Hasta el momento, existe una cierta unanimidad alrededor de El rey Lansquenete, probablemente el título de ciencia ficción española más destacable del año. Una obra en la frontera entre el relato largo y la novela corta, cuidada tanto a nivel formal como de fondo en la cual destacan su narrador y un desenlace del todo coherente con su desarrollo. Había expectación sobre si su autor, Santiago García Albás, sería capaz de mantener el nivel en las otras tres Cybersiones que quedaban por publicar; historias sin relación argumental y escritas a lo largo de varios años para ser presentadas al premio Alberto Magno. Pues bien, tras leer Delirios de grandeza las expectativas no se quiebran; si bien no me parece tan redonda como El rey Lansquenete, ha logrado una historia sólida y de un calado notable..
Marcos Solarza se gana la vida vendiendo paquetes de Sensolux; unos módulos que enriquecen la experiencia perceptiva de sus usuarios con todo tipo de sensaciones olfativas, visuales, gustativas… Hombre de recursos, tan zalamero como ambicioso, es un astuto “depredador” en un entorno difícil de precisar porque habita una realidad construida gracias a la interacción de los diferentes usuarios que coinciden en un determinado lugar, cada uno contribuyendo según su “nivel” socioeconómico, viviendo y transmitiendo su propio grado de “excelencia”. Sin embargo su carrera queda truncada y se ve obligado a sobrevivir como un doblecero; los parias que han perdido sus complementos y experimentan el mundo tal y como es.