Cuando los autores mueren sin haber afianzado sus libros en un mercado como el español es habitual no volverles a ver en una librería. Hay tantos ejemplos de esto que hasta me da reparo iniciar una enumeración. Por eso resulta sorprendente el logro de La biblioteca de Carfax con Jack Ketchum. Después de haber aparecido en tres editoriales diferentes hace una veintena de años, se le podía dar por amortizado tras su fallecimiento, más allá de la posibilidad de recuperar su novela más conocida, La chica de al lado. Sin embargo, esta editorial ha puesto en el mercado además de esta dos thrillers notables (Joyride y Perdición) y la versión íntegra de Al acecho, ahora publicada con una traducción más adecuada de su título original (Off Season). Una muestra que con un catálogo sólido, buenas traducciones y cercanía con su público hay esperanza para quebrar prejuicios.
En una nota final, Ketchum explica por qué esta edición de Off Season es la elegida para figurar en cualquier catálogo que publique su obra. Debido a intromisiones editoriales y su deseo de publicar (fue su primera novela), aceptó cambios sustanciales en su manuscrito original; un uso del lenguaje rebajado al describir la truculencia de una serie de escenas en las cuales explota el canibalismo y la violencia de la trama. El resultado fue un texto mutilado hasta traicionar su espíritu. No hay nada gratuito en esta afirmación. Todo ese contenido explícito abunda en una serie de cuestiones fundamentales por cómo exploran la faceta enfermiza de un texto que apela a la curiosidad más morbosa. Y, sobre todo, porque al describir los hechos más atroces, sin recrearse pero con plenitud de detalles, abunda en la naturaleza de un mal liberado contra un grupo de personas asediada por una comunidad indiferente a nuestros códigos, insensible al sufrimiento que produce.
Temporada baja tiene mucho de La noche de los muertos vivientes. La parte principal de su argumento cuenta cómo un grupo de caníbales formado por hombres, mujeres y niños, sitia una casa vacacional alquilada por tres parejas en el Maine profundo. Viniendo de la nada, convierten un fin de semana con las tensiones inevitables de una reunión donde hay exparejas o relaciones con fricciones, en un infierno forjado en una crueldad ajena a su/nuestra experiencia. También tiene rasgos de Devoradores de cadáveres, el mito de Grendel recontado por Michael Crichton, particularmente cuando la acción se desplaza en el tramo final a la morada de los caníbales y la monstruosidad alcanza nuevos niveles. Por lo que observan, por lo que padecen, pero también por la transición definitiva hacia esa otredad que entra en colisión con nuestros semejantes. Ketchum hace suyas estas dos líneas a partir de algo tan básico como la manera de aferrarse a la vida del cuerpo.
Este rasgo está presente desde las primeras páginas, cuando el grupo de caníbales asalta a una persona que pasaba por allí. Y se apodera del relato en un crescendo en el cual Ketchum muestra su facilidad para caracteriza el mal como una amenaza física desprovista de cualquier capa de sentimentalismo. Para ello, exhibe su habilidad en el uso del lenguaje a través de unas descripciones y una narración donde las palabras se focalizan en relatar el dolor físico y psicológico que padece cada uno de los personajes atrapados con la precisión de un francotirador. Una tarea donde se ve ayudado por la magnífica traducción de María Pérez de San Román. Ajeno a cualquier circunstancia sobrenatural o metafísica, en Temporada baja todo se inscribe en un materialismo inflexible, incesante, desolador. Y el lector que quede subyugado por él estará atrapado hasta su descorazonador desenlace.
Paralelo al relato del fatídico encuentro hay una tercera narración habitual en Ketchum: las pesquisas de las fuerzas del orden. Se abunda en sus imperfecciones, su sentido común, los fallos en los que incurren al protegernos. Vivir en el mundo de lo posible, del carácter domado, en un entorno controlado, tiene sus consecuencias cuando llega el momento de enfrentarse a lo que ha trascendido esas barreras. La preplejidad, el escepticismo, la comodidad dejan al descubierto su incompetencia. Otro rasgo humano puesto de manifiesto en esta historia sobre lo que queda cuando se trasgreden los límites. Una narración salvaje, con un pulso descomunal, desnudada de cualquier faceta sensible hasta devolver un artefacto despiadado ante el cual resulta imposible apartar la mirada.
Temporada baja, de Jack Ketchum (La Biblioteca de Carfax, 2024)
Off Season (1981)
Traducción de María Pérez de San Román
270pp. Rústica. 22,50 €
Ficha en la Tercera Fundación