El lunes publicamos una extensa reflexión de Julián Díez. Desde su bagaje como periodista y lector de ciencia ficción, invitaba a afrontar con optimismo el futuro tras La Pandemia. Un acontecimiento que nos ha arrollado mientras seguíamos mirando con displicencia al elefante en la habitación de las últimas décadas: la emergencia climática. Basta pensar cómo hemos pasado de observar los primeros casos a terminar encerrados mientas mueren cientos de personas sometidas a un triaje nivel hospital de campaña de la Primera Guerra Mundial. En seis semanas. Cuando Julián me pasó el texto, le comenté lo alineado que lo veía con este libro de Peter Frase publicado por Blackie Books unas semanas antes de la crisis desatada por el SARS-CoV-2. Con varias facetas bastante menos optimistas, pero escrito desde la misma inquietud de anticipar los caminos que pueden llevar a la humanidad durante las próximas décadas. No sé si con una cierta intención de empujar en la dirección más benévola para la mayor parte de la población y conjurar las líneas más tenebrosas.
Cuatro futuros expone cuatro escenarios diferentes en la intersección de dos ejes: el primero tiene en sus extremos la abundancia y la escasez mientras que el segundo está comprendido entre la igualdad plena y la desigualdad más absoluta. Antes de plantear cada uno, afirma en la extensa introducción que nada más lejos de su intención hacer un ejercicio de futurismo. Su propósito es partir de cuestiones clave en la actualidad (calentamiento global, renta básica universal, la propiedad intelectual, la segregación por clase social, el exterminismo…), para discutir cómo se articularía una sociedad ateniéndose a las condiciones de contorno de esas variables. Y cuáles serían los mayores problemas, en su formación y en su desarrollo.
Frase no oculta su militancia marxista, algo evidente a lo largo y ancho de los ensayos. En el primero, la utopía comunista, entra en vereda sobre lo que supondría el fin de gran parte del trabajo alienante con el paso adelante en la automatización (según Frase, claramente aletargada por los efectos de la crisis de 2007 y sus efectos sobre los costes laborales); las tensiones derivadas del mantenimiento de labores imprescindibles mientras no hubiera alternativa (el cuidado de las personas); las necesidades económicas y personales en este nuevo contexto; la emergencia de un nuevo sistema de prestigio social… De una manera que puede antojarse básica aunque no trivial, yendo a los textos de Marx siempre que le es posible, abre cuestiones subyugantes para el lego sin evitar aristas como la barrera del idealismo arcadista o el precio para alcanzar esa utopía. En este sentido, la idea de un planeta humanizado, con un ecosistema sostenible pero modificado, introduce de manera soterrada una cierta visión transhumana que me hubiera gustado ver ampliada.
Hay más referencias, obviamente, a la hora de tratar el resto de alternativas (Rentismo: jerarquía y abundancia; Socialismo: igualdad y escasez; Exterminismo: jerarquía y escasez): a pensadores de lo más variados (Richard Freeman, André Gorz, Bruno Latour, Julilly Kohler-Hausmann…) y a situaciones en desarrollo. Casi siempre mirados desde una perspectiva actual que, dada la publicación original en 2015, invita a encontrar ejemplos más recientes. Tal es el caso de la redimensión del exterminio de palestinos promovido por sectores de la sociedad isrealí y desatado en 2014 que, a tenor de la locura propuesta por las administraciones Trump y Netanyahu para lograr la “paz”, queda lejos de haber llegado a su máxima expresión.
Frase también acude a referencias literarias y fílmicas de ciencia ficción, bien referenciadas por la edición de Blackie Books. Con algunos ejemplos muy comunes (Star Trek o Los juegos del hambre), y otros poco utilizados como las novelas cortas de Charles Stross agrupadas en Accelerando o el último libro de la Costa Dorada de Kim Stanley Robinson, inédito en España. La mayor pega que le encuentro está precisamente en el futuro que evita, abundantemente cartografiado ya: la digitalización de la personalidad y el paso de la humanidad a un entorno virtual. Quizás porque de todas las soluciones planteadas sea la que más problemas plantea para su toma de posición. Quizás porque la conclusión final deja claro que Cuatro futuros también es un libro sobre ese ahora en el que la digitalización sigue siendo ciencia ficción mientras vivimos en el entrelazamiento de estos cuatro futuros… aunque no estén distribuidos de manera uniforme (siempre Gibson). Un motivo adicional para acercarse al libro y observar lo que nos sucede desde este incisivo ejercicio de anticipación.
Cuatro futuros, de Peter Frase (Blackie Books, 2020)
Four Futures (2015)
Trad. Jara Diotima Sánchez Bennasar
152 pp. Tapa Dura. 17,90€
Ficha en la web de la editorial
Mira que no soy yo muy de ensayos, pero se lo vi a Borja en la mano un día que fuimos a Gil y me llamó un poco la atención. Parece al menos una interesante lectura de futuro/presente. Un abrazo 🙂
El texto es ligero; quizás por eso me ha gustado menos que otros ensayos recientes que he leído como los de Mark Fisher. Pero creo que te gustará el uso de la ficción de Frase para apoyar sus ideas.
Lo tendré en cuenta. Saludos.
Estoy leyéndolo ahora mismo porque esta navidad, en las ofertas de Verso Books de fin de año, me hice con varios ensayos de, digamos, tecnocomunismo. También uno llamado Full Automated Luxury Communism, que es el término mitad broma mitad en serio con el que se refieren algunos al primero de los futuros de Frase, en el que se profundiza bastante en el tema, y otro pendiente que compara Amazon y Walmart con economías planificadas mucho más voluminosas de lo que nunca fue la URSS.
Es curioso cómo en la esfera anglosajona este tema esté tan de moda mientras que por aquí apenas inquieta. Tal vez porque la automatización de camareros de pub y animadores de hotel parezca más lejana en un país que renunció a tener industria en la década de los 80 del siglo pasado, pero de aquellos polvos parte de estos lodos.
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