Después del recuerdo de Ray Bradbury de la semana pasada, toca una de las actividades más amargas en las que reincido de vez en cuando: comprobar el tipo de editorial en que se ha convertido Minotauro.
Como comenté hace siete años cuando cumplió su 50 aniversario, Bradbury fue parte fundamental en su nacimiento. Como testimonio tenemos la entrevista que Julián Díez hizo a Paco Porrúa para el número 23 de la revista Gigamesh, de la que extraigo lo siguiente
¿Cómo llegaste a la ciencia ficción?
Por un medio totalmente ajeno al género. Leí un artículo en el año 1954 en Temps Modernes, la revista que publicaba por entonces Sartre, titulado “Qué es la ciencia ficción”. Para mi fue una sorpresa en un cierto sentido, pero sólo relativa: era como una continuación de lo que había leído en mi juventud, Verne, Wells, Poe, la literatura fantástica argentina… Busqué libros en Buenos Aires y encontré El hombre ilustrado, de Bradbury, que cumplió todas las exigencias que tenía como lector: estilo inspirado y adecuado, imaginación en los argumentos e incluso una ideología que me pareció atractiva. Ya en aquel artículo se trataba a la ciencia ficción como la literatura crítica y Bradbury seguía esa pauta, aunque luego el género la haya perdido en parte
(…)
Nos hemos desviado del tema de cómo te acercaste al género y creaste la editorial.
Después de Bradbury, leí a Sturgeon y Simak. Entonces trabajaba como redactor en una enciclopedia y sentía la necesidad de entrar de un modo más activo en el mundo de los libros. Conseguí un poco de dinero y contraté Crónicas marcianas, El hombre ilustrado, Ciudad y Más que humano (…).
Como se puede leer, Bradbury fue imprescindible en la génesis de Minotauro. No sólo fue el escritor que puso a su editor sobre la pista de la ciencia ficción que se estaba escribiendo en la época: dos de sus obras estaban entre las primeras que publicaron. Algo que la editorial homenajeó hace siete años con un volumen conmemorativo de Crónicas marcianas.
¿De qué manera ha recordado la Minotauro de 2012 la muerte de este autor fundamental para la historia del sello? Con el siguiente correo electrónico:
Ray Bradbury, autor de Fahrenheit 451 y Crónicas marcianas, fallece a los 91 años de edad
Minotauro contiene en su fondo editorial las grandes obras
del maestro de la ciencia ficciónTítulos de Ray Bradbury publicados en Minotauro:
- Fahrenheit 451
- Crónicas Marcianas
- Ahora y siempre
- Green Town (El vino del estío y El verano del adiós)
- Zen en el arte de escribir
- El maravilloso traje de color vainilla
- Remedio para melancólicos
- El Árbol de las Brujas
- Columna de Fuego
Ray Bradbury
Ray Bradbury nació en Waukegan, Illinois, en 1920, y reside en Los Ángeles desde 1934. Bradbury fue un ávido lector en su juventud además de un escritor aficionado. No pudo asistir a la universidad por razones económicas. Para ganarse la vida, comenzó a vender periódicos. Se formaría como escritor de manera autodidacta a través de libros, comenzando a escribir cuentos con una máquina de escribir. Sus primeros trabajos los vendió a revistas a comienzos de los 40. Entre novelas, colecciones de cuentos, poemas y obras de teatro, ha publicado más de una treintena de libros. Ha desarrollado una amplia actividad en el mundo del cine, el teatro y la televisión. En 1989 fue nombrado Gran Maestro de la SFWA (Asociación de autores de ciencia ficción norteamericanos) y en 1999 recibió el SF Hall of Fame por toda su carrera.Para más información:
Ray Bradbury en Minotauro
Un miserable copio pego de la biografía que debe aparecer en las solapas de los contados libros de Bradbury que continúan en catálogo y el listado de sus obras que tienen en el almacén. Una “preciosa” manera de rendirle pleitesía que dice tanto de la editorial en que se ha convertido como que ya no estén disponibles algunas de sus mejores obras (Las doradas manzanas del sol, Sombras verdes, ballena blanca, Las maquinarias de la alegría…).
Y algo ya comentado. Minotauro conserva traducciones de Crónicas marcianas, El hombre ilustrado y El vino del estío con más de cinco décadas a sus espaldas sin los criterios de calidad exigibles en los últimos años. Trabajos más que amortizados que se conservaban bien frente a la media de aquella época, hechas con el cariño del aficionado, pero absolutamente desfasadas.
Ya que Minotauro no parece interesada, sería interesante que alguna otra editorial abordase una nueva traducción tal y como Impedimenta hizo con la retraducción de Solaris. Todos saldremos ganando y Bradbury lo merece.
Completamente de acuerdo. Pudiera ser, pero me extrañaría que aprovecharan la coyuntura para reflotar la obra de Bradbury con nuevas traducciones. Recuerdo que denuncié su actitud pasota cuando estrenaron la película basada en El prestigio, de Christopher Priest. No sólo no hicieron nada especial (a lo sumo, una cubierta nueva), sino que la página dedicada al libro en la web de la editorial confundía la sinopsis con la de otra novela. Y aún sigue así.
Exacto. Un simple cambio de cubierta y de vuelta a las librerías en las mismas condiciones para languidecer, acumular polvo, acabar “ofertado” http://tienda.cyberdark.net/el-prestigio-el-truco-final-n207.html y Priest descatalogado. Otro de los muchos cadáveres en el cambio de ciclo de Minotauro de hace unos años.
La cuestión es la que indicas al final: la despreocupación por el catálogo. A veces da la sensación que toda promoción se reduce a mandar unas notas de prensa, por correo electrónico o impresas, enviar x ejemplares de cortesía para las reseñas de rigor, facilitar alguna entrevista con el autor… y hasta la pila de saldos.
Centrados en el caso de Bradbury, ¿qué costaba haber hablado con algún colaborador o con uno de sus redactores para un texto recordando su figura, su simbiosis con Minotauro, sus libros fundamentales? Una muestra de “interés” más allá del meramente “comercial”: se ha muerto alguien superimportante y nosotros vendemos sus libros. Que, en el fondo, es lo que interesa y lo que mantiene viva la máquina de publicar. Pero las formas son importantes. Más en el mundo de la literatura.
Y una muestra de que saben que su editorial no nació hace diez años cuando la compró Planeta. O quizás sí.
De hecho, en La casa del libro, por ejemplo, han colocado una mesa dedicada a Roth y a Bradbury. En la de Roth han puesto todos los que Seix Barral acaba de reeditar con apenas una semana de tiempo de reacción (espectacular). Y aunque no hubieran reaccionado así, en Debolsillo hay reeditadas un montón de novelas suyas. En el lado de Bradbury han tenido que poner el ejemplar de bolsillo de El hombre ilustrado, y un Farenheit de hace tiempo, porque no hay nada más. Yo les daría un poco de tiempo, pero lo cierto es que viendo cómo reaccionaron con cosas como lo de El prestigio y lo de 2012 no me fiaría mucho.
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