Recomendaciones lectoras para esta Navidad… o para cualquier otro momento

Ahora que estamos inmersos en esa pequeña bacanal del consumo llamada Navidad, alentada por las miles de listas con sugerencias para hacer regalos, no hemos podido resistirnos a poner nuestro pequeño granito de arena para contribuir a la recuperación económica. Hemos preguntado a siete aquilatados lectores (Elia Barceló, Gabriella Campbell, Eva Díaz Riobello, Julián Díez, Alfonso García, Santiago L. Moreno y Ekaitz Ortega) por tres libros para regalar, recibir, leer durante estas Navidades… o cualquier otro momento del año. Tres títulos que merezca la pena ser disfrutados independientemente de su género o su temática, la nacionalidad de su autor o la editorial en que estén publicados. El resultado son estas opciones de lectura, un listado en el cual la práctica totalidad de títulos están disponibles en papel o en formato electrónico. Esperamos que alguno de ellos sean un descubrimiento y podáis disfrutarlos en los próximos días, semanas, meses…

¡Feliz sol invicto!


Bajo la pielMe piden que recomiende tres libros. No debería de ser nada difícil porque he leído cientos de ellos en mi vida y de cada cien supongo que diez o doce me parecen admirables y recomendables. Lo difícil es elegir tres, sólo tres.

El primero que me viene a la cabeza, porque lo he releído hace apenas unos meses, es The Magus, de John Fowles (se publicó en España como El Mago, Anagrama, 10,45€). No es precisamente una novedad; data de finales de los setenta, pero es una de las novelas que estarían seguro en mis Top Ten y que gana con cada relectura; yo diría incluso que gana con la edad del lector, entre otras cosas porque, con los años, cambia el factor de identificación y eso hace que uno vaya leyendo la historia desde la perspectiva de diferentes personajes. Un joven británico con conflictos amorosos y sin mucha idea de lo que va a ser de su vida decide aceptar un puesto de profesor de inglés en una islita griega totalmente apartada de la civilización. Allí conoce a un hombre mayor enormemente carismático, enormemente culto, que lo invita los fines de semana a su gran casa. Y ahí empieza un grandioso juego entre la realidad, la ficción, lo que puede o no ser fantástico, la verdad histórica, la verdad literaria, el amor, la ambición, el teatro, el mito, la máscara, la violencia, la crueldad, el sexo… Envidio profundamente al lector o lectora que aún no haya leído esta novela y vaya a tener la suerte de entrar en ella por primera vez.

La segunda recomendación es algo más moderna, aunque tampoco es una novela precisamente recién aparecida. Se trata de Under The Skin (Bajo la piel, Anagrama, 15€), de Michel Faber. Yo la descubrí por casualidad hace muy poco y me ha parecido espléndida. A medio camino entre lo criminal y lo fantástico, no puedo decir mucho sobre su trama, ni siquiera sobre su género, para no estropearle sorpresas al lector. Sólo diré que son muchas y que de verdad sorprenden. ¿O no es misterioso que la novela empiece con una chica rara, muy rara, buscando autoestopistas varones, fuertes y musculosos, que estén solos?

Y en tercer lugar, recomiendo una novela gordísima, The Way The Crow Flies, Así vuela el cuervo (Lumen, descatalogado), de la canadiense Ann-Marie MacDonald, que fue publicada hace unos pocos años con una espléndida traducción. En 2007 escribí para La tormenta en un vaso esta reseña a la que remito ahora a los lectores. Por si no se animan a buscarla y leerla, o andan mal de tiempo, la resumo aquí: “Es una joya”.

Soy consciente de que las tres novelas están escritas originalmente en inglés (y además recomiendo su lectura en original si es posible, salvo la tercera, que está tan bien traducida que puedo recomendarla sin sufrir; no conozco las otras traducciones), y de que no he recomendado nada en mi propia lengua, pero es que eran sólo tres… y estas tres me gustaron tanto, me dieron tanto placer de lectura, que quiero compartirlas con los lectores de esta revista.

¡Espero que las disfruten tanto como yo!

Elia Barceló (twitter)

 

El rey lansqueneteYo no soy mucho de novedades. Soy una lectora lenta, y para cuando me pongo al día con la pila resulta que han salido otros mil libros más que quiero leer. Así que este 2014, al igual que el año pasado, me he entretenido leyendo clásicos u obras de hace un par de años. Lo que sí he leído en estos meses, y que no puedo dejar de recomendaros, es a dos escritores patrios que me han dado muy buenos ratos con sus novelas cortas: a Isaac Belmar con su Perdimos la luz de los viejos días (Ediciones Irreverentes, 3€, disponible tanto en digital como en edición tradicional) y a Santiago García Albás, con su ebook El rey lansquenete (Sportula, 2,68€, me consta que pronto caerán en mis manos el resto de sus Cybersiones). Ambos ofrecen sus novelas a precios más que asequibles gracias a Lektu y a Sportula; son dos obras rápidas, de esas que no consigues soltar, una de intriga con componentes fantásticos (¿qué harías si acaba de morir la única persona a la que querías y no eres más que un perdedor rendido en un mundo postapocalíptico que ni siquiera sabes si es real?) y la otra de ciencia ficción original con mala leche (¿qué pasaría si cambiáramos las cárceles por programas de distorsión perceptiva?).

Por otro lado, si leéis en inglés no dejéis de echarle mano al Raising Steam de Pratchett, donde el autor inglés aplica con gusto su toque mágico en el Mundodisco, ofreciéndonos una novela entrañable que cuenta la entrada de la máquina de vapor en el universo satírico-fantástico de Ankh-Morpork y alrededores. Imagino que no tardará mucho en salir en nuestro idioma: no dejéis de darle caza en cuanto aparezca. Para mi gusto, junto a Me vestiré de medianoche, es de lo mejor que ha escrito últimamente.

Gabriella Campbell (twitter; web)

 

LecheComo he pasado este año leyendo sobre todo novedades, los libros que os recomiendo acaban de salir del horno, como quien dice, excepto el tercero, que ha sido una de las lecturas que más me han gustado y sorprendido últimamente. ¡Que los disfrutéis!

Jagannath, de Karin Tidbeck (Nevsky, 20 €)
Al igual que la rusa Anna Starobinets, Karin Tidbeck se ha revelado este año como uno de los miembros más interesantes de la nueva generación de escritores de ficción fantástica nórdica, con una antología de relatos en la que combina fantasía, mitología y ciencia ficción: un hombre se enamora de un dirigible llamado Beatrice mientras visita una feria de automóviles en Berlín; una mujer desesperada intenta suicidarse en un universo donde Dios ha vuelto e insiste en mantenerla con vida; una escritora en busca de inspiración convive con unos extraños vecinos en un complejo vacacional deshabitado; una mujer concibe a una curiosa criatura en una lata de conservas; en un futuro devastado, los seres humanos se han convertido en el engranaje de inmensas naves insecto que les sirven de alimento. Un conjunto de relatos que exploran los límites de la imaginación y dejan una huella imborrable tras su lectura.

Los últimos, de Juan Carlos Márquez (Salto de página, 14,90 €)
Una ola de fuego solar. La especie humana, diezmada, debe hacer frente a la escasez de oxígeno y recursos, hasta que una extraña mutación divide a los supervivientes. Los pocos que quedan intactos se ven obligados a huir y refugiarse en las ruinas de DisneyWorld, y hasta aquí podemos contar. Dentro de la corriente de novelas apocalípticas que han aparecido en los últimos años, la novela de Márquez destaca por su estructura, a base de capítulos breves, una prosa limpia y directa, con frecuentes elipsis, y una trama que se aleja de la acción pura y dura para enfocarse también en la búsqueda de sentido de los protagonistas tras perderlo todo: un Adán y una Eva que, en esta ocasión, contarán con la ayuda de un peculiar grupo de personajes que les acompañarán en su odisea por salvar a la Humanidad.

Leche, de Marina Perezagua (Los libros del lince, 17,90 €)
Atención a esta escritora española, afincada en Nueva York, que con sólo dos libros publicados va a dar mucho que hablar en los próximos años. Leche es su segunda colección de cuentos, formada por historias tenebrosas, desasosegantes, deliciosamente intrincadas. Mención especial merece la que abre el libro, “Little boy”, donde nos adentramos en el relato de una superviviente de la bomba de Hiroshima y a su recreación de los hechos, durante y después de la explosión. En los demás cuentos, fantasía y realidad se mezclan de manera inquietante, hasta el punto de hacernos dudar de sus límites. Una narradora con una voz diferente y muy recomendable.

Eva Díaz Riobello (twitter)

 

El tigreLlevo demasiado tiempo enfrascado en la lectura de ciencia ficción, por distintas razones, así que en este texto haré algo de desintoxicación. El invierno me pide un poco de terror…

Sin embargo, hace unos cuantos años el escritor Marc R. Soto me dio un argumento irreprochable sobre el terror: no es un género, sino una herramienta. Es una intención, un mecanismo, un resultado.

El comentario tiene un poso de verdad, que puede ser más o menos discutible, pero a mí me da pie a una reflexión curiosa: lo cierto es que los libros que me han dado más miedo en mi vida no pertenecen al género del terror, sino libros intensos que tocan horrores más o menos personales. Por si alguien quiere compartir mi desazón en estas fechas tan señaladas, aquí van los tres que en primer lugar me vienen a la cabeza, tres libros en los que por momentos tuve que detener la lectura por puro espanto (sin orden de preferencia alguno):

Hambre, de Knut Hamsun (Nórdica, 14€). Posiblemente el libro más cenizo de la historia, un viaje a la miseria y a la pérdida de contacto con el mundo como su resultado. En estos tiempos en los que el sistema nos impulsa permanentemente a dar pedales, a cualquier coste, ante la alternativa de la demolición de nuestra dignidad y la de nuestra familia, Hambre es un recordatorio de la fragilidad de nuestra cordura y de nuestra posición estable. Paul Auster presenta una versión light pero eficaz de este mismo espanto en el arranque de El palacio de la Luna, y se ha confesado repetidamente deudor de esta novela.

El tigre, de John Vaillant (Debate, 22,90). Sí, es cierto; puestos a manifestar el horror de enfrentarse a la naturaleza indiferente, El peor viaje del mundo de Apsley Cherry-Garrard pone un listón tan alto en términos de crudeza directa que resulta casi insuperable. Pero Vaillant, con una escritura eficaz y poco florida, consigue dar un paso más cuando suma al frío y el entorno desolado a un enemigo concreto, ese tigre de ocho metros infatigable, astuto, la máquina de matar definitiva. Ningún monstruo creado por la imaginación, que yo conozca, iguala el espanto que Vaillant nos transmite que debieron sentir esos pobres hombres a decenas de grados bajo cero y asediados por semejante bestia.

El adversario, de Emmanuel Carrére (Anagrama, 15€). La mentira, llevada a su último extremo, nos conduce al horror de descubrir que la realidad que dábamos por buena era falsa. Es una suerte de vértigo que, personalmente, se me deja ver en algunas de mis pesadillas, pero también en mis vivencias más dolorosas. No me parece en absoluto casual que Carrére escribiera este libro y una biografía de Philip K. Dick, aunque a priori parezcan temas tan poco relacionados. La historia es hoy conocida, un caso real: un señor francés mantuvo a toda su familia durante veinte años pensando que era médico en la Organización Mundial de la Salud, mientras vivía del dinero que sus familiares le iban dando para que lo pasara a Suiza; cuando le terminaron por descubrir, los mató a todos y falló (?) en su intento de suicidio. Además de la mentira, hay aquí otros horrores: el del monstruo carismático, largos años enmascarado a la espera de golpear; el del único disparo seco, pero letal, en contraposición a la banalización del tiroteo en una película de acción.

Julián Díez (en C)

 

El águila en la nieveCuando recibí el correo que me convocaba para el artículo navideño de este año, lo primero que pensé fue: “estupendo, otra oportunidad para dar la puta brasaza con El águila en la nieve”. Sí, no me voy a cansar nunca de recomendar El águila en la nieve de Wallace Breem (Alamut, 23,95), una novela con la que disfruté horrores sufriendo como una perraca. Se trata de una historia intensísima, áspera, de un terrible fatalismo, narrada en un estilo seco y austero, acorde con la personalidad de su protagonista, Máximo, un general romano destinado a la frontera germana durante los últimos años de la Roma imperial, donde deberá hacer frente al acoso de unas tribus bárbaras que, por la presión demográfica de los pueblos del este, se ven empujadas a emigrar al interior del Imperio. Pero lo que parece una novela épica de soldados en la frontera, en el fondo es la terrible tragedia de un hombre que, en virtud del deber, lo sacrifica todo por un Imperio que se despedaza, por un Ideal que agoniza y ya no tiene cabida en el mundo nuevo que está naciendo. Además, Breem es el maestro del momento emotivo devastador, logrando que el lector también empatice con “el enemigo”, forzando la rosca del tono trágico hasta el último estadio de la iluminación espiritual a través del sufrimiento.

El siguiente libro en mi personal lista de recomendaciones sería la majestuosa Noches en el circo de Angela Carter (Minotauro), pero resulta que se encuentra descatalogada. ¡Maldita seas Planeta por arruinar Minotauro y mancillar su memoria! ¡Maldito seas tú también lector por no comprar lo que a mí me gusta! (agitando el puño en el aire haciendo pucheritos). Pero si por esas casualidades mágicas de las librerías de viejo encuentran alguna vez Noches en el circo, cómprenla y regálenla siempre que puedan, porque tendrán entre sus temblorosas manos un artefacto maravilloso que une felizmente un discurso feminista, anarquista y libertario (poético, personal y espiritual) con una prosa hermosísima, decadente, barroca y sensual que da forma a una imaginación delicada y desbordante. Un retablo de las maravillas que contiene en su interior montones de historias dentro de historias como fabulosas muñecas rusas, trapecistas cockneys que se tiñen las alas, music hall, prostitutas adorables y de buen corazón, casas de mala nota donde únicamente trabajan freaks, payasos enloquecidos y terribles, monos sabios, cerditas que adivinan el futuro, y la risa de Fevvers dejando atrás el pasado y elevándose hacia la libertad.

Otra novela con la que el triunfo navideño está asegurado es Los millones (Blackie Books, 21€), de Santiago Lorenzo. Una vez abandonado el loco mundo del cine, Lorenzo recicló para su primera novela un guión que no logró rodar; la historia de un miembro del GRAPO al que le toca la lotería pero que no puede cobrar el décimo premiado porque no tiene el DNI. Y el resultado es estratosférico. Siguiendo la fructífera tradición del esperpento tragicómico cotidiano español, en Los millones se aúnan la extrema pobreza y soledad de su protagonista en el nada glamuroso Madrid de barrio de los ochenta, el humor incómodo cimentado en la desgracia ajena, una tristeza como de interminables tardes de invierno de una capital de provincias de Castilla la Vieja y la clandestinidad como metáfora del bloqueo vital y emocional. Todo narrado con el peculiar estilo de Lorenzo, directo y preciso, plagado de vocablos viejunos descacharrantes y de un elemento cómico, dice él que siempre involuntario, pero graciosísimo. Porque Los millones es un libro divertido, tierno y triste, pero, sobre todo, pleno de verdad y de vida.

Finalmente, Dorothy Parker, Narrativa Completa (DeBolsillo, 9,95 €) es una de las mejores antologías de cuentos que podrán echarse a las pupilas ahora y siempre, por un precio ridículo. Retratos de escenas cotidianas de la vida sentimental de hombres y mujeres en el Nueva York de los años 20 y 30 que devienen en atemporales y con las que, desgraciadamente, resulta muy fácil identificarse (ay, esos monólogos de madrugada). Narradas con humor, sarcasmo e ingenio y un oído casi sobrenatural para los diálogos pero, sobre todo, con ternura y compasión hacia sus personajes, que se enamoran y sufren por ello, enfrentados a una realidad cotidiana de pequeñas y mezquinas miserias amorosas, hipocresías y mentiras, muy alejada de esa imagen del amor romántico que el cine norteamericano ha hecho popular. En los relatos posteriores a la Segunda Guerra Mundial, el interés de Parker, socialista convencida, se dirige más hacia la otra cara del capitalismo optimista de los años cincuenta, el retrato doloroso de una sociedad sonriente, opulenta, machista e hipócrita donde los negros, los pobres, las mujeres, se ven relegados al desprecio, la humillación y el olvido.

Alfonso García (twitter)

 

La nube púrpuraSe acerca el fin de año, y con él los accesos de proselitismo literario. Aunque es difícil ceñir la recomendación a solo tres volúmenes, toca hacer un esfuerzo. En mi intento de aunar variedad y relevancia, voy a señalar dos novelas y una antología de cuentos que, además, son representación de dos temáticas interrelacionadas y preponderantes en este siglo: me refiero a la inminencia de la catástrofe global y el regreso a los valores de la naturaleza. La reedición de La nube púrpura (DeBolsillo, 11,95€), de M. P. Shiel, ofrece una ocasión inmejorable para acceder a la historia postapocalíptica que mejor ha desarrollado el recurrente argumento del último hombre sobre la Tierra, y también para disfrutar de una prosa centenaria que deslumbró al propio Javier Marías, quien llegó a publicarla en su propia editorial. Se trata de un clásico ineludible.

Y es que el postapocalíptico es, con toda seguridad, el subgénero más importante de la ciencia ficción en lo que va de siglo XXI. Otra magnífica manera de aproximarse a él es hacerlo mediante la lectura de Paisajes del apocalipsis (Valdemar, 33,50€), una selección de cuentos realizada por John Joseph Adams cuya media de calidad es excelente. La mezcla de autores populares y menos conocidos, así como la gran variedad de temáticas internas, suman para constituir un magnífico compendio de la narrativa del desastre y sus diversos modos de abordaje.

Aquellos que prefieran incursionar en un género literario distinto tienen la oportunidad de leer una de esos libros que dejan huella para siempre. Se trata de Butcher’s Crossing (Lumen, 18,90€), un western escrito por John Williams que es a la vez novela de iniciación y exaltación del medio natural en su vertiente más ruda. La caza de los últimos ejemplares de búfalo y el invierno más duro imaginable entre las montañas convertirán a un joven en un hombre. La llamada de lo salvaje asociada al sentido de la vida.

Estos tres libros conducen al disfrute por caminos distintos.

Santiago L. Moreno (web)

 

Publis angelicalUno de los libros que mejor describen la actualidad española es En la orilla (Anagrama, 19€). El último premio Nacional de Narrativa continúa el camino marcado por Crematorio y en esta ocasión narra la suciedad y desesperación que ha quedado tras la brutal edificación de toda la costa mediterránea. Es un desasosegante análisis de la dignidad y la miseria que nos salpica día a día, donde nuestra capacidad para tolerar la crisis se coloca en el punto de mira. Rafael Chirbes es un narrador que parte de la derrota, sus personajes suelen ser de moral discutible o soñadores vencidos, y en esta ocasión el funesto entorno ya estaba fuera. Una novela triste, pero donde uno de los mejores autores nacionales consigue que su estilo sea avasallador y brillante. Con Crematorio y En la orilla ha redactado los dos grandes tratados sobre nuestra crisis, no solo la económica.

Este año he leído unos cuantos libros de Manuel Puig. Llegué al escritor argentino tras ver cómo le nombraban autores de la talla de Jonathan Lethem, Roberto Bolaño o David Foster Wallace. Por no quedarme con la capital El beso de la mujer araña, recomiendo Pubis angelical (Austral, 7,95€), una obra sobre personajes femeninos de gran fragilidad que se mueve entre dos hilos narrativos: el diálogo de una mujer enferma y un concienciado abogado que quiere volver a su Argentina con intenciones idealistas, aunque ambos saben que allí le espera la represión y la muerte; y la historia de amor de un actriz de cine que abarca desde la Europa central de los años 30 hasta la congelada cárcel en un futuro entorno de ciencia ficción. Resulta una impresionante mezcla de literatura sofisticada, compromiso político y gusto por los géneros más populares. Manuel Puig se mueve con falsa simpleza por la novela rosa, el erotismo, la novela negra y la ciencia ficción hasta montar un envidiable puzzle narrativo.

Y ya por salir un poco de la ficción, debo recomendar Luis Buñuel, novela (45€), el gran trabajo editorial por parte de Cuadernos del Vigía con la particular biografía de Buñuel escrita por Max Aub, y que añade un CD con las conversaciones entre el cineasta y el autor. En las 600 páginas del voluminoso tomo se abarca todo lo que rodeó a Buñuel: la infancia, su formación, la distancia entre la imagen que proyecta y la realidad, el mundo del cine, su concepción del arte y el erotismo, un pormenorizado análisis de su filmografía, un intenso –dos, en realidad- punto de vista sobre la España franquista… En Luis Buñuel, novela, Max Aub no es mero espectador, su personalidad no puede evitar aparecer, enriquecer e, incluso, discutir las palabras de Buñuel. Una gran labor de Cuadernos del Vigía, editorial a la que pienso seguir mientras continúe reeditando la obra de Max Aub.

Ekaitz Ortega (twitter, web)

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