<< Tienes el cadáver de un dios en el maletero >>
La frase, escrita de manera temblorosa en el brazo izquierdo de la protagonista, marca el inicio de una de las últimas novedades del sello de fantasía y ciencia ficción de Penguin Random House en castellano, Fantascy. En dicha sentencia se averiguan de antemano las tres principales características que se pueden encontrar a lo largo de su lectura: casos criminales a investigar, seres mitológicos desbocados e, implícitamente, el humor que impregna cada una de las situaciones de la obra.
El dios asesinado en el servicio de caballeros supone el estreno literario de Sergio S. Morán, exitoso guionista y autor completo de los webcómics de humor El Vosque y Eh, Tío, respectivamente. Y lo cierto es que para nada me ha recordado a una primera obra, gracias a su hábil unión de fantasía urbana muy internacional y alejada de tópicos castellanos, así como a un sentido del humor que, aunque a alguien le pueda parecer por momentos excesivo en cantidad, me ha resultado muy interesante en diversos momentos a costa de sacrificar el encasillamiento de la novela en un género concreto. El nombre de algunos de sus capítulos me servirán a continuación para repasar mis impresiones sobre el libro.
Ingratos Recuerdos. El dios asesinado en el servicio de caballeros se inicia cuando Parabellum, seudónimo bajo el cual encontramos a Verónica Guerra, se encuentra absolutamente agotada en una cafetería de carretera. Su memoria ha desaparecido en gran medida, lo que da al autor la ventaja de poder introducirnos de manera sencilla y progresiva al personaje y al porqué de la situación de partida. De esta manera sabremos que Parabellum es una detective de lo paranormal en una Barcelona absolutamente realista en aspecto, aunque la localización de arranque no sea precisamente esa.
Momentáneas escenas de sexo. Además de su conocido trabajo diario, Parabellum debe lidiar con una cada vez más complicada situación sentimental. No sólo debido a su pareja, Roberto, quien cada vez encuentra menos explicaciones a lo que sucede en la vida laboral de su novia, sino también gracias a la madre de éste, la cual se encarga de aparecer convenientemente durante la novela para ejercer de voz de la conciencia de nuestra detective. Esto aumentará la tensión de la protagonista llevándola a fallos incomprensibles en otros momentos. Verónica se nos revela de esta manera como una mujer sumamente imperfecta y esto la dará más de un disgusto durante sus aventuras.
Huellas de pisadas, muertos vivientes y otros clichés. Como comentaba al inicio, en El dios asesinado en el servicio de caballeros tenemos diversas características que se agrupan dentro de la mencionada fantasía urbana en la que se enmarca todo lo que sucede.
En lo criminal y fantástico, la novela nos descubre una Barcelona en plena guerra de bandas entre diversas facciones mitológicas, ya sean valkirias, dioses griegos o minotauros. Una capital con multitud de seres con sus tejemanejes y sus sospechas, sus venganzas y sus caprichos. Parabellum ya tiene experiencia en lidiar con muchos de ellos, por lo que las puertas se abrirán en primer o segundo término para finalmente descubrir no sólo cómo acabó con ese cadáver en su maletero sino también quién llevó a cabo el asesinato. En este sentido, la trama propiamente delictiva es lo menos destacable de la novela, con un caso que apenas daría de sí fuera del ambiente que lo rodea.
En cuanto a humor, la novela es una sucesión de chascarrillos y chistes fáciles que, al contrario de lo que pueda parecer, me han funcionado casi a la perfección. Será mi perturbada mente que hacía que alguno me lo viera venir casi desde el momento en que tenía lugar la situación que lo desencadenaba o, incluso, pensar justo antes de surgir que qué bien vendría tal o cual chiste en ese momento y, tal cual, aparecía. Tendré que llamar a Parabellum para descubrir si no hay algo más oculto.
El campo de batalla. La mezcla de todos estos componentes conduce a las diferentes clases y facciones de seres de Barcelona a un final que, al contrario de lo ocurrido con casi todo lo anterior, no me terminó de convencer. Y es que la trama mezcla absolutamente todo en su final y crea un maremágnum junto a todos los personajes que han poblado sus páginas en un lío total de situaciones y conflictos que únicamente comprendo desde el punto de vista caótico, y bajo el cual se hubiera buscado precisamente eso: montar una vorágine con la que reírse de todos los géneros, esquemas y tópicos.
Algo nuevo en mi vida. El dios asesinado en el servicio de caballeros marca el inicio literario de la detective Parabellum, un personaje del que gustoso me ofrezco para leer más aventuras en un futuro dado el buen hacer de esta primera entrega. Sergio S. Morán debuta en novela con una obra divertida cuya rápida sucesión de capítulos nos invita a “uno más” y que no se hace en ningún momento pesada. Una lectura ideal ahora que llega el verano y de cuya protagonista esperemos tener noticias más pronto que tarde.
El dios asesinado en el servicio de caballeros (Penguin House Mondadori, Fantascy, 2016)
Rústica. 336 pp. 14.90 €
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