¿Por qué la ciencia ficción? De vez en cuando me pregunto por los motivos que provocaron mi acercamiento a este género, que haya leído cientos de libros de él desde hace más de veinte años. Creo que primero me atrapó el enfoque más espectacular y luego me ha mantenido cerca su capacidad para explicar nuestra realidad sin necesidad de agarrarse a las inflexibles reglas (físicas y de perspectiva) que asfixian a la mayoría de historias. Esto último también influye en que cuando hable de mis libros favoritos no señale los más clásicos ni me quede con los que quizá son indiscutibles, sino con los que más me marcaron.
Cuando he presentado novelas me han preguntado en varias ocasiones si me considero un escritor de ciencia ficción. La respuesta es que no, creo que hay autores de literatura realista que me han influido tanto o más y no pienso solo en este género, pero siempre añado que soy un lector de ciencia ficción y eso influye en mi forma de escribir y ver la realidad.
Elegir cinco libros de género es difícil: ¿en qué me baso si cada día puedo cambiar mis favoritos? En fin, vayamos con una selección que tiene sentido en este momento, pero tal vez en otro cambiaría algunos títulos, o la vara de medir.
El hombre en el castillo, de Philip K. Dick (1962)
Philip K. Dick es el autor del que he leído más libros y desde que empecé con él me ha obsesionado por muchos motivos. No consigo encuadrar sus obras en un estadio concreto. A pesar de sus múltiples descuidos y vicios, en su narrativa late un genio al que no supo cuidar y la evidente imperfección de su extensa obra es lo que ha ocasionado que nunca me aparte de su narrativa. El hombre en el castillo no es su novela más redonda ni entretenida, pero creo que en su estructura se concentran gran parte de las inquietudes y pensamientos de Dick. Comprendo la situación de los personajes en la historia, pero ¿por qué esta tristeza que nunca se consuela? ¿Quizá porque la vida y la realidad son accidentes sin respuesta? Dick fue un hombre perdido y sus personajes siempre lo son. En esta novela también hay una gran ucronía, un inteligente juego narrativo y algunos tramos de alta literatura, pero, ay, me quedo con los personajes.
Galaxias como granos de arena, de Brian Aldiss (1960)
Estoy aquí para hablar de mis libros de género favoritos y este tiene que estar entre ellos por el modo en que encajó en mi vida. Antes había leído novelas mejores y algunos clásicos del género, pero cuando llegó a mi vida, con 16 años, me pareció lo más espectacular que había pasado por mis manos. El dominio del tiempo que demuestra Aldiss es digno de un maestro que aprovecha la vastedad para plantear cambios en el ser humano, su devenir, mostrar sociedades distintas, glorias y fracasos. Dicen que no tenemos que darnos tanta importancia como individuos, pero tampoco como seres humanos en este momento histórico. Dentro de miles de años no importará nada de lo que haya hecho ninguno de nuestros coetáneos, menos aún en esta pequeña roca que es nuestra Tierra. La ciencia ficción tiene que romperte en algún momento de tu vida, es el modo de caer en ella, y Aldiss fue un gran culpable en mi caso.
Los desposeídos, de Ursula K. Le Guin (1974)
Ursula K. Le Guin no merece demasiada presentación tras ver cómo se hace justicia con su obra hasta ser hoy día uno de los nombres más conocidos de la ciencia ficción, menos todavía con la que yo considero su obra maestra. A pesar de considerarse un hito en la novela política de cualquier género, tiene el digno don de ser una historia de esta autora, con lo que eso significa: es poco probable que encuentres a alguien que derroche mayor humanidad escribiendo. Para mí Los desposeídos es una novela inabarcable, difícil de describir e imposible de imitar, aunque haya leído algunos intentos.
En alas de la canción, de Thomas M. Disch (1979)
Llegas a Thomas M. Disch casi de casualidad, te asombra, lees todo lo que ha publicado y pronto te das cuenta de que apenas tienes con quién hablar sobre él. El malogrado Disch es uno de los casos más evidentes de que el arte necesita ser clasificado y domado, porque sin esas barreras hoy figuraría en los cánones del género. En alas de la canción es su obra traducida más personal, una biografía poco encubierta en la que vomita odio hacia el sistema en el que vive y narra la represión que asfixió su vida, pero también es un espacio en el que mostrar sus ansias de ser libre. Siempre recomiendo este libro cuando me piden novelas de ciencia ficción, y rara vez fallo, porque es una joya.
Plop, de Rafael Pinedo (2002)
Rafael Pinedo publicó muy poco y mereció mucha más repercusión. Todos hablan de La carretera, pero a pesar de mi devoción por McCarthy, yo me quedo con Plop. No hay futuro más horroroso que el de esta historia. Plop es una sacudida en tu moral, una nausea contenida, una piedra que golpea tu frente… y una genialidad a todos los niveles. No hay frase mal puesta ni párrafo que sobre. La relees y piensas que no puedes añadir nada más. Como su mismo título, Plop es corta, efectiva, única e inmejorable.