El último guardián de Everness, de John C. Wright

El último guardián de Everness

El último guardián de Everness

A John C. Wright se lo conoce en este país por la trilogía La edad de oro, una serie de ciencia ficción publicada por Bibliópolis hace más de dos años que ha tenido buenas críticas y que, sinceramente, me atrae bastante. Ahora, de la mano de Berenice, nos llega su propuesta entorno a la fantasía: La guerra de los sueños, serie que consta de tres volúmenes y el primero es éste, El último guardián de Everness. Un título altisonante que esconde una historia de fantasía épica donde la imaginación del autor se vuelca por completo aunque de forma torrencial. Pero mejor me explico poco a poco.

El último guardián de Everness es la historia de siempre pero explicada con un toque personal. Me refiero a la vieja lucha entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, la virtud y el pecado. Galen Guarpasos es el último de los guardianes de Everness, que vigila día tras día la llegada del enemigo final a través de sus sueños. Cuando eso ocurra hará sonar el cuerno de plata que despertará las fuerzas de la luz y provocará la creación de un nuevo mundo, pues el viejo será destruido en la batalla definitiva.

A priori el argumento parece un poco visto. Sin ir más lejos hace poco leí Etreum. La biblioteca del destino con una temática de trasfondo similar. La destrucción del mundo y la promesa de un resurgimiento no es ninguna historia nueva pues, y ha sido tratada en diversos medios –recuerdo con cierta nostalgia la película de anime Urotsukidoji, la leyenda del señor del mal por ejemplo–. Pero Wright no pretende hablarnos exclusivamente de este tema, también introduce diversas mitologías y creencias místicas para dar una idea nueva sobre el funcionamiento del universo.

Decía al comienzo que el autor tiene mucha imaginación pero que la vierte demasiado deprisa, precipitadamente. Efectivamente, el primer tercio de El último guardián de Everness supone una serie de aventuras confusas por el mundo de los sueños protagonizadas por Galen en una serie de flashbacks –muy bien llevados, eso sí– que dejan al lector con la boca abierta: decenas de nombres propios, ubicaciones imaginarias, ritos y señales mágicas, ciudades imposibles, bestias mitológicas, magia sin reglas aparentes,… Todo esto hace que no puedas absorber toda la información como tendría que ser. ¡Y no es que Wright no posea una prosa atractiva, no! Al contrario, es dueño de un estilo ágil, a menudo poético, que te hace sentir muy cómodo; pero los contenidos en estos escasas cien primeras páginas se podrían haber desarrollado mucho mejor, por ejemplo explicando el origen y evolución del Mundo de los sueños o acercándonos al personaje de Azrael, que sinceramente parece descuidado pese a la importancia de su rol. Una técnica viable es escondernos parte de la verdad para ir descubriéndola poco a poco o producir sorpresas en los momentos adecuados –incluso en las siguientes novelas–, pero si partimos ya de una base confusa, esta técnica corre el peligro de convertirse en un lastre.

El argumento no es original pero escapa de algunos cánones preestablecidos dentro de la fantasía épica. Wright sitúa la acción entre el mundo real, en plena actualidad, y el mundo de los sueños, a donde Galen y su abuelo viajan cada día para vigilar a las mencionadas fuerzas del mal. Ciertos aspectos del mundo onírico estás imaginados de forma terrorífica, como si Wright se hubiera alimentado de las pesadillas de Lovecraft: ciudades ubicadas en profundidades marinas de donde surgen ejércitos malignos, prisiones imposibles, seres que vagan como sombras entre las dos dimensiones,… Otros en cambio son descritos como lugares pseudomedievales que se rigen aún por normas caballerescas. Parece un contrasentido, pero claro, ¿qué sentido tienen los sueños?

The Last Guardian Of Everness

The Last Guardian Of Everness

Después de estos capítulos iniciales de cierto desconcierto el autor calma las aguas y nos traslada al mundo real para realizar balance de lo que está pasando, quizás la parte del libro mejor esquematizada. Una buena idea que dura poco pues acto seguido volvemos a encontrarnos en una batalla que transcurre a lo largo del resto del volumen y que no acaba de resultar satisfactoria, no por la forma en que está escrita sino porque el argumento no deja demasiado claro qué está pasando y, lo que es más importante, porqué.

El mundo de los sueños está creado en base a diferentes mitologías y religiones: realiza una mezcla mística entre el cristianismo, el paganismo, los mitos griegos, elementos del folclore nórdico e inglés, aunque sin asentar unas bases de cómo se rige todo eso. Se hace demasiado complicado para que el lector disfrute al 100% de la obra, pero tiene elementos suficientes para resultar atractiva y continuar leyendo.

Quizás me quejo sin razón, pues recuerdo que la historia de los personajes se ha estructurado en tres novelas y ésta sólo es la primera, pero he visto demasiados hilos argumentales que son tratados muy de reojo y eso me ha producido un serio desconcierto. Sorprende también a veces las distintas formas en que Wright nos muestra su concepción de la magia: tenemos partes relatadas poéticamente y con un lenguaje elegante, donde una palabra es suficiente para realizar un conjuro, y en cambio otras partes donde la lucha encarnizada entre seres del mundo de los sueños nos recuerda a un videojuego de acción

Espero que en la segunda novela Wright explique de forma más coherente todo lo que su imaginación le está dictando, porque la novela tiene suficiente calidad para agradar.

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