La editorial granadina Parnaso eligió hace año y medio este libro como carta de presentación y bautismo de fuego de su colección Vórtice. Dicha colección surgió con el propósito de ser plataforma y vehículo de acercamiento a los lectores de los autores en lengua española tanto de ciencia ficción como de fantasía o de terror, como es el caso que nos ocupa, tanto consagrados como los que anduviesen iniciando su carrera literaria. Y todo ello a un precio asequible, asentándose en el prolífico mercado editorial fantástico actual y, según las palabras de Víctor Miguel Gallardo Barragán, coordinador editorial de la colección Vórtice en la introducción que abre este volumen, convirtiéndose también en alternativa a las grandes editoriales. No resulta una empresa fácil pensarán ustedes. Pero viendo el esfuerzo realizado y el resultado obtenido con Imágenes, del escritor madrileño Santiago Eximeno, uno constata que escogieron la senda y maneras más adecuadas para conseguir dicho objetivo. Y pese a algún altibajo en la calidad literaria de algún título, creo que si siguen perseverando en ir superando las dificultades propias de una editorial pequeña, podrán alcanzar dicho objetivo.
La edición no es perfecta, obviamente, pero sí tiene un acabado por encima de la media, con una calidad del papel y maquetación más que aceptables. Además adornando sus páginas incluye unas excelentes ilustraciones de Ray Respall Rojas, autor de la portada. Ilustraciones con tintes surrealistas que complementan y enriquecen Imágenes sin desvelar absolutamente nada acerca de su contenido. Sólo un error notorio: la desaparición de la página que iría entre la 111 y 112, que no afecta en nada a la comprensión de la trama pero que supone un gazapo poco tolerable.
El volumen se compone de una introducción, una novela corta, “Imágenes”, dos cuentos, “La séptima galería” e “Islas de agua dulce”, y un epílogo doble: “Ellos” y “Siempre han estado aquí”, todos obra de Santiago Eximeno, que da homogeneidad al conjunto aportando un nítido hilo conductor. En cada una de estas imágenes se va desgranando un terrorífico universo en el que el miedo al otro, al desconocido, al que aparentemente es igual a nosotros pero del que no sabemos nada (uno de los miedos más universales y reales del hombre), es explorado y diseccionado en muchas de sus vertientes.
Comenzaremos con la novela corta que da título al volumen. En ella vemos la gran capacidad de Eximeno a la hora de crear una ambientación excelente en la que, una vez te ha atrapado, te va llevando por distintos grados de angustia, confusión y tensión. Esta recreación de terroríficas atmósferas bebe directamente de maestros como Ramsey Campbell o Algernon Blackwood. Aunque se echa en falta un mayor desarrollo de los personajes; algunos quedan apenas esbozados y a otros les falta profundidad para que el lector conecte con ellos. Pero esto lo suple la perturbadora ambientación ya comentada.
La acción comienza cuando el psiquiatra Julio Gómez se traslada a un sanatorio mental para hacerse cargo de un paciente muy especial. Dicho sanatorio está aislado del resto del mundo, y poco a poco Julio se verá inmerso en una espiral de extraños sucesos que le llevará a los límites de su propia realidad e identidad. Hasta que sea consciente de su auténtica naturaleza y del peligro inevitable que se cierne sobre él y, por extensión, sobre el resto de la humanidad.
En el cuento “La séptima galería” nos trasladamos al mundo de la cuenca minera del carbón, a través de los ojos de Tomás, un joven minero casado y con una hija pequeña. Descubriremos el asfixiante mundo de la minería, el lento pero inexorable deterioro físico y mental de quienes lo habitan, y el secreto que le aguarda en la séptima galería de la mina. La recreación de esta realidad y sus gentes es soberbia, con personajes que tienen vida propia. Quizá el relato hubiese sido más redondo si la resolución fuese algo menos precipitada.
El segundo cuento que nos encontramos es “Islas de agua dulce”, un perturbador relato sobre el rechazo del protagonista a enfrentarse a la convivencia con familiares afectados por el alzheimer. En este caso a través de la enfermedad de su abuelo y, posteriormente, su padre. En plena huida de su familia (y él mismo) se encontrará con Teresa, una mujer que, a priori, le servirá para olvidar a su familia y la enfermedad que les afecta. Pero que, en realidad, le ofrecerá una alternativa, una nueva salida, la cual es a la vez atractiva y terrorífica.
En definitiva, estamos ante un libro recomendable tanto para los que gusten de las nuevas corrientes del terror, como quienes deseen descubrir los miedos del hombre actual o, simplemente, aquéllos dispuestos a sumergirse en el inquietante y terrorífico universo de Santiago Eximeno. Un autor que va creciendo literariamente a cada obra que escribe y que, pese a quedarle mucho camino por andar, ya se ha hecho una voz propia y sonora en el terror en español. Pero estoy seguro que en breve nuestras fronteras se quedarán pequeñas. Como lector, personalmente le acompañaré a lo largo de ese viaje. Y les recomiendo que también lo hagan. Eso sí, prepárense a sentir miedo. Miedo de verdad.