Asociar Kurt Vonnegut, la Segunda Guerra Mundial y el bombardeo de Dresde es todo uno. Basta conocer un poco su icónico Matadero cinco para ser consciente de la relevancia de este suceso pesadillesco, en su vida y su literatura. Mucho menos conocida es la influencia de su empleo en el servicio de prensa de General Electric. Un desempeño que ocupó a finales de la década de los 40 gracias a la recomendación de su hermano Bernard. Bernard, químico graduado en el MIT, fue contratado por la empresa fundada por Edison para incorporarse al Laboratorio de Investigación de su sede de Schenectady. Bajo la dirección del Nobel Irving Langmuir se convirtió en parte fundamental del proyecto Cirro, una investigación sobre cómo modificar el tiempo atmosférico. Primero a la hora de producir lluvia y modificar el curso de las tormentas y después alterando el clima a gran escala. En los albores de la Guerra Fría, la idea atrajo la atención de unas Fuerzas Armadas de EE.UU. como posible alternativa a la carrera nuclear.
Los hermanos Vonnegut. Ciencia y ficción en La casa de la magia es la biografía de este período en el que Bernard trabajó para General Electric y se llevó a Kurt a Schenectady para proporcionarle una estabilidad laboral hasta ese momento desconocida. Ginger Strand se acerca a sus vidas desde un relato con una estructura casi novelesca: narra en paralelo sus vivencias en Schenectady a través de secuencias de tres o cuatro páginas que sincroniza y encaja en sendos arcos dramáticos. El de Kurt unido a un trabajo aceptado para mantener a su familia mientras buscaba la manera de ganarse las lentejas como escritor; y el de Bernard relacionado con la erosión del sueño de quien comienza a hacer Ciencia por el hecho de hacer Ciencia y choca con la instrumentalización corporativa y la militar.
La descripción del proyecto Cirro es apasionante. Es muy loco el tránsito del trabajo inicial rozando lo artesanal de Bernard y el resto de su equipo, a la implicación hasta las trancas del ejército, o la aparición de buscadores de fortuna dedicados a sembrar los cielos de medio EE.UU. con sus avionetas para producir lluvia en periodos de sequía. Pero igual de atractivo es cómo se muestran los mecanismos de la Ciencia. Desde una escala política, social y económica, ligada a unas grandes corporaciones que colonizan su desarrollo con todo tipo de intereses (búsqueda de patentes, una responsabilidad basada sobre todo en las consecuencias legales, una actividad empresarial sostenida con fondos públicos), y también desde una perspectiva epistemológica. La faceta empírica fue tan importante para el equipo de Schenectady que olvidaron los detalles más básicos del diseño experimental, hasta perder la perspectiva y despeñarse en un hoyo plagado de sesgos.
Mientras, las páginas protagonizadas por el autor de Madre noche se centran en dos aspectos. Por un lado, el denodado esfuerzo de Kurt por convertirse en profesional de la escritura. Strand describe con amplitud los sucesivos fracasos al colocar sus primeros relatos en las revistas generalistas que abundaban a finales de los años 40 y principios de los 50, en un mercado diferente al de la ciencia ficción. Lejos de figurar en publicaciones de uno o a dos centavos la palabra, Kurt se centró en las cabeceras de 500 o 1000 dólares el relato y, tras cada rechazo, reescribía y reescribía sus cuentos siguiendo las indicaciones del editor. Strand se esmera en exponer este proceso tanto para el conocedor de sus ficciones breves como al lego. Cuenta una serie de variaciones que, acumuladas, enfatizan la personalidad del autor de El almuerzo de los campeones, el entrenamiento de su faceta creativa y los sacrificios para lograr cada venta. En esta tarea Strand destaca la sinergia con su mujer, Jane, cuya complicidad e implicación se exponen con enorme cariño.
Este retrato se enriquece con las cuestiones que Kurt extrajo de su conocimiento de General Electric e, inevitablemente, el proyecto Cirro (un hecho evidente sobre todo en Cuna de gato, cuya idea comenzó a trabajar en esta época), y de su día a día en Schenectady. Esta ciudad giraba por completo alrededor de General Electric y era la esencia de la vida corporativa, dominada por un paternalismo empresarial con sus caras beneficiosa y problemática inspiración para varios cuentos o su primera novela, La pianola.
Strand termina de moldear las vidas de Kurt y Bernard con un tercer relato: bien aporta hechos fundamentales para entender el desarrollo del proyecto Cirro en los que se involucraron otras personas, bien los contextualiza con el sentir de la comunidad científica de EE.UU. en la carrera nuclear; el despertar del sueño utópico de las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial cuando hubo un cierto sentimiento de que el entendimiento entre países podía promover un progreso respecto a la situación anterior. Esto termina de configurar el caldo de cultivo que explica los dilemas morales habituales en la obra de Kurt, caso de la responsabilidad individual detrás de los descubrimientos realizados, y la salida de los dos hermanos de General Electric. Un anticlímax donde su idealismo inicial no pudo compensar la acumulación de peajes.
Esta parte final es donde mejor se aprecia el cariño de Strand por los Vonnegut, en unas páginas que he leído con emoción, con Bernard encontrando la estabilidad con desarrollos más pequeños o con Kurt enfrentado al fracaso de sus primeros años de escritura profesional. Un tramo que resuelve el leve apalancamiento previo cuando Cirro se estanca en situaciones repetitivas (inevitables, por otro lado) y a Strand se le va un poco la mano con la pormenorizada descripción de la escritura de La pianola.
La edición de Es Pop está a la altura de su estándar, con la inclusión de todas las fuentes utilizadas por Strand en su documentación, y el valioso índice onomástico marca de la casa. El último detalle que me lleva a recomendar Los hermanos Vonnegut, si te interesa Kurt más allá de Matadero cinco o, simplemente, la divulgación de ciencia y tecnología.
Los hermanos Vonnegut. Ciencia y Ficción en La casa de la magia (Es Pop Ediciones, 2021)
The Brothers Vonnegut: Science and Fiction in the House of Magic (2015)
Traducción: Regina López Muñoz
Tapa blanda. 376pp. 22,95 €
Ficha en la web de la editorial