Se habla mucho del antropoceno y sus consecuencias sobre el ecosistema de la Tierra. Pero la mayoría de las conversaciones sobre el tema terminan reducidas a una acumulación de clichés nivel La Sexta Noche que cualquier alumno de primero de bachillerato sería capaz de poner por escrito en una redacción. Es fácil enumerar evidencias como el retroceso de los glaciares, el blanqueamiento de los corales, la extinción de numerosos mamíferos, la proliferación de especies invasoras… Pero cuesta profundizar en sus causas o trazar las interconexiones entre ellas más allá de un conjunto de lugares comunes que, a base de repetirlos, se han convertido en un anodino muro de cemento que eclipsa una realidad enormemente compleja. Un conjunto de situaciones tan o más representantivas del momento crítico de la biosfera terrestre que dan la medida de las acciones del ser humano a la hora de transformar o quebrar las relaciones en los ecosistemas. La periodista Elizabeth Kolbert las despliega en este libro a través de una serie de reportajes encadenados que entrelazan la extinción de especies animales con la historia de la vida en la Tierra y el progreso de la biología como ciencia para asentar esa sexta gran extinción del título. Un acontecimiento, según su línea argumental, en marcha desde la irrupción de nuestra especie sobre la superficie del planeta.
El primer capítulo marca la tónica del método de trabajo de Kolbert: un viaje a Panamá para documentar el holocausto de anfibios en centroamérica expone el fenómeno y la lucha por revertir la situación; el siempre peliagudo esfuerzo por conservar una parte de individuos de las diferentes especies afectadas para evitar su desaparición se utiliza para cuestionar su propia pertinencia. La historia de los anfibios y el descubrimiento del hongo detrás de la desaparición se establece junto a un concepto base de la biología, la extinción de fondo, el disparo de salida para empezar el despliegue de la complejidad detrás de la desaparición de especies. Un drama a dos velocidades: generalmente sucede en un declinar extendido en el tiempo salvo cuando existe un acontecimiento a nivel planetario que tensa toda la biosfera. Ha ocurrido al menos cinco veces en el pasado y el libro funciona como prueba de cargo de una sexta ocasión.
Las desapariciones del mastodonte, las alcas gigantes o los ammonites, el riesgo para los corales o la selva amazónica, la variación de especies vegetales con la altura y el transcurrir de los años, introducen nuevas ideas sobre cómo se ha construido la biología como ciencia. Un escenario donde, sobre todo, pasan los nombres clásicos (Cuvier, Lamarck, Darwin, Wallace…). El libro se mantiene en la divulgación de base y aunque las versiones más recientes de la evolución tienen su protagonismo, Kolbert se preocupa de asentar la génesis y transformación de la idea de la extinción para indagar en la fenomenología detrás de la desaparición de las especies. Cada capítulo ejerce de testigo forense de un suceso que contribuye a una visión en la que la influencia humana en la pérdida de diversidad y la erosión de los ecosistemas es incesante. También es un desplazamiento a un lugar concreto cuya perspectiva a priori puntual potencia las perturbadoras dimensiones del cuadro global. Kolbert incide en cómo los esfuerzos conservativos son más un alivio para la psicología de una especie consciente del daño causado que verdaderas medidas reparadoras. Revertir el curso de la historia requiere acciones que abarquen las múltiples causas situadas en el origen. Y estas requieren de una escala a la que por ahora no estamos dispuestos a participar como especie. El nivel de compromiso global necesario escapa al que podemos lograr en la actualidad.
Esta vena de reportaje de viajes es la que más aqueja la atonía en el discurso de Kolbert, más ducha al exponer la base científica y las diferentes relaciones entre las evidencias que a lucir la redacción más periodística. No es el único detalle que podría haber funcionado mejor. La pérdida de diversidad en el reino vegetal apenas se trata y se echa en falta un verdadero capítulo final o, al menos, uno que ejerza de corolario ante la imposibilidad de dar un cierre a un proceso en marcha. Peccata minuta en una obra valiosa para hacerse una idea del lío en el que estamos metidos y la complejidad para salir de él.
La sexta extinción (Crítica, col. Drakontos, 2019)
The Sixth Extinction (2014)
Traducción: Joan Lluis Riera
Tapa blanda. 344pp. 18,99 €
Ficha en la web de la editorial