Romanones, de Mar Abad

RomanonesDisfruté con los dos libros anteriores de Héroes&Villanos; la colección de biografías en formato bolsillo pensada para aproximar al lector contemporáneo figuras convulsas, olvidadas, de una u otra manera fieles retratos de su tiempo. Tanto Sergio del Molino con Calomarde como, en menor medida, Silvia Cruz Lapeña con Lady Tyger conseguían este propósito desde dos estilos opuestos aunque tremendamente actuales, buscando resaltar las cualidades de cada personaje, su carácter de símbolo de las tensiones de los momentos que les tocaron vivir. Ambos libros fueron lanzados a las librerías poco antes del gran confinamiento y hemos tardado más de dos años en ver en las librerías una nueva entrega de la colección. En este caso con un personaje en la línea de Calomarde, cambiando el político que mejor simboliza los últimos años del absolutismo por el que mejor encarna la España del turnismo: Álvaro Figueroa y Torres, el Conde de Romanones.

Mar Abad se acerca a la figura de Romanones desde una biografía más canónica, centrada en un despliegue abrumador de sucesos que prefigurarían la imagen de Romanones como el personaje que articula la restauración con las décadas que condujeron a la Segunda República. El tiempo durante el cual, desde su militancia en el partido liberal, ejerció como diputado en las cortes desde su escaño de Guadalajara y desempeñó multitud de funciones: alcalde de Madrid, presidente del Senado, multitud de ministerios… En todas ellas se desenvolvió en una línea coherente, representación de unos ideales donde el caciquismo abraza una modernización concebida como arraigar en la monarquía políticas que se habían llevado a cabo en el Reino Unido y Francia unas décadas antes, a la manera española. Y medrando en ese avispero de contrincantes, afines y ajenos, alrededor de la corte y el parlamento.

Está aquí quizás la idea fuerza del libro. Cómo en esa vorágine que comienza con las primeras cortes de la regencia de Maria Cristina, y que le llevaron a ser presidente del Gobierno en varias ocasiones, Romanones siempre estuvo en primera línea inasequible al desaliento. Ya fuera cuando los caprichos del monarca pusieran en el ejecutivo al partido conservador, ya fuera por tomar medidas impopulares entre el clero y la nobleza, ya fuera porque el distanciamiento con sus compañeros le llevaran fuera del gobierno, esta zarzuela del poder en 37 actos es un manual de resistencia; un magisterio sobre cómo estar en el gobierno o cerca de él durante más de cuatro décadas.

Esta percepción se ve empañada por la forma decidida por Mar Abad para su obra. Según he leído el libro, me he visto arrojado a una abigarrada sucesión de acontecimientos y citas que dificultan profundizar más allá de esta idea. Cualquier intento de perfilar un retrato personal naufraga en la incapacidad de la escritora para elegir qué sucesos destacar, qué decisiones enfatizar, qué iniciativas silenciar, acudiendo además a un arsenal de citas de palabras de Romanones muchas veces de una línea que acentúan una sensación de biografía almanaque.

Este fracaso a la hora de plasmar las motivaciones de la persona más allá de lo superficial, esta dificultad para dotarle de hondura psicológica, de proporcionar puntos de vista más allá de la descripción somera de los hechos quizás sea apreciado por muchos lectores. No ha sido así en mi caso. Más cuando el propio estilo mediante el cual está contado, un registro entre cotidiano y vulgar, me ha resultado gratuito. Una decisión impostada por imprimir algo de mordiente a un libro que aun así carece de él por completo. Estaba aguardando con muchas ganas este tercer volumen de la colección y menuda decepción.

Romanones, de Mar Abad (Libros del K.O., 2022)
Bolsillo. 216pp. 14,9€
Ficha en la web de la editorial

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