Traveller of Worlds: Conversations with Robert Silverberg, de Alvaro Zinos-Amaro

Traveller Of WorldsEs difícil precisar cuándo Robert Silverberg pasó de ser uno de los muchos escritores estadounidenses que había leído a convertirse en uno de las piedras angulares de mi pasión por la ciencia ficción. Mucho tiene que ver que consiguiera en una visita a Madrid los tres títulos seleccionados por Alejo Cuervo para la segunda época de Martínez Roca Super Ficción: Muero por dentro, Tiempo de cambios y La torre de cristal. Tres novelas de aúpa que leídas la una detrás de la otra me ataron a una narrativa demoledora donde la voz del narrador formaba un todo con la historia y los temas a desarrollar. Aquellos años entre 2001 y 2004, el período Cyberdark, fueron años de comprar mucho libro “viejo”, de conseguir títulos imposibles de encontrar en Santander. Me hice con prácticamente todos sus libros traducidos. Leí colecciones de relatos magníficas como La otra sombra de la Tierra o Lo mejor de Silverberg, la mayor parte de la producción de su época de esplendor (Estación Hawksbill, Por el tiempo, Alas nocturnas, El hombre en el laberinto…), los libros que escribió en los años 80, generalmente peor considerados y con títulos que bien merecen una nueva lectura (Tom O’Bedlam, La estrella de los gitanos). Incluso, alentado por Alberto García-Teresa cuando convirtió Solaris en algo más que un catálogo de publicaciones de La Factoría de Ideas, le rendí un pequeño tributo en la forma de breve artículo sobre sus temas y obsesiones. En este contexto es fácil entender por qué Traveller of Worlds despertó mi interés cuando Elías Combarro lo reseñó en Sense of Wonder.

El libro recoge varias conversaciones entre Alvaro Zinos-Amaro y Silverberg hace un par de años. Una serie de entrevistas centradas en aspectos no demasiado tratados de su vida. Quien espere un repaso a su obra y su relación con el mundo de la ciencia ficción puede salir escaldado. Aunque es imposible que estos no aparezcan (y lo hacen con una cierta amplitud), Silverberg los ha tratado abundantemente en otros lugares, algunos muy recientes como los textos que acompañan a The Collected Stories de Subterranean Press, pura historia de la ciencia ficción. Aquí hay espacio para otro tipo de facetas. Unas más sugerentes. Otras, me temo, bastante menos.

Entre estas últimas figuran su afición por la botánica; una multitud de viajes que ha hecho al extranjero, fundamentalmente Europa; la costumbre que tiene de salir a cenar fuera de casa… Vivencias y hábitos que ayudan a construir la dimensión humana detrás del escritor pero que, incluso en mi caso, he leído en diagonal cuando monopolizaban la conversación. Y no es algo excepcional. La suerte es que también aparecen otros asuntos mucho más atractivos. Por ejemplo su forma de trabajo, la rutina disciplinada que ha mantenido casi de manera inalterable desde el inicio de su carrera en los años 50 cuando redactaba hasta 5000 palabras al día y hubo años de rondar los dos millones. Es apenas un ejemplo de los múltiples detalles que dan la vuelta a las tornas y convierten Traveller of Worlds en un delicioso detrás de la máquina de escribir para el fan fatal del autor de El libro de los cráneos o Regreso a Belzagor.

Silverberg y Zinos-AmaroEn este retrato planea en varias ocasiones la idea de la proximidad de la muerte. No como un sentimiento opresivo sino como una realidad insoslayable cada vez más próxima. En este contexto, uno de los capítulos más reveladores es el repaso a una multitud de autores fundamentales de la literatura universal, incluyendo la lista de los Nobel (sic), donde una vez más queda al descubierto la fastuosa formación humanística de Silverberg (una de las claves para entender tanto su maestría como la singularidad de su obra) y cómo está dedicando el tiempo que le pueda quedar a solventar cuentas pendientes o releer clásicos que hace tiempo quedaron atrás. Su desconexión con la ciencia ficción, un género que hace 15 o 20 años todavía dominaba, es evidente cuando los autores más modernos que se nombran están en su mayoría muertos.

Existen pasajes en los cuáles me hubiera gustado algo más de desarrollo. Así la parte en la que trata su visión política se queda un tanto coja y le hubiera venido bien algo más de espacio. Aun así, en su brevedad, dejan al descubierto su perspectiva liberal de las cuestiones sociales, el respeto escrupuloso por la libertad individual en el orbe privado, junto a su ideología conservadora en lo económico y una percepción apocalíptica de la administración Obama.

Cuando toca de cerca la ciencia ficción destacan la semblanza de su convivencia junto a Randall Garrett y Harlan Ellison en el Nueva York de los años 50, y la relación que mantuvo con ambos; el recuerdo de autores a los que considera sus maestros aunque comenzaran a publicar prácticamente a la vez, caso de Robert Sheckley y Philip K. Dick; y su gusto por una ciencia ficción más, digamos, aventurera cercana a lo que escribía Jack Vance. En este sentido se entiende mucho mejor la escritura de libros como La faz de las aguas, La estrella de los gitanos o la serie de Valentine, complicadas de asimilar para los lectores que sobre todo lo idolatran por sus novelas y relatos de 200 páginas escritos entre los 60 y los 70.

¿Merece o no la pena Traveller Of Worlds? Supongo que si, como yo, eres muy muy muy fan de Silverberg, puede resultar satisfactorio. En especial si, además, no te importa pasar por encima de numerosos fragmentos. Por cierto, su utilidad como obra de referencia se hubiera beneficiado de algún tipo de índice onomástico para facilitar su consulta una vez has terminado su lectura tradicional.

Traveller of Worlds: Conversations With Robert Silverberg, de Alvaro Zinos-Amaro
Fairwood Press, 2016
280 pp. Tapa blanda.

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