Linaje ancestral, de Adrian Tchaikovsky

Linaje ancestralEsta novela corta es un poco resumen de parte de lo que me aliena de la ciencia ficción actual. Como si Adrian Tchaikovsky no tuviera confianza en que el artefacto que ha creado pudiera explicarse por sí solo, son los personajes quienes, en sus parlamentos, dejan negro sobre blanco el significado de una parte sustancial de lo que el argumento pretendía comunicar. Una poética de la ciencia ficción de baratillo que sobreexplica hasta extremos difíciles de justificar, discursiva al nivel de una homilía para una clase de sexto de primaria. Una pena porque hay otras cuestiones mejor tratadas, donde sí se preocupa por construir su novum desde una cierta sugerencia.

En Linaje ancestral los descendientes de la humanidad, después de haber colonizado un planeta, han perdido la noción de su origen y han caído en una pseudo edad media. Sin embargo, entre ellos queda al menos uno de los primeros colonizadores. Nyrgoth ocupa una infraestructura donde tiene a su disposición toda la tecnología que le llevó al planeta. Pasa décadas en animación suspendida y apenas despierta durante cortos periodos para realizar labores de supervisión o intervenir en alguna crisis. El momento cuando los habitantes del planeta acuden en su busca para solicitar la ayuda del Ancestro. Con esa intención se presenta a las puertas de su santuario la princesa Lynesse. Un mal asola las fronteras más lejanas del reino y nadie parece hacer nada para detenerlo.

Adrian Tchaikovsky intercala dos narradores en Linaje ancestral. Nyrgoth relata en primera persona los hechos a la manera de un relato de aventuras de ciencia ficción, con una visión desde un entorno dominado por la tecnología. Mientras, un narrador en tercera persona cuenta los hechos protagonizados por Lynesse como si estuviéramos ante una novela de fantasía épica; el punto de vista de una persona para la cual los medios de Nyrgoth son tan avanzados que los interpreta como sobrenaturales. En la transición entre capítulos Tchaikovsky deja oportunos solapamientos argumentales para enfatizar esa sucesión de percepciones. La maravilla de ser testigo de lo imposible versus dejar al margen la superstición para aterrizar lo ocurrido.

Adrian TchaikovskyEsta parte de diálogo entre culturas, tal y como se ejerce, depara vertientes atractivas. Tchaikovsky demuestra ingenio como fabulador a través de las pequeñas historias que se cuentan sobre tiempos pasados que despejan dudas sobre la llegada de la humanidad al planeta y la tarea a la que Nyrgoth ha dedicado su existencia. Lo que para Nyrgoth es un relato cotidiano de conquista espacial y sacrificio, para quien cuenta la historia de Lynesse toma la forma de un poema épico donde toda referencia imposible con su vocabulario se traduce a los términos que puede comprender. La naves son barcos, los planetas reinos lejanos… Tchaikovsky trama una poética evocadora que funciona de caso práctico de las fronteras entre fantasía y ciencia ficción.

Además, en múltiples ocasiones se establece a través de Nyrgoth lo nocivo de dedicarse al trabajo eliminando tu faceta emocional. La causa de la depresión del personaje. Igualmente, Tchaikovsky articula un mensaje sobre la importancia del pasado y de la capacidad de fabulación para entender el presente. En ambas elaboraciones se le va mucho más la mano y, por el motivo que sea, se ve en la obligación de reafirmarlo, dinamitando los puentes que se ha preocupado en construir. Sabotea una construcción estética que se queda en una versión edulcorada de propuestas como “La reina del aire y la oscuridad“, las historias de Cugel, El libro del sol largo o Inversiones. Esta fobia a mantener espacios de ambigüedad, sugerencia, no se guarda para esa amenaza exterior desconocida para los dos narradores. Un McGuffin para propiciar el encuentro y el viaje que Tchaikovsky acierta a mantener en una adecuada incertidumbre; permite fabular sobre su origen y su sentido en la línea de la amenaza de Herederos del Caos, aunque carece de su entidad/carisma. La brevedad del texto lo impide, manteniéndose en una extensión más propia de otra época. Tiempos editorialmente mejores donde este tipo de historias solían llegar a mansalva desde libros individuales o en grupos de dos.

Linaje ancestral, de Adrian Tchaikovsky (Red Key Books, 2023)
Elder Race (2021)

Traducción de Jesús Jiménez Cañadas
160 pp. Tapa blanda. 19,95 €
Ficha en la web de la editorial

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