Residuos, de Tom McCarthy

Residuos, de Tom McCarthyLlego a Residuos tras la brillante Satin Island y consciente de haber encontrado a un autor capaz de aportar una visión propia sobre nuestro desorientado presente, algo complicado en un mundo a veces demasiado conservador en sus ideas. Escrita por Tom McCarthy en 2005, Lengua de trapo la tradujo al español en 2011 y pasó más o menos desapercibida en su momento hasta ser prácticamente olvidada. Ahora se vuelve a hablar de ella tras la reciente apuesta de Pálido fuego por el autor inglés.

El protagonista de Residuos ha sido víctima de la caída de un objeto tecnológico desde el cielo. No recuerda qué pasó exactamente y además firma un millonario contrato a cambio de no hablar jamás sobre este incidente. Aunque la abrumadora cantidad de dinero soluciona su futuro, el proceso físico y mental que ha dedicado a la rehabilitación le ha dejado trastocado. Su dañado cerebro se ha visto obligado a aprender a mover su cuerpo de nuevo, a ser consciente de lo que significa dar un paso, los incontables movimientos necesarios desde el cuello hasta el último metatarsiano de cada pie. El conocimiento del nivel de detalle y concentración que requiere el más mínimo gesto ha hecho mella en su percepción.

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El hombre en el castillo, de Philip K. Dick, y El hombre en el castillo, según Frank Spotnitz

El mapa

Los dos volúmenes dedicados por Cátedra a sendas novelas de Philip K. Dick son un ejemplo de cómo se debe recuperar un clásico de la ciencia ficción. Nuevas traducciones, un formato agradable, estudios que alumbran las facetas más atractivas del título en cuestión, el autor, la época en que fueron creadas… Y algún contenido extra. En el caso de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, Julián Díez acompañaba su magnífico ensayo de una enumeración con las diferentes adaptaciones al cine de la obra de Dick; un listado imprescindible para reafirmar su posición como escritor de ciencia ficción más influyente en la actualidad. Su figura ha trascendido sus narraciones y se ha ramificado hasta niveles que bien merecerían un estudio detallado. No obstante, tras mi reciente relectura de El hombre en el castillo, aprovechando el estreno de la segunda temporada de su adaptación a la televisión, también me ha llevado a la pregunta de hasta qué punto ese ascendiente se corresponde con lo que dejó por escrito, con lo que los guionistas entendieron y plasmaron después en las películas, con lo que pudieron verse obligados a potenciar o reducir para adecuarlo a las exigencias de la pantalla (dejando otras caras ocultas)… Un suculento debate al cual la producción de Amazon se presta desde múltiples vertientes.

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