Breaking Bad o La lujuria por el poder

Breaking Bad

…the words
in this poem are performative.

Cynthia Cruz

Y entonces dar vuelta la caída
y volver a caer.

Roberto Juarroz

De la infinidad de cosas que se pueden decir sobre Breaking Bad[1], me quedo con la siguiente: a lo que más se parece es a The Power Broker, de Robert Caro. Si vemos la serie contra el telón de fondo de ese libro, de ese profundo estudio sobre el poder político, veremos que el poder y sus consecuencias se erigen como columna vertebral de la serie. Pero vamos a ver, ¿estás seguro? ¿Qué clase de broma es esta? Y ¿qué es The Power Broker y quién es este Caro? ¿Qué está pasando aquí? Breaking Bad es una involución moral. Una caída al abismo. Bueno, pero no sólo.

El sistema sanitario norteamericano, tan sangrante que, en comparación, el crimen parece una recomendable alternativa para sufragarte los cuidados que necesitas para sobrevivir, está en el punto de mira de la serie, sí. Y la evolución de los personajes, protagonistas y secundarios, con sus cambios de intención y de pareceres, nos acerca en primer plano la compleja naturaleza humana. Pero si hay algo destacable en la serie es, como digo, el estudio que hace del poder. No necesariamente del poder político, como sí hace Robert Caro en su libro-ciudad, sino del poder a secas, del poder como elemento desestabilizador que cambia todo lo que toca.

Que Walter White cae en picado es algo que se ve a primera vista. Que tiene un motivo para caer, también: está enfermo y quiere mantener a su familia y, dado el funcionamiento abusivo del sistema sanitario, no ve más remedio que meterse en el submundo de la droga. Pero en esa caída se encuentra con el poder, inesperadas alas que le cambian y cambian sus motivos para seguir con la fabricación y distribución masiva de la droga sintética, y en eso destaca la serie con intimidante exactitud: el poder te cambia y, como veremos, te revela.

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