El jinete pálido, de Laura Spinney

El jinete pálidoSi hubiera leído El jinete pálido cuando lo compré me hubiera parecido imposible contemplar un fenómeno similar al que describe. Hecho ahora cuando me he puesto con él, conecta una parte sustancial de la actualidad cotidiana del COVID-19 con una realidad pasada; una serie de catastróficas desdichas cuya razón de ser, casi diría su relato, es sobre todo consecuencia del olvido de la acción de las pandemias; actores aterradores que, más allá del campo de la ficción, golpean a la humanidad de manera cíclica. La enésima constatación que en el duelo entre hombre y naturaleza, nuestros triunfos terminan siendo temporales si perdemos de vista nuestra fragilidad y los factores sobre los cuales se sostienen nuestros progresos.

Laura Spinney despliega la epidemia de gripe de 1918 en capítulos no demasiado extensos en los que toca cuestiones específicas sobre la acción de una epidemia: cómo se desarrolló, qué alentó o controló esa evolución, la manera en que atacó al cuerpo de los enfermos, qué tipo de población era más sensible, los dificultad de diagnóstico en una época que  los virus no se habían observado… Cada aspecto, contado a partir de la información histórica, biológica, epidemiológica, sociológica, se concreta gracias a uno o varios relatos del bienio 1918-1919 cuando acontecieron sus tres olas. Historias de médicos, políticos, artistas, ciudadanos de a pie, dotan a la tragedia de rostro humano y permiten abordar cuestiones aledañas que van de lo extravagante a lo dramático. Entre las primeras hay algunas terribles, como las vividas a consecuencia del pensamiento mágico inducido por autoridades religiosas como el obispo de Zamora, Antonio Álvaro y Ballano, que saboteó cualquier medida propuesta por las autoridades civiles con sus llamadas a las misas colectivas, que agravaron la incidencia del virus en la ciudad. O las bodas negras

un antiguo ritual judío para protegerse de las epidemias mortales y consiste en casar a una pareja en un cementerio. De acuerdo con la tradición, se debe elegir a la novia y al novio entre los más desfavorecidos de la sociedad, «entre los tullidos más espantosos, los indigentes más degradados y los inútiles más lamentables que hubiera en el distrito», según explicaba Mendele Mocher Sforim, un escritor odesano del siglo XIX, al describir en la ficción una de estas bodas.

Entre lo segundo está la obliteración de culturas enteras, caso de la población yupik de Alaska y las aleutianas. Un hecho apenas intuido por los médicos, enfermeras y tripulaciones de barcos de ayuda que visitaron aquellas poblaciones con unas tasas de mortalidad anormales y que, posteriormente, fue recuperado y contextualizado cuando se ha indagado en las secuelas de aquella pandemia.

Al tocar cada faceta de la gripe española, Spinney establece un marco específico alrededor del cual estimula el crecimiento de una visión general. Permite hacerse una idea del drama para aquel mundo y marca el paso de los aspectos esenciales de la acción de virus y bacterias, la complejidad de atajar su acción con las herramientas disponibles en el momento de su ataque: higiene y distanciamiento social. A falta de la vacuna, no ha cambiado mucho el asunto en un siglo.

Gripe 1918Spinney abarca un registro entre lo factual, lo analítico y lo interpretativo, delimitando certidumbres e incertidumbres de un suceso de hace 100 años cuya investigación dejó numerosas zonas oscuras. Algunas reconstruidas a posteriori, muy especialmente en los últimos 30 años. En este sentido, la discusión de las diferentes hipótesis sobre el posible paciente cero, a través del movimiento de grupos de personas y trabajadores por tres continentes, permite hacerse una idea de cómo pudo originarse y de lo complicado de controlar a los virus en esta realidad global. Porque aquella todavía no lo era… o no lo era del todo, y mató a entre 50 y 100 millones de personas en los cinco continentes a lo largo de poco más de un año.

He dejado para el final lo que más he disfrutado: las últimas 100 páginas, con el mundo tras la pandemia. Además de los problemas para gestionar la enfermedad, la cuenta de muertes, el quebranto moral, físico y económico, ¿se produjo algún cambio en los años sucesivos? ¿Después de prometernos dejar de ser los hijos de puta que éramos para salir adelante, hubo una transformación o seguimos siendo los mismos hijos de puta de siempre? Las conjeturas establecidas por Spinney van de lo razonable (pudo ayudar a fracasar la gran ofensiva alemana en el frente occidental en la primavera de 1918, cuando golpeó su primera ola) a las traídas por los pelos (la enfermedad de personas clave que podían haber aligerado las compensaciones de la Gran Guerra condujo a una dureza que terminaría alentando el auge del nazismo y la Segunda Guerra Mundial). La búsqueda de un sistema de seguridad social, la necesidad de romper con el hacinamiento en las ciudades, el quebranto de la fe en la ciencia… El jinete pálido abarca multitud de aspectos sociales y culturales, caso de las escasas referencias directas en la creación artística de los años posteriores. Aunque en facetas implícitas se dejara sentir más, como la exploración del mundo de la enfermedad, el deterioro físico y psicológico.

Supongo que si has llegado hasta aquí te estás preguntando lo mismo que un servidor cuando cogió El jinete pálido de la estantería: ¿y cómo se realimenta con este planeta cabalgando a lomos de la curva de contagios? Como se ha podido entrever, de múltiples formas, pero sobremanera por lo que apuntaba al principio: la importancia de abordar con transparencia todos los aspectos de la crisis, evitando su caída en el olvido. Tal y como se están preocupando de señalar varios analistas, una visión sesgada, acrítica, infantilizada, además de una manipulación que socava los cimientos de la democracia, nos deja inermes ante una situación donde el conocimiento es pilar fundamental de la solución. Repetir errores conduce hacia una catástrofe de orden superior, algo que debería quedar relegado exclusivamente al terreno de la ficción.

El jinete pálido (Editorial Crítica, col. Historia contemporánea, 2018)
Pale Rider (2017)
Traducción: Yolanda Fontal Rueda
Tapa dura. 352pp. 22,90 €
Ficha en la web de la editorial

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