Sobre la nueva colección de RBA…

Mongoliad

Mongoliad

Esto es algo que he comentado por twitter en varias ocasiones, pero como esa red social son lágrimas en la lluvia aprovecho este espacio para hacerlo. Puesto a que me lluevan “guantazos”, mejor que queden aquí “congelados”; después son más fáciles de encontrar.

Lamento mucho parte de las decisiones que está tomando RBA en su sello de literatura fantástica. A pesar de que están publicando buenas novedades, veo la colección camino del abismo. Mi posición, supongo, puede verse como la del aficionado de vuelta de todo, entre pesimista y catastrofista, que teme que ocurra lo mismo que con la gran mayoría de colecciones que las grandes editoriales han publicado. La desaparición o, lo que es quizás peor, su transformación en Minotauro’.

Toda mi postura se apoya en la base, quizás errónea, que RBA no se conformará con las ventas medias de las últimas colecciones de género que se han ido quedando por el camino. Colecciones que lo hicieron muchísimo peor en la mayoría de los aspectos, caso de la desastrosa Omicron que ni tenía la imagen de RBA, ni su posicionamiento en librerías, ni su arsenal de autores, ni…

Sin embargo… Sin embargo la selección de títulos de RBA da un cierto “pavor”. Repasando los títulos que han publicado, sin ánimo de ser exhaustivo:

Crash, de J. G. Ballard
La isla de hormigón, de J. G. Ballard
Mundos de exilio e ilusión, de Ursula K. Le Guin
Grandes novelas, de H. G. Wells
Entre extraños, de Jo Walton
Los caballos celestiales, de Guy Gavriel Kay
Las furias de Alera, de Jim Butcher
El mundo de cristal, de J. G. Ballard
El mejor de los mundos posibles, de Karen Lord
La máquina espacial, de Christopher Priest
Las doce moradas del viento, de Ursula K. Le Guin
Mongoliad, de Neal Stephenson, Greg Bear & Co.
Osama, de Lavie Tidhar

Y, en breve, entre otros títulos, Trueque mental, de Robert Sheckley. O los relatos completos de Ballard.

Vivo un poco desconectado del mercado editorial español desde hace cuatro años, cuando comenzó a cocinarse Prospectiva. En este tiempo apenas he seguido la ciencia ficción por obvias razones… y ni siquiera eso desde que me vine a trabajar al valle de Río Grande. Sin embargo no puedo dejar de constatar que muchos de esos libros tendrán serios problemas para lograr unas ventas mínimas.

La máquina espacial

La máquina espacial

Porque, por ejemplo, no entiendo muy bien cuál es el futuro comercial de una de las novelas más flojas de Christopher Priest, que no deja de ser una obra demasiado fiel al original, demasiado descriptiva, demasiado (diría) decimonónica en su concepción, demasiado alejada de la literatura que se consume hoy en día… y en un registro radicalmente opuesto a los pesados pastiches de Félix J. Palma, que se han debido vender bastante bien y que, supongo, este producto intenta aprovechar. No tiene nada que ver con lo que los lectores de la obra de Palma esperan. Ni los steampunks. Quizás solo los de Wells encuentren algo de su gusto.

Si la cuestión era recuperar una novela de Priest fuera de catálogo se me ocurren unas cuantas que merecían esa suerte con más justicia, incluyendo alguna inédita. Sabiendo que Priest es un autor de ventas bajas; como ejemplo ahí tienen El Prestigio, al que ni siquiera la película basada en ella salvó del saldo (bueno, oferta, que si no hay editores que se ofenden), ayudado por la cubierta de la película y todo.

Sigo. El omnibus con cuatro de las novelas que Wells escribió a finales del siglo XIX y que le convirtieron en gran icono de la literatura popular del pasado siglo: “La máquina del tiempo”, “La isla del doctor Moreau”, “El hombre invisible” y “La guerra de los mundos”. Libros que, ¡ey!, está bien tener en un mismo volumen pero que a) ya tiene to quisqui y b) se ofrecen en una edición igual al resto de la colección (nada de tapa dura). Supongo que a RBA le deben funcionar muy bien los volúmenes similares que, por ejemplo, recopilan las novelas completas de Marlow de Raymond Chandler, pero no sé si es el mismo tipo de producto. Desde luego no están dedicadas al mismo tipo de lector. Pero quizás se regalen mucho en el día del padre, con esa cubierta blandurria, ese papel feo, esa material que se desgasta con la mirada…

Continúo. Ballard. Un autor de culto del que todo el mundo habla pero al que muy poquitos hemos comprado en España en más de dos ocasiones. Un escritor que no sé siquiera si sobreviviría en una colección dedicada a escritores mainstream. En el fondo, aunque duela y rebele, el gran público es de la misma idea que formulaba Miquel Barceló en una de sus celebradas columnas.

El hecho es que no solo publican cuatro de sus mejores novelas sino que, no contentos con ello, se lanzan de pleno con sus relatos completos. Un volumen que debiera haber publicado hace más de una década Minotauro y que quedó en el olvido cuando en  Planeta se dieron cuenta que ellos estaban para ganar pasta con Tolkien y no para reinvertir una mínima parte de sus ganancias en productos de calidad con los que palmarían dinero sí o sí. Y es un libro cuya publicación es de justicia. Uno de los mejores cuentistas del género, toda su obra breve… Pero son relatos, una colección de género, Ballard… Aun recuerdo la caña que nos dieron en cYbErDaRk.NeT hace una década cuando Julián Diez incluyó una de sus colecciones de relatos en nuestros fundamentales, o la reacción de los lectores a la lectura de varios de sus libros (El mundo sumergido, La isla de cemento…) en aquella colección de bolsillo que sacó Minotauro.

Trueque mental

Trueque mental

Pero entre las reediciones la menos meditada de todas es, sin duda, la próxima: Trueque mental, de Rober Sheckley. Un autor que merece una recuperación en lo que a sus relatos se refiere pero que nunca se caracterizó por dar lo mejor de sí en las distancias largas. Lo peculiar de esta decisión está en que Trueque mental ya fue publicada hace casi quince años por Mundos imaginarios, aquella extraña colección de Plaza y Janés de finales de los 90, y terminó muerto, saldado y sepultado por toda España y parte de hispano-américa  Me atrevo a decir que de forma merecida. A lo que hay que sumar el hecho de que, tranquilamente, hay cientos de títulos que merece la pena recuperar antes de Trueque mental.

Sobre las novedades, no puedo decir mucho. Hay títulos atractivos de autores nuevos que suenan muy bien acompañados de otros que pueden atraer y han atraído ventas, ya porque han ganado premios, ya porque son seguidos por un público fiel. Pero también nos encontramos con un título de Guy Gavriel Kay, autor saldado varias veces y que hace una fantasía en las antípodas de la que se lleva comercialmente. O un producto tan extraño como Mongoliad, que más parece concebido para ser disfrutado en otro medio que en el impreso.

Entre el argumentario de la defensa, uno que se repite desde hace tiempo: RBA busca un público mucho más amplio que el de género, que en los últimos años ha permitido el éxito de, entre otras novelas, El mapa del tiempo o La chica mecánica. Novelas que escaparon a la adscripción genérica porque aparecieron fuera de colección y se veían, sobre todo, en las mesas de novedades, no en el rincón de las de siempre. Donde, poco a poco, se está incrustando la de RBA. No hay más que ver quiénes hablamos de ella en las redes sociales o los blogs que están reseñando sus libros.

Después de esto comprenderán que mis dudas tienen algo de peso. Aunque, claro, si se puede mantener la colección con ventas por debajo de los mil ejemplares entonces me muerdo la lengua. No creo que consigan muchas más con la mayoría de títulos que están publicando. En todo caso nada me gustaría más que escribir en dos años un texto entonando acto de contricción, comiéndome mis palabras. No será nada amargo.

Nota: Puede parecer que está pidiendo a la editorial que sea conservadora… y no es del todo eso. Tal y como está el mercado editorial en España, los lanzamientos tienen que estar medidos al milímetro para intentar ganar toda la inercia posible con los primeros títulos, a la vez que se evita el lastre que pueda echar abajo la iniciativa. Porque puestos a arriesgar se me ocurren algunas otras direcciones que, además, traerían a España títulos antes no traducidos. Puestos a irse al abismo hacerlo con estilo y clase marcando una época.

Nota 2: Si alguien me pregunta qué habría hecho yo, no tiene más que ponerme delante un contrato de asesor razonablemente bien pagado para que viera por dónde decidía “suicidar” yo la colección.

Nota 3: Un fuego en el abismoThe quiet woman, The Islanders, Dancers At The End Of Time, La nave estelar, Dead Water, Random Acts of Senseless Violence, Parable of the shower, Number9dream, Cyberabad days, Camino desolación… Incluso The Sub.

Nota 4: Recordemos que detrás de la colección se encuentra Francisco G. Lorenzana. El artífice de aplaudidas decisiones como la mencionada colección de bolsillo de Minotauro cuando la compró Planeta (de corto recorrido) o del premio Minotauro, y la mente detrás de los primeros pasos de la deriva que la ha llevado a la penosa situación actual (alguno dirá que ha salido adelante; y de qué manera). Espero que esta vez tenga más suerte.

Nota 5: “Genial” reseña de La máquina espacial en el ABC de uno que no se ha leído el libro. Este es el tipo de material divulgativo que se necesita para “ayudar” a vender libros y “regenerar” el mercado editorial.

Editado el 31/3/2013: Incluyo aquí algunas de las reacciones que ha suscitado este artículo en twitter. La más relevante es la de Nieves Gamonal, la traductora de Trueque mental, que comenta lo siguiente

 

 

 

 

Mientras, el diseñador gráfico Albert Cordero, que intuyo tiene alguna relación con la traductora, va más lejos y alude a la nefasta traducción de la antigua colección de P&J

 

 

 

 

 

Es posible que Carlos Gardini no hiciera un buen trabajo, aunque dado el nombre que tiene sería interesante encontrar ejemplos concretos para ver si era nefasta y hasta qué punto afectaba a esta novela que, por otro lado, dista mucho de figurar entre los libros recomendados en cualquier lista de ciencia ficción que se hace en anglosajonia. Pasadas, presentes y, me atrevería decir, futuras. En las cuales todavía hay títulos que no se han traducido.

Por otro lado La máquina espacial aparece encabezando el top de ventas del mes de febrero de este año, y todavía figura en el top anual. Supongo que no es un dato del todo consistente como para afirmar que es un éxito de ventas (hasta la campaña del día del libro hay que coger con pinzas este último dato, pues el primer trimestre suele ser de ventas bajas en las librerías, más en esta época de vacas escuálidas que vivimos), pero ahí queda eso.

Editado el 2/10/2013: El pasado 30 de Septiembre, la editorial RBA anunció el paso a mejor vida de la colección. Queda por ver qué ocurre con los títulos contratados, las continuaciones…

Patrulla de salvación se ha hecho eco de esta entrada en sus comentarios.

10 comentarios en “Sobre la nueva colección de RBA…

  1. Muy fan de las notas 2 y 3, Nacho. Yo, como soy novato en el fandom y no he leído casi nada de lo que publican, sí que voy a darle una oportunidad a varias de estas obras. Trueque mental la compraré en español porque confío en la traductora y, casualmente, hay un interesante relato de Terra Nova con una premisa similar. Probablemente me haga con La máquina espacial y también con Osama, aunque esta última probablemente en inglés, que para eso sí está en ebook. De Ballard también quiero leer algo, pero no sé qué, y de todas formas, me da cierta pereza, porque la peli de Crash no me convenció.

    Por otra parte, no sé a qué narices esperan en RBA para publicar en ebook. Sí, ya sé que apenas se venden ebooks en España en comparación con el papel, pero si tan suicidas son como dices…

    • Jordi. De Priest merece la pena antes que ese cualquier otro libro que puedas encontrar suyo, traducido o en VO… salvo Indoctrinario. Y si es por un pastiche Wellsiano, con toques steampunk, Las naves del tiempo, de Stephen Baxter, me pareció mucho más satisfactorio.

      Sobre Ballard, lo mejor es acercarse a los relatos o a obras más recientes como Furia Feroz http://tienda.cyberdark.net/furia-feroz-n2583.html o Milenio Negro. De las publicadas por RBA quizás La isla de hormigón sea la menos “excesiva” de las novelas publicadas. Aunque a mi el ejercicio de exceso de “Crash” me sedujo hace más de quince años.

      • Precisamente porque me gustó la de Baxter (se alarga demasiado, aunque sea necesario) me llama la atención esta de Priest. Gracias por recomendar Furia Feroz, tiene buena pinta.

  2. Sospecho que las expectativas de RBA son otras y diferentes que las de Omicron en su tiempo. La colección combina clásicos modernos con nuevos autores que, a mí personalmente, me interesan bastante. Sí, hay decisiones extrañas como los omnibus (que no sé cómo de rentables serán) y la reedición de una obra menor de Sheckley, pero yo al menos pienso seguir apoyando a la colección. Me interesan buena parte de lo que publican, y espero que ese millar de ejemplares basten para mantener la colección adelante.

    • Mariano, hacer públicas este tipo de opiniones no es dejar de apoyar la colección. Pero ese es otro asunto.

      Sobre los omnibuses, no tengo una opinión formada, clara, unívoca… Por un lado tenemos lo que está haciendo Alamut con Asimov. Todo el mundo tiene las fundaciones, pero es difícil para los fans de nuestra edad resistirse a una nueva traducción en condiciones de esos libros. O tener todos los relatos de robots. O las novelas de Lucky Starr. Por 24€ o así, con buen papel, una buena cubierta… También me gusta lo que hizo Minotauro con las grandes novelas de Le Guin. Vale, es la traducción de siempre (Minotauro hace tiempo que dejó de preocuparse por editar), pero en un bonito volumen tienes tres obras maestras. No tengo claro que con Wells pueda ocurrir lo mismo porque la percepción de este autor es diferente. Anterior a la ciencia ficción, siglo XIX, antiguo… De hecho Valdemar comenzó hace unos años a publicar sus relatos y, si no me equivoco, lo dejó porque no funcionó demasiado bien. Desde luego, en el mismo formato que el resto de la colección a mi no me apetece nada. Para eso me quedo con los de Mis Libros, una colección que además incluye pequeños ensayos críticos sobre las novelas.

      Por otro lado está el libro de Le Guin, que es otro tipo de Omnibus. No son clásicos, sino títulos menores, breves en comparación a lo que suelen ser las novelas hoy en día. Quizás una de ellas por 15 o 16 euros parecería mucho, pero todas así por 19, puede funcionar.

  3. Tremendo lo del ABC. He pasado un buen rato navegando por esos enlaces. Lo cierto es que a uno siempre le parecen misteriosos los caminos que eligen las editoriales. Como bien señalas, hay libros de auténtico valor literario sin publicar en España. E incluso más comerciales.

  4. Sobre la debacle de Minotauro habría para hablar largo y tendido… Básicamente, Planeta se ha cargado un sello editorial que era referencia en el ámbito del género fantástico para vender calendarios de Tolkien y promocionar a autores “de la casa” a través del Premio Minotauro, (en comparación, el Premio Planeta es de una justicia y una transparencia comparables a los juicios del rey Salomón). Triste, muy triste. Ahora RBA intenta no repetir errores apostando al rojo y al negro a la vez: por un lado, reediciones de clásicos o recuperación de inéditos que no supongan un gran desembolso en pago de derechos de autor; por otro, novedades de autores anglosajones ‘mid-list’, siempre que su libro venga refrendado por algún premio literario, o sea un éxito moderado entre el fandom del otro lado del Atlántico, (españoles abstenerse). Ahora, que si así esperan que la flauta suene dos veces y consigan encontrar el próximo Juego de Tronos a precio de saldo, como ocurrió con Gigamesh, van listos…

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