Satán es real, de Charlie Louvin con Benjamin Whitmer

Satán es realEsta historia de los hermanos Louvin, desde su infancia hasta la muerte de Ira en accidente de coche a mediados de los años 60, puede resultar atractiva. Te acerca al nacimiento y el arraigo de la pasión por la música y, sobre todo, ayuda a entender la importancia del country y el gospel entre la población blanca rural del cinturón de la Biblia. Las jornadas de trabajo interminables, una convivencia familiar dura, unas aspiraciones vitales limitadas, la resignación ante las cornadas del sistema… se dejan sentir en cada recuerdo mientras uno de los integrantes del dúo, Charlie, rememora esa vida desde una cierta nostalgia, sin evitar detalles escabrosos casi siempre referentes a su hermano Ira y su relación con el alcohol y sus diferentes mujeres.

En esta sucesión de recuerdos hay detalles vívidos, como la problemática relación con un padre estricto a través de todas las tensiones aparejadas a llevar al límite sus normas. También seduce ver el tránsito de fan a leyenda de la música a través de numerosas anécdotas. Por ejemplo, observar cómo un joven Johnny Cash asistió a un concierto de los Louvin en una situación espejo de un momento vivido por ellos mismos cuando tenían su edad. Igualmente, da una medida de la dureza de la vida del músico de conciertos de finales de los 40 y los 50: compaginar trabajos de 9 a 5 con largos viajes por carretera hasta cualquier lugar donde tuvieran un bolo para, muchas veces, sacar unas decenas de dólares antes de regresar de madrugada para retomar la jornada laboral.

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