Es raro a estas alturas de la vida encontrarse con autores que lo enamoren a uno a primera lectura, pero Kelly Link logró hace algún tiempo tal proeza. Se trataba de un relato titulado “Louise’s Ghost”, recogido en una de las recopilaciones anuales de Ellen Datlow y Terri Windling y que lograba dar un nuevo sentido a la historia de fantasmas contemporánea mediante un adorablemente excéntrico sentido del humor, una iconografía surreal y una consciencia melancólica y sensual de los sinsabores de la existencia humana. Treinta páginas bastaron para que me apuntara el nombre en la memoria, y desde entonces la reputación de Kelly Link no ha dejado de crecer en el ámbito anglosajón, mientras que su carácter inclasificable la ha convertido en una de esas firmas que se mantienen por debajo del radar de los editores españoles. Demasiado caprichosa e imaginativa para los lectores de literatura general, demasiado de arte y ensayo para los lectores de género.
Es difícil describir los cuentos que componen el segundo libro de Link, Magic for Beginners. Su retrato minimalista de las pequeñas angustias de las clases medias suburbanas podría recordar a Raymond Carver, pero a la vez su surrealismo «pop» de constante trasfondo ominoso tiene mucho de David Lynch, pero sólo si David Lynch cultivase un humor sutil y lacónico como el de Neil Gaiman en un día inspirado. Algunas piezas replantean en clave irónica o perversa los clásicos cuentos de hadas, otros se adentran en una visión insólita de la cotidianeidad que desemboca en finales enigmáticos que provocan al lector para que saque sus propias conclusiones.