Factbook. El libro de los hechos, de Diego Sánchez Aguilar

FactbookLas novelas que exploran las consecuencias de la crisis, las políticas de austeridad y la desregulación, las tensiones en una sociedad quebrada bajo el peso de la precariedad, se acumulan. Entre ellas gana presencia el 15M, un fenómeno entrelazado con todo lo anterior pero con entidad propia. La desafección hacia los partidos tradicionales, asociada a las dificultades del sistema del 78, afianza su protagonismo no sólo como caldo de cultivo para la distopía o lo preapocalíptico. El puente entre la política y las cuestiones económicas y sociales acrecienta su peso en ficciones donde el thriller y la acción no son los pilares fundamentales del argumento. Ése es el motivo por el cual Factbook me resultó a priori tan atractiva. Bucea en el antes y después de esa fecha icónica para alumbrar las entrañas de esta España en tránsito hacia su primer cuarto de siglo XXI.

En sus páginas, Diego Sánchez Aguilar se sirve de un lenguaje cercano a la literatura prospectiva y se desplaza por terrenos aledaños. Sin embargo se mantiene la mayor parte de su extensión en unos pagos más próximos al realismo de tintes sociales. Así, uno de los tres hilos que entrecruza en al estructura de Factbook cuenta cómo Gustavo, un guionista televisivo, está a la espera de ser congelado para, supuestamente, ser despertado en algún momento del futuro lejano. Encerrado en un cochambroso resort junto al Mar Menor, redacta sus recuerdos en un ejercicio de autoexploración necesario para iluminar cómo ha llegado hasta ese punto. Aunque no existe una certeza absoluta, capítulo tras capítulo queda patente su participación en una charada. Nadie va a “despertarles” del letargo ni a él ni al resto de “pacientes” porque cuando se les aplique el proceso morirán. El ritual enmascara un suicidio asistido, tolerado a modo de eutanasia como si el protagonista de “La ida” de Silverberg se hubiera cansado de su vida después de apenas cuatro décadas.

La existencia de una empresa así, la conformidad de la clientela, es una de las situaciones cercanas a la ciencia ficción presentes en Factbook. Equivalente al triunfo en unas elecciones generales, sin espacio para gobernar, de un partido surgido del 15M. No obstante el peso de estos elementos es mínimo, un McGuffin venial ideado para dar pie al inmisericorde repaso de la España de esta década, sin voluntad especuladora ni siquiera de los próximos 5 minutos. Como se observa en los fragmentos dedicados en Gustavo, son su adolescencia, sus estudios universitarios, la relación con su familia, su tiempo de diletante mantenido en la capital, el quid de un retrato dominado por un estado de ánimo entre el cinismo, el hedonismo y el narcisismo de quien medra y sale adelante sin preocuparse por lo que queda atrás.

La réplica a Gustavo viene de Rosa, su última pareja; profesora de instituto, activa en las manifestaciones y protestas a pie de asfalto, la “movilización” en la redes sociales y todo lo que ha rodeado a la posindignación de la indignación. Tras darse cuenta de cómo las “acciones” en las que ha participado han tenido el mismo efecto que las olas del temporal contra el espigón del puerto, desde el salón de su casa asiste fascinada al puñetazo definitivo sobre la mesa. Alguien ha pasado a la acción y cuelga de los toros de Osborne a los rostros más visibles de la austeridad y la desregulación. Comenzó con el presidente del FMI, continuó con el de la CEOE y ha seguido con la consejera de sanidad de una comunidad autónoma pionera en la privatización de sus servicios de salud. Conectada a internet, repasa su “activismo” virtual mientras caracteriza el despertar y la ineficaz “rebelión” contra las estructuras de poder de los años previos.

Diego SánchezEn la introspección y el despliegue de ambas realidades, personales, sociales, políticas, virtuales, Sánchez Aguilar es descriptivo y analítico. Detrás de sus personajes se observan características generacionales de una España tropezando con sus contradicciones, y sobre todo el bosquejo de sendas neurosis: un Gustavo plenamente consciente de ella y una Rosa para quien sigue escondida. Además, en su construcción se aprecia una crueldad no exenta de cierto humor. Es divertido ver cómo los capítulos centrados en Rosa su relato es interrumpido casi cada hoja por la nueva campaña de Change.org a la que acaba de adherirse. También, en ambos testimonios Sánchez Aguilar se muestra lamentablemente discursivo.

Con todo lujo de detalles, en Factbook se ahonda en el “pecado original” de los 80 y 90, se describen las noticias que pasan por la tele mínimamente deformadas, se abunda en las publicaciones más extendidas en las redes sociales mientras se hacen las pertinentes acotaciones sobre cada uno de estos aspectos. Esta caracterización de una España entregada a una permanente doctrina del shock, perdida en cuerpo y alma en un juego de simulacros yuxtapuestos, es incisivo. Pero sin más acicate que exponer y desmontar una serie de actitudes, sin un argumento más allá de esbozar ese espacio interior sobradamente subrayado y resaltado, los monólogos se llegan a hacer muy monótonos. Rebajan y mellan el filo de un texto en ocasiones errático. De hecho, salvo en un titubeante tramo final, a sus personajes apenas les sucede nada digno de mención.

Quizás por eso he disfrutado más de la tercera historia que se entrecruza con las vidas de Gustavo y Rosa. En capítulos más breves, a modo de contrapunto, dos “técnicos” dialogan y estudian la forma de atajar la disidencia; son los censores que aceptan perpetuar, y perpetúan, el circo de pulgas nacional. Es en sus páginas donde comienza a hablarse del Factbook del título, el novum ideado por Sánchez Aguilar para sustentar la rebelión; una red social en las antípodas Twitter, Facebook o Instagram. No permite hacer alardes ególatras, sólo acceder a información objetiva, la pólvora que prende la mecha del sistema. Sin embargo estos lúcidos fogonazos de literatura prospectiva tienen un peso menor y apenas rescatan ocasionalmente Factbook de esa zona gris en la que se precipita una vez sus claves han quedado al descubierto y se dedica a recrearse en ellas sin dar nuevos pasos hacia adelante. Una pena.

Factbook. El libro de los hechos, de Daniel Sánchez Aguilar (Candaya, col. Candaya Narrativa nº54, 2018)
352 pp. Tapa Blanda. 18€
Ficha en la web de la editorial

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