La luna cuadrada es una antología de relatos fantásticos que la siria Ghada Sammán publicó en 1994. La autora, una de las escritoras árabes más importantes de las últimas décadas, es un referente cultural e ideológico en su país, y destacado miembro de la llamada “literatura femenina emancipada”. A día de hoy, con más de 30 libros publicados, y casi una desconocida en España, acapara una polivalente trayectoria como escritora de teatro, poesía, novelas, guías de viaje, y relatos como los recogidos en este libro.
Nueve de los diez relatos que la componen se podrían clasificar dentro de la temática fantástica. Partiendo de una base similar (libaneses, exiliados en Francia o Inglaterra tras la larga guerra civil en su país, que se enfrentan a una situación conflictiva producida por un suceso sobrenatural), los relatos sirven para acercarnos al difícil conflicto entre la opresiva sociedad de la que provienen y la sociedad europea. El interés de Sammán queda especialmente orientado hacia los problemas femeninos, tratando de exponer la necesaria dignidad y emancipación de la mujer árabe a pesar de las trabas psicológicas y sociales que se lo impiden. En el primer relato, “Cortar la cabeza al gato”, encontramos a un exiliado en París que sufre al enamorarse de una mujer, también árabe, cuyo progresista comportamiento es similar al de una europea. El confuso joven es visitado por el fantasma de una casamentera que le recuerda cómo debe ser la mujer -o mujeres, hasta tres- con la que se case. Él, enfrentado a la complicada realidad del carácter de su pareja y la tradición que representa la casamentera, ve acrecentadas sus dudas. Temeroso, no encuentra el modo de exponérselas a su pareja, y acaba dejándose llevar por el reto.
La vertiente fantástica del libro suena a leída anteriormente. No existen elementos innovadores y en todo momento es utilizada como herramienta para ejemplificar los conflictos interiores de los protagonistas: en “Treinta años de abejas”, una mujer cuyo trabajo es menospreciado por su socio, y marido, anida un violento enjambre de abejas en su interior cuya ira no hace más que agrandarlo; o en el divertido “Las visitantes de la agonía”, a un rico árabe le aparecen los espectros de las mujeres a las que destrozó la vida, de forma directa o colateral, para acrecentar su fortuna, o por simple placer.
En la mayoría de ellos existe una reivindicación, son relatos políticos y feministas. Sólo en dos se permite abandonar la trinchera e ir directa a los sentimientos. “El otro lado de la puerta” narra la misteriosa aparición de un payaso cuya única ambición es la felicidad de los niños; y en el bello “El hada de los cisnes”, una mujer que no quiere abandonar París va a ver la representación de El lago de los cisnes y se le aparece un cisne que concede deseos. Ella ruega no abandonar la ciudad, quedarse siempre allí con su pareja, y es transformada en estatua a escasos centímetros de su también petrificada pareja, sin que jamás puedan llegar a tocarse.
El estilo se mantiene lineal, con continuas conversaciones y sin ahondar en las descripciones, complementando la narración con un incesante diálogo interior del personaje principal de cada relato. Siendo, como todos los humanos, seres temerosos y llenos de conflictos, pero acrecentados con el aislamiento del exilio, unas veces necesario, otras deseado, que los hunde en el desencanto y la nostalgia.
Si la traducción es más que correcta y las notas a pie son necesarias pero no abundantes, es una pena que la edición contenga algunas erratas que desmerecen los factores literarios del libro. De todos modos, es una lectura distinta e interesante con elementos fantásticos que son conocidos por todos pero reinterpretados en un contexto alejado de lo común. Una obra que se sale de los registros habituales, y sólo por eso merece la pena.
Ah, parece que en toda reseña de un libro árabe se debe nombrar Las mil y una noches, así que me veo en la obligación de decir que en La luna cuadrada no encuentro referencias a ese clásico de la literatura. Me pregunto si en el extranjero nombrarán El Quijote siempre que comentan una novela española. ¿Quién sabe?
La luna cuadrada (Comares, col. La vela, 2007)
(1994)
Traducción: José Miguel Puerta Vílchez
Rústica. 312pp.
Ficha en la web de la editorial
Interesante reseña, dan ganas de leerlo.