Tras El cortafuegos y Perros bajo la piel, la tercera obra de Luis Ángel Cofiño posee también un alto contenido de especulación social y de crítica política, aunque no siempre aparezcan de manera central en el transcurso del volumen. Se trata de una novela correcta, de ritmos bien equilibrados, rica en estructura y en diversidad de registros y líneas de tensión, que da como resultado una amalgama de subgéneros bien armonizados.
El libro ensambla distintos tiempos, lo que permite obtener una panorámica de lo ocurrido en su mundo ficcional a lo largo de muchos años. La narración está impulsada por la acción, por la intriga de especulación científica, por el desarrollo de la peripecia de la protagonista y hasta por algún pasaje puntual de pura space opera. La carrera espacial, en la que en un segundo plano Cofiño plantea una crítica al imperalismo, que trata de encubrir públicamente sus intereses comerciales y colonizadores, sirve asimismo de hilo conductor.
El descubrimiento de una técnica que permite «revivir» a los muertos («renacimiento») garantiza la inmortalidad en cierta manera. Básicamente, en bebés en gestación se incorpora la memoria del sujeto, que pasa así a continuar su vida, con lo que se produce una curiosa descompensación entre mentes y cuerpos. La proliferación de esta técnica y su misma evolución permite al autor plantear un escenario de especulación con un bien básico (la gente lo costea con su trabajo esclavista en la compañía, hace frente a una legislación represiva contra los renacidos si desobedecen, existe un rechazo social a los renacidos…). Se producen por ello disturbios, tensión social y el auge de movimientos de extrema derecha y de extrema izquierda.
El trasfondo puntualmente se coloca en primer plano, pero se presenta generalmente más para contextualizar que para ubicarse como foco de narración. De hecho, esos acontecimientos se cuentan a modo de recapitulación o de puesta al día, más que como parte de un desarrollo narrativo.
Con todo, a mediados del volumen sí ocupa el centro de atención, con el triunfo electoral del partido fascista en los Estados Unidos Confederados de Europa. Al respecto, el libro denuncia el progresivo poder que va adquiriendo la iniciativa privada, hasta el punto de desafiar abiertamente al Estado. Cofiño expone como conclusión de la tensión por el monopolio capitalista el crecimiento y triunfo del fascismo. Aunque opuesto al auge del poder privado, este le deja obrar a su antojo sin interferir ni tratar de nacionalizar las grandes empresas. Es decir, el fascismo se presenta como contrapeso y garante del equilibrio de poder frente a los monopolistas.
Por otro lado, la protagonista se complejiza conforme avanza la novela y su vida de renacida. En esa nueva encarnación, debe enfrentarse a distintas particularidades y a conflictos éticos y existenciales (relacionados, básicamente, con la búsqueda de identidad) donde, de nuevo, la ciencia ficción se presenta como el único género narrativo capaz de explorar tales cuestiones.
Su cara frente a mi (Parnaso, col. Vórtice nº6, 2006)
Rústica. 344 pp.
Ficha en La tercera fundación