Ahí fuera gritando. Una antología de black horror, selección de Jordan Peele

Ahí fuera gritandoHubo un tiempo en el cual la traducción de antologías de terror era algo cotidiano. Entre finales de los 80 y principios de los 90 del siglo pasado, especialmente en Martínez Roca, se pudo disfrutar de un formato ideal para el terror en una vigorizante sucesión de libros. Los que mejor recuerdo (Horror 2) acudían a volúmenes con los mejores relatos de x publicación (la revista Twilight Zone, The Magazine of Fantasy & Science Fiction) o giraban alrededor de otras cuestiones, como dar espacio a gente aquilatada (Visiones nocturnas con Stephen King, Dan Simmons y George R. R. Martin) para que dispusieran de esas páginas a su antojo. Incluso en los menos logrados, siempre emergía algún relato que salvaba la selección; permitía disfrutar de las verdades del barquero sobre nuestro mundo, sorprenderse ante la vuelta a algún lugar común, asustarse con desarrollos más allá de la norma… Ahí fuera gritando recupera ese espíritu a partir del denominado “black horror“.

Según se publicita, Jordan Peele ha invocado a docena y media de afrodescendientes para componer un menú que despliegue la experiencia vital de la minoría mayoritaria en EE.UU; historias destiladas a partir de los miedos dominantes entre la población negra, cocinados a partir de elementos clave de una cultura construida con retales de los lugares de donde fueron esclavizados. Me refiero a la campaña de mercadotecnia porque, en general, estos libros se componen con la colaboración de un staff editorial en el que al menos otra persona suele colaborar con el gran nombre que se pone en la cubierta delantera y redacta el prólogo. Pero si el director de Déjame salir, Nosotros o ¡NOP! ha orquestado Ahí fuera gritando en solitario, está bien informado del actual panorama de escritores. Nalo Hopkinson, Nnedi Okorafor, N. K. Jemisin, P. DJèli CLark, Rebecca Roanhorse… De los más conocidos a este lado del terror y la fantasía oscura, apenas me faltan Victor LaValle y Nana Kwame Adjei-Brenyah.

Se puede discutir si ese “black horror” puede venir exclusivamente de escritores pertenecientes a esta minoría. George Romero compuso su obra más recordada e influyente con una parte de la materia fundacional de esta antología; Matt Ruff sostuvo todo Territorio Lovecraft alrededor de la xenofobia consustancial a la sociedad estadounidense del siglo XX… Pero esta conversación alejaría el foco de lo más relevante. Los mejores cuentos de Ahí fuera gritando saben mirar al presente y explorar los temores de la población negra contemporánea. En sus mejores ficciones, acudiendo al crisol norteamericano para erigir una experiencia única. A la postre, un contraejemplo casi continuo para quienes defienden que todo sobre lo que se sostiene la antología es un constructo ideado por estudios universitarios deseando hacerse un nicho artificial que busca imponer en la realidad lo que idea en los despachos.

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Jordan Peele y James Tiptree, Jr.

NopNop / Nope es la tercera película de Jordan Peele, después de Déjame salir y Nosotros, y es, con mucho, la que más me ha gustado. Menos discursiva que las otras, que estaban bien pero veías por dónde iban, Nop es pura imagen, pura fascinación que no quiere explicarse. (En este sentido recomiendo la reseña de John Tones en Xataka, donde explica mejor este tema de no saber por dónde van los tiros de la película). Otras reseñas mencionan influencias de Tiburón, de Señales, de (la ultra reivindicable) Temblores, y sí, creo que todo eso está o puede estar ahí, pero también creo que si hay una película de Spielberg presente en el recuerdo de Nop esa es Encuentros en la tercera fase. De todos modos, por mucho que estén todas ahí, lo realmente importante es que Peele ha reformulado sus referentes, que no son pocos, en esta emulsión de western, ciencia ficción y terror que no pretende contarnos una gran historia ni tiene grandes sentencias. O, si las tiene, están disimuladas, atenuadas por el conjunto del imaginario.

Es como si con sus dos primeras películas Jordan Peele nos hubiera estado hablando o explicando, solícito, sus tesis, y con esta hubiera preferido callarse para mostrarnos solamente una imagen. Fascinante imagen de ciencia ficción lúgubre que me ha recordado a uno de los mejores cuentos del siglo XX, que sin mucha sorpresa es “Amor es el plan, el plan es la muerte / Love is the Plan, the Plan is Death“, de James Tiptree, Jr. Una obra maestra. (Como todo el mundo sabe, claro).

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Territorio Lovecraft, de Matt Ruff

Territorio LovecraftEl supremacismo anglosajón de H. P. Lovecraft es un tema ampliamente tratado. Lo que difícilmente podía pensar es que esta postura, más allá del terreno de la no ficción, sirviera de abono para una novela como Territorio Lovecraft, escrita hace tres años y recién publicada en España por Destino, con traducción de Javier Calvo. Matt Ruff se nutre de esa xenofobia, compartida por parte de la población blanca de EE.UU., y del pulp clásico de Weird Tales, para alimentar la maquinaria de un conjunto de historias entrelazadas que comparten personajes y acontecen en unos años 50 del siglo pasado cuando la mentalidad segregacionista estaba grabada a fuego en el ADN del país.

Además de la primera historia, “Territorio Lovecraft” es el epítome de las otras siete incluidas en el libro. Su protagonista, Atticus Turner, regresa a Chicago para encontrar que su padre se ha desplazado hasta un misterioso condado de Nueva Inglaterra particularmente hostil para los afroamericanos, empujado por descubrir el posible origen de la familia de su difunta esposa. Acompañado de su tío George y su amiga Letitia, inicia un viaje hacia el poblado de Ardham para caer en las redes de una logia de hombres blancos regentada por los Braithwhite, Samuel, el padre, y Caleb, su hijo, descendientes del hombre que a finales del siglo XVIII orquestó un macabro ritual durante el cual murieron todos los celebrantes. Este misterio, la salsa del pulp entre el horror y el weird, durante muchas páginas parece una cuestión menor si se lo compara con las muestras de racismo explícito e implícito a lo largo y ancho de la geografía de Territorio Lovecraft. Sigue leyendo