A pesar de las numerosas personas que a mi alrededor la han leído y disfrutado desde su traducción en 2015, he vivido un poco al margen del (pequeño) fenómeno Las primeras quince vidas de Harry August. Pero la curiosidad por Catherine Webb y su obra está ahí, más después de escucharla en el Celsius de 2016 y quedar fascinado por su perspicacia a la hora de hablar sobre la escritura y lo que el uso de la imaginación le permite en sus novelas. No ha debido funcionar mal en España porque en 2017 Colmena Ediciones publicó El final del día y este inicio de 2018 ha hecho lo propio con el Premio Mundial de Fantasía a la mejor novela 2017, La súbita aparición de Hope. Según cuentan los que saben, en la línea de sus obras escritas bajo el pseudónimo de Claire North
Hope Arden lleva desde mediados de su adolescencia imposibilitada para perdurar en la memoria del resto de la humanidad. Sus amigos, su familia, las personas a las que roba como modo de vida… Por el motivo que sea nadie es capaz de recordarla una vez la han perdido de vista unos minutos, hayan tenido con ella una relación más intensa o meramente circunstancial. Mientras recorre el mundo se cruza en el camino de los creadores de Perfección, una red social que impulsa a sus usuarios hacia triunfo con el cambio de su imagen, sus amistades, el uso de su dinero, su dieta… A partir del robo de un diamante de dos millones de dólares en Dubái se inicia una persecución que se convierte en un toma y daca cuando entra en acción un personaje oculto en los intersticios de la Dark Web, obsesionado con destruir Perfección. A cualquier precio.
Contada en primera persona, La súbita aparición de Hope toma la forma de un thriller de la familia atrapa al ladrón, donde a las habituales marcas de este género (los giros y la intriga, las situaciones entre la espada y la pared, el misterio en las motivaciones de algunos personajes…) North añade una faceta especulativa en todo lo referente a Perfección y las peculiaridades de Hope.
No hay nada extraño en el origen de Perfección, un emporio construido a imagen y semejanza de las redes sociales à la facebook con el añadido de un asistente personal que empuja la vida de sus “productos” en una dirección demencial: avanzar en una clasificación por puntos hacia una cúspide inalcanzable, ya ocupada por una elite económica y mediática embarcada en el experimento de social definitivo. Esa homogeneización de un género humano a través de un ranking perverso bajo la acción de algo tan aparentemente inocente como el deseo de una transformación. Dejar atrás las inseguridades, los vicios y conflictos y entregarse sin ambages a los dioses de lo políticamente correcto y bien visto. La garantía de una felicidad fraguada en decenas de miles de likes en Instagram y el resto de perfiles públicos de los termómetros del éxito.
Esta faceta se realimenta con la crisis de identidad de Hope. El desarraigo, su imposibilidad para mantener una relación de cualquier tipo, el desvanecimiento de los afectos que llega a construir en las horas que está con otras personas, la conducen al desgaste y la angustia de carecer el aliciente de proyectos futuros, individuales y compartidos. Hope recuerda a esos adolescentes anclados en sus dieci, ajeno a las reglas y obsesionados con encajar en la masa a cualquier precio, aun a riesgo de negarse a ellos mismos. Porque a pesar de las implicaciones de Perfección, también la observa como una posible solución a su peculiar casuística. Alberga esperanzas de que uno de los tratamientos iniciados por la corporación, un tipo de programación neurolingüística prima-hermana de la modificación de la conducta de La naranja mecánica, pueda eliminar los aspectos de su personalidad que evitan la consecución de la felicidad. Quizás incluso pueda llegar a ser recordada por la gente que la rodea.
North equilibra los ingredientes de la narración y ninguno amenaza con devorar al resto. Erige la especulación desde los acontecimientos y los descubrimientos de Hope, acompasa sus vaivenes y dudas en consonancia, dosifica los giros y descubrimientos e, incluso, se las arregla para situar a su personaje en situaciones peliagudas cuando más invulnerable parece. También acierta a imprimir una voz atractiva a su personaje. A través de la ironía y ciertos recursos narrativos (la inclusión de listas para describir elementos importantes en el argumento; el uso del diccionario para definir determinadas palabras y, a través de ellas, a sí misma; la información complementaria sobre ciertos detalles de la trama) insufla vida a su relato mientras desgrana su pasado, sus fortalezas y sus debilidades.
No mantiene el mismo control sobre el rumbo de la peripecia y la desproporcionada extensión del libro. Un poco por la consistencia de su escritura. A lo largo de la novela mantiene un estilo y un flujo de relato constante. Con la acumulación de situaciones equivalentes (Hope se encuentra una y otra vez con unos personajes que no la recuerdan), cae en reiteraciones, se describen ciertas pesquisas que pedían a gritos una elipsis, y la narración se resiente. Tanto como que después de 250 páginas he comenzado a leer en diagonal párrafos y párrafos de cháchara que ni contribuye a crear atmósfera, ni profundiza en personajes o situaciones ya introducidos, ni diversifica la acción… Aunque mantiene parte de sus valores y ofrece más momentos llenos de ingenio (la trampa en la que Hope se arroja de cabeza) o climáticos, dilapida una porción de su momentum. Una de las cualidades que debería cuidarse al milímetro en un thriller, aquí perjudicial para el curso de la novela. Aun así, La súbita aparición de Hope me ha parecido disfrutable, en mi caso un acicate para ponerme con alguno de los otros libros de Claire North.
La súbita aparición de Hope, de Claire North (Colmena Ediciones, 2018)
The Sudden Appearance of Hope (2016)
Trad. Jaime Valero
620 pp. Rústica. 20€