En esto de empezar una tarea común creo que hay que precisar los parámetros de cada uno, pues seguro que habrá diferencias. Mi planteamiento ha sido el de dar a un lector que no conozca el género, pero tenga curiosidad por él, un material que le resulte informativo, que le proporcione una panorámica interesante, y que tenga calidad literaria suficiente. Una mini biblioteca barata, variada y significativa.
He contado en muchas ocasiones que, en contra de lo que parece ser experiencia común, yo no he enganchado a nadie al género por Asimov y Clarke. La razón es, creo, que quien está interesado ya de por sí en las posibilidades de la cf llega de manera automática a través suyo. Si alguien no ha leído cf y quiere información, es porque ya descartó previamente a estos autores evidentes, también a Wells y quizá incluso a Bradbury, así como a novelas como Dune o El juego de Ender (que, por otra parte, ya he escrito muchas veces que me parece muy mala, pero ése es otro tema).
Hay que dar otros nombres y títulos; en algunos casos muy obvios para los lectores tradicionales, una parte cada vez más reivindicados en el mundillo académico, pero todavía lejos de buena parte del lector/a culto medio que se ha resistido hasta ahora al género por prejuicios o falta de tiempo, y que es al que me dirijo (así como al lector/a ya con algún fundamento y que busque saber de obras que alguien pueda considerar «esenciales» y le hayan pasado inadvertidas).
Dicho esto, con la idea de quedarme en 35 euros (sin contar gastos de envío) y descartando libros de primera edición más reciente que suelen estar más caros, la sorpresa inicial que me encontré es que hay un par de autores que para mí son imprescindibles y cuyos libros están carísimos de segunda mano. El primero es J. G. Ballard. Quién lo habría adivinado: no he dado con ninguna de sus obras básicas por menos de doce euros, y algunas tienen una cotización verdaderamente de coleccionista. Y pensar que en vida el hombre no se comió un colín de los buenos de verdad más que con El imperio del sol, que es la que ahora se encuentra por cualquier lado…
El otro es Stanislaw Lem, pero aquí hay que hacer una salvedad. Voy a confesar que no soy tan, tan fan de la obra de Lem en su conjunto: si no puedo encontrar Solaris, El invencible o los Diarios de las estrellas por menos de diez euros, prefiero incluir aquí a otros autores antes que colocar títulos que creo que pueden resultar demasiado difíciles a un lector convencional, tipo Edén o Fiasco, y de los que tampoco soy tan entusiasta. Lo mismo me ha ocurrido con alguna otra novela que considero fundamental, pongamos Stalker de los hermanos Strugatski.
Bien, dicho todo esto, vamos con mi cesta de la compra, según precios encontrados el pasado 7 de marzo (que quizá ahora no estén disponibles) y por orden alfabético de los autores.
4 euros. Brown, Fredric. Lo mejor de Fredric Brown.
Volumen de una colección de bolsillo de breve existencia cuando nació Ediciones B, donde se publicaron varios títulos de forma paralela a Nova que luego no se recuperaron. Este presenta bajo el título original estadounidense todo el material que previamente tuvo muchísima difusión en ediciones de Bruguera como El ratón estelar y Ven y enloquece. Los tomos con los relatos completos de cf de Brown que luego publicó Gigamesh son admirables, pero lo cierto es que todo lo que cualquier lector del género recuerda del autor está aquí: las sorpresas, los golpes contundentes, el manejo modélico de tiempos e información en escasísimas páginas. Simplemente, no conozco a nadie que no le haya gustado este libro (o los dos mencionados). Seguro que sale el original de turno en los comentarios, pero apuesto a que lo hará para llamar la atención.
2 euros. Dick, Philip K. Ubik.
Las excelentes ventas de este título por parte de La Factoría de Ideas, que lo requetepublicó en bolsillo, nos permite encontrarlo de segunda mano a precios de risa basilisa. Curiosamente, las ediciones posteriores de Minotauro son muy caras. Honestamente: no es la novela de Dick que me gusta más (podría decir al menos cuatro por delante, alguna de ellas poco cacareada hoy como Tiempo desarticulado). Pero es muy, muy representativa del autor, que a estas alturas ya nadie discute que es un nombre clave (¿el nombre clave?) en la reivindicación de la ciencia ficción como literatura consustancial al zeitgeist del aquí y ahora. Y es que, la verdad, sus temáticas en las que la realidad se difumina ya no resultan tan chocantes al lector medio, aunque yo creo que sus giros de trama sí pueden descolocar.
3 euros. Disch, Thomas M. Campo de concentración.
Recuerdo al menos tres personas a las que presté este libro (justo esta edición que encuentro tan barata, la de la editorial Adiax) en el primer periódico en el que trabajé y que luego comenzaron a leer ocasionalmente ciencia ficción. Siempre lo pongo como ejemplo: querían otra cosa del género que no fuera la que tenían en sus prejuicios, y la encontraron en esta novela perfecta, pese a las quejas que he leído alguna vez sobre su final. Disch, hay que hablar más de Disch, de hecho habría que hablar todo el rato de Disch. Del autor de 334, En alas de la canción y Los genocidas, al que nadie apreció como grande y que se terminó quitando la vida. Este retrato del totalitarismo, con sensibilidad a las minorías, con personajes que dejan huella, se lo deberían tragar todos los puñeteros adanistas que nos asolan, a ver si aprenden algo. Se publicó hace 55 años, joder. La cf estaba allí, en ese sitio al que ahora dicen haber llegado, hace 55 años.
3 euros. Sheckley, Robert. Paraíso II.
No es mi antología favorita de Sheckley, pero él tenía que estar. El ejemplar que encontré es la primera edición de Nebulae, una de portada monocroma que es de hecho anterior a la que yo mismo leí y conservo. Honestamente: no recuerdo la gran mayoría de estos cuentos. Pero he leído en algunos casos y releído en otros varias antologías de esa época de Sheckley en los últimos cinco años o así, y en serio, sigue siendo muy divertido. Una forma de trabajo propia, fresca, con la precisión de los bu-nos episodios de sitcom clásica en los que los detalles triviales del principio forman parte del caótico e inevitable desenlace final. También con una buena dosis de crítica social y una cierta misantropía bonancible, si es que puede existir tal cosa. Por cierto, en este volumen está, y ese sí le recuerdo bien, «Problemas con los nativos». Me pareció en su momento un cuento MUY gracioso. Y una parábola sobre el racismo y el colonialismo casi definitiva, escrita hace casi setenta años.
8 euros. Le Guin, Ursula. Los desposeídos.
Bueno, en algún momento me lo tenía que gastar. He elegido que sea en la que es una firme candidata a ser la mejor novela de ciencia ficción jamás escrita, o al menos una de las cinco o seis que estarían seriamente en la conversación, y que además está escrita por una mujer, que si no esta lista al ser de libros de hace años va a resultar demasiado poblada de señoros (vendrá otra autora, en cualquier caso). Si analizo por qué me gusta tanto este libro, además de por estar maravillosamente escrito por una persona de inteligencia y sensibilidad sobresaliente, creo que puede ser porque aúna las dos temáticas que más me atraen de la ciencia ficción ya a estas alturas: la reflexión política y los escenarios espaciales. Pocas veces se ha conseguido escribir tan en serio con un escenario extraterrestre, utilizándolo como vehículo para la parábola deseada, y quizá ninguna con esa sutileza ideológica. En fin, muy grande. Le Guin, por cierto, tampoco es una autora barata de comprar en el mercado de segunda mano en general.
2 euros. Pohl, Frederick. Pórtico.
¡Y nada menos que la edición en tapa dura de Círculo de Lectores! Creo que mi gusto por la tapa dura es una de las pruebas de mi envejecimiento. Pórtico es también una combinación excelente entre aventura espacial y especulación sociológica, como no cabría esperar menos del mejor escritor en ese terreno específico en la historia de la ciencia ficción. Además tiene de su lado el vértigo, por supuesto: esa gente que se sube a naves sin rumbo conocido, con la posibilidad de volver con su vida resuelta o muy probablemente no hacerlo jamás. La ambientación extrañamente de frontera. El psicólogo robot. También, lamentablemente, la constatación de las dificultades de hacer continuaciones: la cf, en buena parte, consiste en no explicarse del todo. Cuando Pohl lo hizo luego, la fastidió.
5 euros. Silverberg, Robert. Muero por dentro.
De nuevo un buen precio cortesía de una edición de Puzzle, la colección de bolsillo de La Factoría de formato feúcho y que pasó más bien sin pena ni gloria pero en la que se reeditaron unos cuantos libros de interés. Silverberg, claro: el escritor de ciencia ficción con más novelas que merecen un siete, incluso un ocho, condenado al olvido por no tener ningún diez y por trabajar temáticas muy descarnadamente de cf que no son de tan fácil digestión para el público general. Pero si se está consiguiendo con Le Guin, ¿no le llegará el turno? Muero por dentro, que cuenta con buena parte de las cualidades de Silverberg, con su escritura intensísima, su imaginación y su concisión en el desarrollo, tiene además un tema bastante asequible, el del telépata solitario, en el que se ha convertido en obra de referencia.
5 euros. Tiptree Jr., James. Cantos estelares de un viejo primate.
Cuando hace veinte años encuesté a otros lectores de fiar sobre los mejores relatos de ciencia ficción del siglo XX, el autor con mayor presencia fue nuestra querida Alice Sheldon. Inteligente, divertida, épica, raruna… Se me ocurren decenas de calificativos para su literatura, siempre brillante. La verdad es que esta no es la mejor de las tres antologías que tiene publicadas en España (sería la que apareció más tarde en la propia Nebulae, Mundos cálidos y otros), pero es un buen muestrario de su obra e incluye su clásico quizá más irónico, «Houston, Houston, ¿me recibes?», un cuento con detalles tan machirulos que a mediados de los años setenta en realidad ya sólo podía estar escrito en broma, y nadie se dio cuenta. En todo caso, «Su humo se elevó para siempre», «Tu corazón haploide» y «Un momentáneo sabor de existencia» son estupendos también. Lástima de las traducciones: ¿para cuándo todos esos halagos como pionera se traducirán en una reedición en buenas condiciones de una parte no simplemente testimonial de su obra?
4 euros. Vinge, Vernor. Naufragio en tiempo real.
Al fin y al cabo, parte del placer de leer ciencia ficción es pura y simplemente quedarse ojiplático, sentido de la maravilla, efecto atiza. Ese instante, del que ya he hablado muchas veces, en que alzas la vista del libro, y te quedas unos instantes semiestático, intentando digerir la envergadura del planteamiento ofrecido por el autor, e intentas ponerte a la altura del alcance de su imaginación. Se supone que esa sería la misión básica de la ciencia ficción dura, pero no se consigue tantas veces: en unas ocasiones por la caducidad de la innovación (quizá produjo ese efecto en su momento «Doc» Smith, pero hoy sus ideas resultan manidas y su estilo tosco), en otras por la excesiva exigencia al lector para entender la idea. Vernor Vinge se queda aquí (en una segunda parte que no necesita en absoluto de la primera) en el punto exacto utilizando no el espacio, sino el tiempo, con una ambición loca, desmedida, abrumadora. Sus posteriores obras más aclamadas (que son buenas) no alcanzan la perfección de ésta, a mi juicio.
Han sido 36 euros: me he pasado por uno. Y los gastos de envío seguro que suben un pico. Que elimine el lector el que prefiera, o lo encuentre quizá en la librería de segunda mano de su entorno.
Una recomendaciones perfectas!! Gracias por tu tiempo. Tengo algunos sin leer aún y los acabas de subir en mi pila 🙂
Pues con estos títulos sale una biblioteca la mar de apañá, en efecto.
Con respecto al tema Sheckley, nunca está de más releerlo. Cuál no sería mi sorpresa cuando, al leerme “La carga del hombre blanco” de Rudyard Kipling, me di cuenta de que Sheckley se le estaba descojonando en la cara con el cuento “La carga del hombre humano”. Qué cosas se publicaban hace 67 años.
Ojiplaticosmológico.
Ojiplaticoísta.
Ojiplatiquismo.
Ojiplaticada.
Ojiplaticósmico.