NOS4A2, de Joe Hill

nos4a2NOS4A2 es una novela larga, muy larga, y concentra sus rasgos más atractivos durante su primer tercio, justo a la hora de definir a sus dos personajes guía: la antiheroína Vic McQueen y su némesis Charles Manx. Manx recorre el país en su Rolls Royce Espectro en busca de niños aquejados de algún tipo de problema con sus padres. Su objetivo es “liberarlos” para conducirlos hasta Christmasland, una dimensión paralela donde espera sean felices por toda la eternidad. A su vez, Vic dispone de una bicicleta gracias a la cual puede conjurar un puente que le permite desplazarse a cualquier punto del país. Un poder que no entiende, utiliza de manera esporádica para encontrar objetos perdidos, y le causa efectos secundarios en la forma de un malestar directamente proporcional a su tiempo al otro lado del puente.

Joe Hill echa a rodar su historia como un LP triple tocado a 25 revoluciones por minuto. Tras un prólogo situado en 2008 donde presenta a Manx, sostiene NOS4A2 sobre la historia de Vic con muuuuucha calma. Esto le permite abordar su logro más notable: el relato de cómo una niña inocente se topa y convive con lo extraño, su relación con unos padres en conflicto y cómo todo ello modela su carácter. Es durante esa construcción, mientras Hill teje su carácter y sus circunstancias, cuando comienza a percibirse una atmósfera desasosegante alrededor de la pérdida de la inocencia y cómo descarrilan los sueños cuya mayor manifestación es la vida de Vic, a la que vemos madurar y padecer las secuelas de su infancia y adolescencia hasta convertirse en madre.

Lastimeramente, ese aire de perdición capitalizado por ese personaje dañado y algún otro secundario, se termina “corrigiendo” gracias a la medicina que arregla el día en las películas de Disney o Pixar, pasando por cualquier película de superación y reconciliación hasta llegar a historias con gente tan jodida como The Leftovers: la familia. Esa herramienta tan socorrida para la expiación de los pecados, el mecanismo sanador por excelencia a la hora de crear buen rollo y enmendar senderos torcidos. Me gustaría decir que esto, como tantas otras veces, es una simplificación mía mientras trato de encajar a martillazos lo que me ha parecido un libro en menos de 1000 palabras, pero apenas es una manifestación de los atajos elegidos por Joe Hill para relatar su historia. De cómo desaprovecha el andamiaje levantado en las primeras 250 páginas durante las siguientes 450.

Porque una vez Vic se topa con Manx, tras relatar cómo se tuerce su vida, el resto de NOS4A2 deviene en iterar el esquema hay-que-localizar-a-Manx/encuentro-violento-con-Manx-o-su-secuaz/relato-de-las-secuelas. Lo único realmente destacable, aparte del mensaje profamilia, está en la narración de cada enfrentamiento, secuencias en las cuales el tiempo se detiene y Hill demuestra su habilidad para el suspense y el thriller de acción. Fragmentos en los que se recrea en el sadismo con el cual castiga a sus personajes y la intriga de cómo seguirán los acontecimientos pero sin avanzar más allá de encadenar prácticamente los mismos sucesos con mínimas variaciones. Una y otra y otra vez.

NOS4A2Estrictamente hablando, tampoco puedo decir que la sobredimensión que padece NOS4A2 haya sido una absoluta pérdida de tiempo. La imagen de Manx como mezcla entre hombre del saco y Papa Noel es deliciosamente siniestra, especialmente en las últimas 100 páginas cuando por fin se penetra en las calles de Christmasland y se vislumbra su particular versión del pueblo de Una pesadilla antes de Navidad. En sus calles Hill compone una tétrica visión de una infancia desinhibida, entregada a satisfacer sus deseos más primarios. La novela se desliza ocasionalmente hacia un sentido del humor ligeramente macabro y abundan las referencias y guiños a otras obras y autores como Stephen King o David Mitchell (El atlas de las nubes, Mil otoños). Pero en conjunto me parece escasa ganancia para una novela incapaz de abandonar su zona de confort. Una historia con ritmo y a ratos bien contada, otros no tanto, muy convencional y con un relieve mínimo. Un relato cuyo único vértigo viene de la velocidad a la que se pueden llegar a pasar las páginas; que no sea necesario leer en gran parte resulta lo más tristemente definitorio de una obra menor destinada a ser olvidado a las pocas horas de terminarlo.

Como curiosidad este libro gano el premio Nocte de 2015 por delante de El rito, de Laird Baron. Me cuesta encontrar un motivo para entender por qué.

NOS4A2 (Suma, 2014)
NOS4A2 (2013)
Traducción: Laura Vidal
Rústica. 712pp. 22 €
Ficha en La web de la editorial

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