Meses después de leer Aceldama, me encuentro delante de otra obra de Francisco Jota-Pérez: Pasaje a las dehesas de invierno. El autor, que parece moverse muy bien entre editoriales y puede empezar a presumir de prolífico, ha publicado en esta ocasión con la recién nacida Esdrújula Ediciones.
Resumir una novela de Francisco Jota-Pérez se hace harto complicado y es algo a lo que tampoco veo demasiado sentido, para eso están la prensa y la cubierta trasera, por lo que me centraré en otros aspectos. La narración de Pasaje a las dehesas de invierno está sostenida sobre la bruja Assumpta Serrano, una convincente y violenta mujer con tantas inquietudes como trabajos y que sirve como planeta sobre el que orbitan los múltiples temas que se abordan. Como viene siendo habitual en la trayectoria del autor, el entorno y los espacios de la novela son tan o más importante que la narración o los personajes. En esta ocasión vuelve a una Barcelona más o menos contemporánea salpicada de misterio por la capacidad cognitiva que muestran los personajes ante ella.
¿Qué nos ofrece el autor con esta nueva obra? Lo primero es una puerta de entrada más amplia de lo habitual para los lectores que desconocen su prosa. Es fácil agarrarse al personaje de Assumpta Serrano y recorrer la marejada que nos sacudirá durante las 170 páginas de lectura. Desde la primera frase ya avisa la voz narradora: “No eres más que una parte de mí”. Creo que aquí está el gran acierto de la novela; si en Aceldama echaba en falta un amarre, aquí existe.
Encuentro la prosa del autor más trabajada. Aunque vuelve a sacudir cierta embriaguez al entrar en ella, hay una mejora en los largos párrafos y multitud de diálogos que ayudan en la lectura. Es una obra más sencilla de seguir, en la que no nos perderemos y que en todo momento transmite gran intensidad.
La inmersión topográfica en Barcelona es el otro punto que más me satisface. El paseo por una ciudad que se mueve entre lo gótico y la más absurda modernidad; la variable que incluye el punto de vista de la bruja, o el autor; sumada a la narración en presente, ofrecen un dinamismo que traslada al lector entre sus amplias avenidas y las esquinas más abruptas.
Sin embargo, no todo son puntos positivos. Como lector de unas cuantas obras de Jota-Pérez, me da la sensación de que si hay un avance en la prosa, el conjunto de la narración no me resulta de las más potentes de su trayectoria. Quizá la historia acaba teniendo menos fuerza que en otras ocasiones, o el suspense por el devenir de la novela me ha parecido menos interesante. O quizá es que he leído demasiadas obras del autor. El caso es que algunas de las referencias que he encontrado en el libro me suenan a ya mascadas.
En cuanto a la labor editorial, no encuentro queja alguna. Con una portada que recuerda a las de Viaje a Bizancio Ediciones, es un libro muy cómodo de leer a un precio competitivo. Tampoco he encontrado erratas, algo que empieza a ser destacable en un mercado que cada vez cuida peor los libros.
Tal y como comento, aquí encontramos una novela de Francisco Jota-Pérez en la que veo una gran oportunidad para adentrarse en la interesante obra de este autor que cada poco tiempo nos sorprende y sacude con un nuevo proyecto, pero donde a pesar de encontrar todo a favor, mi experiencia lectora no ha sido del todo satisfactoria.
Pasaje a las dehesas de invierno (Esdrújula, 2015)
Rústica. 170 pp. 14 €
Ficha en La web de la editorial
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