En el reciente festival Celsius, además de los nombres esperados (Kameron Hurley, Blake Crouch, Elia Barceló, Becky Chambers…) ha habido una escritora que ha conseguido destacar sobre la media: Corinne Duyvis. Por lo que cuentan los asistentes, quien mejor ha aprovechado la caja de resonancia de presentaciones, mesas redondas y sesiones de firmas. Su participación estuvo sincronizada con la llegada de su primera traducción al castellano: A las puertas de la nada. Una obra juvenil cuya narradora es el gran hallazgo de una novela que, a priori, apuntaba a ser otra historia de “cometa hacia La Tierra y se salva el 0,1%”.
Denise y su madre abandonan su casa para llegar al refugio donde se van a guarecer hasta que escampen las rocas y los maremotos tras la inminente colisión. Su hermana Iris no ha regresado de un viaje fuera del país y no tiene sentido esperarla ni un minuto más. En el trayecto se topan con una familia en problemas y deciden socorrerla, llevándola a su destino. Para su sorpresa, no se trata de un refugio convencional sino de la Nassau, una de las naves generacionales construidas en los años previos cuyo despegue se ha pospuesto hasta después del impacto. En esta secuencia de acontecimientos fortuitos se despliegan los dos grandes “conflictos” guía de A las puertas de la nada. ¿Será capaz Denise de hallar a su hermana en un entorno donde todo está orientado a conseguir poner la Nassau a punto? Y, de paso, ¿lograrán ella y su madre ser incluidas en la tripulación?
En un contexto de catástrofe planetaria, Duyvis se aleja de la mayoría de expectativas al dejar caer todo el peso del relato en su narradora. Denise es una adolescente con TEA y cuando lidia con la incertidumbre y la tensión en este angustioso escenario su perspectiva y su voz exhiben ese carácter, en las grandes líneas y en las pequeñas inflexiones. Su testimonio desnuda su personalidad, alumbra con ingenio facetas oscuras de su vida familiar y escolar pasadas, y crea una visión sobre el autismo alejada de estereotipos.
Denise se muestra activa, siempre dispuesta a echar una mano, sensible ante el sufrimiento a su alrededor y con unas fuertes convicciones. Sabedora que la mejor oportunidad de supervivencia está en los pasillos de la Nassau, batalla por convertirse en esencial. Se involucra como el mejor engranaje en una maquinaria no del todo engrasada, obtiene recursos durante sus salidas al exterior y se cuestiona las normas sin reprimir su carácter. En este terreno quebradizo, no se revela como una enfant terrible dueña de una moralidad superior. Cualquier posible sospecha de ingenuidad o egoísmo queda solapada por su sagacidad, su empatía y su altruismo. Ante quienes estima como amigos pero también ante cualquiera que se encuentre en una situación más precaria.
Esta perspectiva no se limita a ser una moral singular e intransferible. Su ética impregna a una parte sustancial de las personas con las que se relaciona y, en un acto de resiliencia, a la propia historia apocalíptica. Aun a riesgo de su propio bienestar, Denise rehúsa ceder en sus ideales, deja en evidencia las inequidades sistémicas y exhibe el compromiso necesario para invitar a su resolución. Esta ruptura con la autopreservación emerge vinculada a una galería de personajes enormemente plural, fiel reflejo de la que se puede encontrar en la Holanda donde se desarrolla A las puertas de la nada.
Hay en su relato un cierto desgaste proveniente de fragmentos reiterativos, caso de la cansina descripción en un puñado de pasajes de las tareas dentro y fuera de la Nassau. Asimismo, para los que tenemos un pellejo seco y curtido, se presentan detalles discutibles que fuerzan la verosimilitud. El propio peso de una persona tan joven en un panorama tan alejado de la estabilidad solo me resulta creíble en una novela juvenil con aspiraciones de transgredir las convenciones del fin del mundo. No obstante, la ganancia está ahí para quien desee abrazarla: la irrupción de un optimismo de sólida base humana en un panorama tradicionalmente reacio a él. Un utopismo en las relaciones que hermana la visión de Duyvis con otros nombres de máxima actualidad caso de Beckie Chambers.
A destacar la cuidada edición de La Estrella Azul, sello de la Asociación Autismo Ávila que busca dar visibilidad a escritores con diversidad funcional. Muy por encima de bastantes editoriales con un supuesto marchamo de profesionalidad.
A las puertas de la nada (La Estrella Azul, 2018)
On The Edge Of Gone, 2016
Traducción: Isabel Hoyos
Rústica. 390pp. 20 €
Ficha en la web de La tercera fundación