Me gusta el formato de novela corta, más cuando la editorial lo reconoce como tal y no trata de dar gato por liebre con tamaños de letra impropios, márgenes generosos, formatos grandes… Tal es el caso de La Magnífica y su colección de bolsillo donde publica textos de entre 100 y 200 páginas. Narraciones que van al pie al desplegar y desarrollar la historia. Quizá menos trabajadas en la albañilería de mundos o en el desarrollo de personajes a través de la charleta de salón de té y/o romance tal y como parecen demandar ahora las novelas que mejor funcionan entre el gran público. Prefiero otras cualidades cuando se inyectan como es el caso de los dos primeros capítulos de Círculo de traición.
En un 1-2 de manual, en apenas 12 páginas Alister Mairon presenta a los dos protagonistas y un escenario que podía haber sido el Caribe del siglo XVIII pero que sitúa en un mundo secundario con trazas de mitología celta. En el primer capítulo una sacerdotisa, vestida de una manera que sugiere un paganismo impropio de nuestro contexto histórico, ajusticia al antiguo timonel de El Castigo en lo que parece un ajuste de cuentas después de un motín que terminó con su capitán en el patíbulo. Mientras, en el segundo, utilizando medios que apelan a una componente sobrenatural, ayuda a escapar al segundo al mando de El Castigo del presidio donde está encerrado. Su compañero en la caza de los supervivientes que promovieron el golpe, cuyos nombres quedaron escritos en una lista que se convierte en la herramienta para descubrir al promotor que puso en marcha la revuelta. Una figura enigmática que se revelará en un clímax digno de las mejores historias de capa y espada.