El idioma más hablado del mundo es el chino mandarín. Sin embargo, son pocas o muy pocas las obras de literatura escritas originariamente en ese idioma que pueden ser leídas por occidentales. Y ya si hablamos de ciencia ficción, la cosa se pone peor. Por eso cuando oí hablar a Odo en su magnífico blog Sense Of Wonder de Liu Cixin en términos elogiosos decidí que tenía que leer algo de ese autor. En otros lugares he hablado de mi interés por una ciencia ficción “no occidental” y después de haber visitado China el año pasado no podía pasar por alto la oportunidad de leer a su escritor de cf más prolífico y popular. Sobre todo cuando la editorial Hot in China ha decidido traducir sus obras al inglés y poner a la venta en la tienda Kindle de Amazon algunas de sus novelas cortas a 0.89 € con promociones especiales en ciertos días que permiten su descarga gratuita. Tener que quitar el DRM con programas “alegales” para poder leerlo en .epub es una cosa que obviaré, pero sigue clamando al cielo.
The Wandering Earth fue el título elegido para introducirme en la obra de Cixin. El argumento de esta novela no es excesivamente original: el Sol se agota y amenaza con absorber todos los planetas internos, previa tormenta solar que borrará toda la vida humana de la faz de la tierra. La solución consensuada es lo novedosa: convertir al propio planeta en una gigantesca nave espacial propulsada por motores de fusión alimentados por la propia materia terrestre hasta su nuevo hogar en Proxima Centauri. El narrador y protagonista es un niño cuando comienza el viaje, y a través de él conocemos sus avatares.
El punto fuerte de la novela son sus potentes imágenes. Los enormes motores, los efectos de la gravedad cambiante en el ecosistema terrestre y la vida en esas condiciones tan extremas son puro sentido de la maravilla. Asistiremos a descripciones de catástrofes a las que Roland Emmerich solo puede aspirar a soñar. Olas de 300 metros de alto que arrasan continentes, océanos congelados y una escena especialmente memorable con Júpiter dominando por completo el firmamento. La clase de potencia imaginativa que solo la buena ciencia ficción es capaz de conseguir. Y en solo 50 páginas.
Como es natural cambios tan bruscos en la superficie conllevan sus contrapartidas sociales. Y aquí es donde Cixin me “chirría”, aunque creo que tiene que ver con su origen típicamente chino. Las relaciones son completamente frías e impersonales, y aunque se explica que ese desapego proviene de las circunstancias hay algo más que tiene que ver con una nación en la que prima más el pragmatismo económico que los sentimientos. En mi estancia en Shanghai vi fotos de chicas jóvenes en una plaza con números que correspondían a sus medidas y frases escritas en chino. Pensaba que eran desaparecidas, pero en realidad eran jóvenes casaderas a las que sus padres buscaban marido. Y por lo visto no se conformaban con poco: si no tenían casa propia y un buen trabajo mejor ni intentarlo. Ese mismo pensamiento impregna The Wandering Earth de principio a fin.
El clímax es otro momento que, al menos según mi interpretación, es propio del origen del autor. Por no destripar demasiado el final dejémoslo en que la moraleja que he sacado es “Confía en el gobierno, incluso cuando parezca que las cosas van mal, y sus decisiones son errores. Ellos saben lo que es bueno para ti”. Si uno lo piensa demasiado es hasta escalofriante.
Hot in China tiene ahora mismo en catálogo cinco obras más de Liu Cixin en inglés. Por ahora me he hecho con otra más: Devourer. Si se parece en algo a The Wandering Earth sé que la lectura será, como poco, apasionante.
Antes de nada, gracias por los piropos a mi humilde blog 🙂
Me alegro de que te haya interesado la obra de Liu Cixin. Para mí es uno de los descubrimientos del año, especialmente por esas espectaculares imágenes que mencionas. Puro sentido de la maravilla.
Sí que es cierto que en la parte de desarrollo de personajes y en el enfoque de los cambios sociales flojea un poco, pero creo que además de la ideología también influye la (corta) longitud de la obra. Tengo muchas ganas de ver cómo se desenvuelve en distancias largas (he oído hablar muy bien de su trilogía de novelas “The Three Bodies”.
En cualquier caso, creo que es refrescante encontrar autores que, como Liu Cixin, tratan la CF desde un punto de vista diferente al que estamos acostumbrados.
La acabo de terminar, un locurón de historia, recomiendo leer “Taklamakan” de Bruce Sterling (disponible online) inmediatamente después de “The Wandering Earth”, el cuento de Sterling parece un comentario cínico a la de Cixin, aunque es muy anterior.
Por otro lado, coincido con tu reseña, una historia plagada de imágenes muy potentes y espectaculares, extraña en las relaciones entre los personajes (cuando el padre se lía con la profesora es un momento wtf? absoluto) e inquietante en su conclusión (y en su irreprimible optimismo y confianza). Leyéndola me vino a la cabeza la ingeniería social china más bestia tipo El Gran Salto Adelante de Mao, o la construcción de la presa de las Tres Gargantas, “The Wandering Earth” parece una sublimación en clave de cf de estas ordalías.
Bueno, odo, yo tengo otras dos más en la rampa de lanzamiento (“Devourer” y “Mountain” y esta última creo que te gustó más) y seguro que le doy otro tiento. Ya iré contando qué me parece.
Apuntado el cuento de Sterling y en mi instapaper ya.