La hija del predicador, de Juan Díaz Olmedo

La hija del predicadorEsta novela tiene una cosa buena por encima de cualquier otra: recupera a Juan Díaz Olmedo después de unos años fuera de circulación. Lo hace a través de un western que, cuando funciona, es sobre todo por su esperada inmersión en la fantasía oscura; cómo dota a la historia de frontera tradicional de unos brochazos imaginativos y un punto perverso. Si bien no me ha removido las entrañas de la misma manera que sus mejores historias de terror, imprime al relato de un color que me ha mantenido interesado hasta el final.

Un grupo de colonos busca un lugar donde asentarse en un escenario extremadamente árido. Nada bueno parece llevarles allí, más cuando tienen un guía como el reverendo Blackwood. Este excéntrico hombre de fe parece conducido por una pequeña araña que le susurra palabras al oído. Tras sobreponerse al hambre y la sed, y la visión continua de un paisaje yermo, se topan con un nativo que trata de disuadirles. Él sabe lo que lleva al reverendo hasta allí. Un mal cuya manifestación llegará veinte años más tarde, después de un conveniente salto temporal tras esta puesta en situación.

Cuando La hija del predicador se acerca al “simple” western funciona bien. Sin alardes, Díaz Olmedo maneja con soltura sus códigos y sabe atenerse al discurso que demanda lo que quiere contar. Un estilo lacónico donde las palabras se suceden siguiendo una métrica precisa; las oraciones cuentan acciones o describen situaciones que rara vez se acotan con más de dos detalles; los diálogos en general prescinden de los parlamentos y se mantienen apegados a la sequedad que requiere el lugar narrativo; y la secuencia de descripción, narración, conversación está adecuadamente rota con oraciones que puntean los momentos álgidos.

Sigue leyendo

Artifex Cuarta Época 4

ATE 4

ATE 4

Quizás este Artifex 4 vaya a pasar a la historia por ser el último en el que colabora Julián Díez como antologista, probablemente cansado de una labor tan farragosa como agotadora. Y quizás sea este el momento de reconocer públicamente la inmensa labor que ha hecho, junto a Luis G. Prado, a lo largo de los 16 volúmenes que forman esta colección y en los que, posiblemente, hayan aparecido las mejores narraciones cortas de género de los últimos tiempos escritas en nuestra lengua.

Dicho esto, es una pena que la retirada de Julián Díez no haya coincidido con un tomo más vistoso y logrado. Si comparamos con los tres últimos números de esta Tercera Época, hay que reconocer que Artifex 4 es el más flojito, lo que, me apresuro a recalcar, no significa que sea malo, ni mucho menos. Es una antología de lo más interesante, pero no alcanza las excelencias de sus tres antecesoras. Hay buenos relatos, pero ninguno que sobresalga de una forma destacada por encima de la media.

Sigue leyendo

Paura 3

Paura 3

Paura 3

La publicación de este Paura 3 viene a confirmar el éxito de un proyecto llevado a delante con esfuerzo y tesón por el colectivo Xatafi y respaldado por la editorial Bibliopolis. Dos años después de aquella primera antología de relatos de terror, los volúmenes de Paura se han convertido en una cita anual ineludible para todo buen aficionado a este género. En ellos esperamos encontrar un poco lo que ya es habitual en ellos: algún relato de un autor extranjero poco divulgado en España, muchos cuentos autóctonos, varios autores noveles, algún consagrado y la producción de unos cuantos fijos como Mar R. Soto, Juan Díaz Olmedo o Santiago Eximeno. Y, por supuesto, miedo, mucho miedo…

Fiel a esta fórmula este Paura 3 cumple lo que esperamos. El relato extranjero es en este caso “En el museo hundido” de Gregory Frost. Se trata del primer vuelo de este prestigioso autor, poco traducido al español. Un homenaje a Edgar Allan Poe que recrea en clave de ciencia ficción sus últimos días y que consigue crear un eficaz pastiche de su estilo y obsesiones bastante desasosegante.

Sigue leyendo

Paura 2

Paura 2

Paura 2

Lo primero de lo que uno se da cuenta al observar la nómina de autores en este segundo volumen de Paura al compararla con el primero es que los más conocidos y, por tanto, sonoros han desaparecido del elenco para ceder su puesto a escritores más o menos “noveles”. Sólo Rodolfo Martínez y, en menor medida, Santiago Eximeno se puede decir que son autores consagrados. Sin embargo el resultado no sólo no queda por detrás sino que resulta más compacto y agudo. Lo triste es que no está recibiendo la debida atención del público. Y esto en una publicación que ofrece un número de páginas considerable a un precio la mar de contenido, escama. Más si se considera que está publicado bajo economía de guerra con unos gastos mínimos, en el que selección, corrección y publicación, con un acabado profesional, se realizan por amor al arte y los autores se contentan con recibir los debidos ejemplares como pago por sus servicios.

Además tenemos la calidad intrínseca del material recogido. Cierto, lejos de las añoradas muestras de terror clásico que publica Valdemar –como si fuese una comparación sostenible–, pero con una factura formal consistente y una preocupación por temas muy próximos a nuestro ámbito cotidiano. Para comprobarlo nada mejor que detenerse en el cuento que abre Paura 2, “Dragón podrido”, de Juan Díaz Olmedo, uno de los finalistas del Premio Xatafi-Cyberdark al mejor cuento nacional; una narración inspirada en esos turistas que acuden al sudeste asiático en pos de sexo fácil, barato, ilegal e inmoral. Olmedo, con un aire sórdido, violento y descarnado que recuerda a los mejores cuentos de Clive Barker, relata el encuentro de un españolito a la busca de nuevas sensaciones con un ser de otra era que va a cobrarle en sangre, dolor y vísceras lo que occidente ha tomado de oriente durante centenares de años. Una narración cruda y poderosa que se sustenta en una voz en segunda persona versátil y con un pulso embriagador.

Sigue leyendo