Santos le había comunicada la triste noticia. Santos y Torres fueron amigos durante muchos años y mantuvieron esa amistad hasta el final. La muerte de Santos ha sido muy dura para muchos, en especial para su familia, y en particular para Torres.

Precisamente conocí a Santos a través de Ángel Torres que me lo presentó en la HispaCon de Barcelona en 2002, creo recordar. Él había colaborado en un libro en el que yo también participaba, La ciencia ficción española de editorial Robel y después de la presentación del mismo, en la barra del bar—benditas barraCones—, Torres me presentó a Domingo Santos, desde ese momento Pedro. En esa ocasión tuve la oportunidad de conocer en persona a un mito viviente, nada más y nada menos que ¡uno de los responsables de Nueva Dimensión!, la revista que me llevó a comprender que no estaba solo en el mundo de la ciencia ficción y la fantasía. Porque hasta que ND cayó en mis manos me consideraba un rara avis en mi ciudad natal, Cádiz, casi un marginado en cuestión de literatura fantástica. Nadie en mi entorno compartía mis aficiones, y eso me hacía un solitario, al menos en ese aspecto. La creación de ND por parte de Domingo Santos, Luis Vigil y Sebastián Martínez, tuvo lugar en 1967 y su primer número se lanzó en enero de 1968. Para aprovechar la distribución de Pomaire, la revista tuvo un formato igual a la francesa Planète, que en su edición española imprimía esa editorial. Así nació el peculiar formato original de ND. Este sería uno de los mayores logros de Pedro como editor: mantener una revista de ciencia ficción en España durante 15 años y 148 números.

Pero la revista no fue su forma de vida. Digamos que ND era casi un hobby para sus creadores. Pocos beneficios daba y sí mucho trabajo, por lo que debían dedicarse a otras tareas para poder comer. Pedro enfocó una de sus labores en la traducción que compaginó con la edición y con la escritura de la que hablaré más adelante. Por ejemplo fue el traductor de Forastero en tierra extraña, de Robert Heinlein, A vuestro cuerpos dispersos, de Philip José Farmer o Dune, de Frank Herbert.

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Los vientos del olvido, de Ángel Torres Quesada

Los vientos del olvido

Los vientos del olvido

La experiencia que dan los años de oficio afortunadamente se notan. En un oficio tan antiguo como éste de contar historias, eso se traduce en saber encontrar las claves del relato para mantenerlo vivo y, así, cautivar al lector.

Los vientos del olvido parte de una premisa sociológica realmente impactante: en un futuro cercano, cansados del fanatismo religioso musulmán, las otras religiones comienzan un exterminio brutal, que erradica a los practicantes de dicha religión de la Tierra. Sin embargo, unos poco logran escapar y llegan a otro mundo, donde comienzan una nueva vida renegando del planeta madre y de la tecnología. Muchos siglos más tarde, el narrador nos lleva a ese nuevo planeta, ar-Rasul, y nos cuenta un relato de aventuras, ubicado en una especie de Edad Media medieval con leves toques de fantasía.

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Fabricantes de sueños 2005

Fabricantes de sueños 2005

Fabricantes de sueños 2005

Fabricantes de sueños puede parecer, a primera vista, una antología de relatos un tanto presuntuosa. Pretende recoger, nada más y nada menos, los mejores cuentos de ciencia ficción, fantasía y terror publicados cada año en España. Sin embargo en el mercado anglosajón es de lo más corriente encontrar títulos como The best science fiction of… así que la A.E.F.C.F.T. hace muy bien en seguir patrocinando este tipo de libros por más que muy a menudo no dejen de tener un cierto carácter subjetivo, en función del número de páginas –unas 240– y de las opiniones de cada antologista.

El volumen correspondiente a 2005, que recoge lo mejor de 2004, ha sido seleccionado por José Carlos Canalda, Antonio José Cervero y José Vicente Ortuño. Y aunque, como es casi obligado en este tipo de proyectos, es un tanto irregular no es menos cierto que merece la pena hacerse con él, más que nada por la existencia de un par de joyas irremplazables. En total nos encontramos con diez cuentos: cuatro de terror, uno de fantasía y cinco de ciencia ficción, aunque queda claro que el miedo es el gran protagonista de este libro ya que tanto el relato de fantasía como uno de los de ciencia ficción funcionan perfectamente dentro de este registro.

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