Bajo este sugerente título se halla una novela peculiar sobre una hija, un padre y el misterio que ambos ocultan. Un enigma relacionado con la profesión del padre y el origen de su hija que pone en peligro a todos los que se relacionan con ellos. Lo refrescante viene del camino elegido por Daniel Pérez Navarro para construir esta historia sobre el cambio generacional en un pueblo del litoral Mediterráneo, con gotas de thriller y de tebeo de superhéroes underground.
Como el propio autor ha revelado, en el estilo de 14 maneras de describir la lluvia se adivina la influencia de El Jarama. Tengo demasiado atrás en el tiempo la obra de Sánchez Ferlosio, pero se puede encontrar su rastro en cómo Pérez Navarro ha enfocado al narrador omnisciente. Al igual que el de El Jarama, es completamente imparcial; no se entromete en la narración y prescinde de acotaciones que suelen sobre explicar los hechos. Tal ejercicio de objetividad tiene un precio. Estamos demasiado habituados a que se nos describa con pelos y señales qué piensan o qué les ocurre a los personajes. La eliminación de parte del contexto implica, primero, un distanciamiento que puede derivar en una ligera dificultad para comprender la narración; y, segundo, dota de una importancia decisiva a los diálogos.
Estos se suceden durante páginas y páginas y es a través suyo como se descifra a los personajes y se alumbran sus motivaciones. Es necesario perseverar en su lectura porque abundan las conversaciones banales. Una parte de los personajes son adolescentes y se recrea su particular manera de expresarse, con sus giros alejados de la corrección académica y una elevada vacuidad en el contenido. No es un ejercicio gratuito. A través de ellos se introduce una intensa alienación generacional que profundiza en el extrañamiento que despierta la trama de género. Además, esporádicamente aparecen una serie de pasajes ajenos a la acción que enfatizan ciertos detalles y a los cuales, si he de ser sincero, a veces me ha costado encontrar sentido. Pero esa es la gracia de 14 maneras de describir la lluvia. Te pone ante una historia alejada en lo formal de las corrientes principales del género.
Con un panorama en el cual las novelas más leídas se centran bien en la depuración narrativa, los personajes carismáticos, los diálogos ingeniosos y los giros del argumento, bien en describir un escenario más o menos novedoso, reconforta encontrar una propuesta con un estilo tan alejado de estereotipos. Una narración fresca y desafiante, el tipo de novela que, personalmente, me encantaría ver con una buena distribución; a su público tradicional podría sumar otro tipo de lectores. Lamentablemente, no ha sido así. Apostó por ella una pequeña editorial, Sportula, y parece que ha chocado con el muro habitual del 99,5% de este tipo de ediciones: su eco está siendo prácticamente nulo. Quizás en ocasiones es una consecuencia merecida, pero no en este caso.
14 maneras de describir la lluvia (Sportula, 2013)
Rústica. 202 pp. 11 €
Ficha en La tercera fundación
Pues te voy a hacer caso y lo voy a comprar. Por tu comentario final sobre este tipo de ediciones sin eco agradezco especialmente reseñas como esta.
A eso se le llama coger el guante 😉
A mí me pareció un libro con propuestas la mar de interesantes.