Cuando hace unas semanas Albert Monteys subió a twitter unas páginas de adelanto de su nuevo proyecto, un tebeo de ciencia ficción titulado ¡Universo!, mi reacción fue algo tal que así; “¡Monteys haciendo ciencia ficción! ¡Y no es de humor! ¡¿Cómo se atreve?! ¡Pero Monteys, saca otro Calavera Lunar de una vez! ¡hazme de reír!”. Soy el lector que nadie querría tener.
Pero quizá no sea tan sorprendente que Albert Monteys, en mi opinión uno de los tres o cuatro mejores autores de tebeos de humor que hay en España (y tenemos muchos y muy buenos), haya elegido la historieta de ciencia ficción para su nueva aventura en solitario, puesto que se trata de un género al que ya ha acudido en el pasado. Por ejemplo con Calavera Lunar nº 237 (1996) o aquel intento de editar un necesario tebeo infantil por parte de El Jueves, Carlitos Fax (2005). En este caso, además, el proyecto se edita en formato electrónico e irá apareciendo en www.panelsyndicate.com, la web donde Brian K. Vaughan y Marcos Martín llevan publicando The Private Eye durante algunos años con suficiente éxito como para ampliar su oferta invitando a Monteys a incorporarse a la web.
¡Universo! es, será, una serie limitada de seis números que acogerá historias cortas de ciencia ficción, algo que siempre ha funcionado de maravilla, desde los Weird Science de EC (e incluso más atrás), pasando por Marvel (Unknown Worlds) o DC (Mistery in Space), hasta llegar a las obras de los artistas de Warren, Les Humanoides Asocieés y Toutain que yo leía ávidamente en los Cimoc, 1984 y Zona 84 de mi adolescencia. El primer número de ¡Universo! se adscribe plenamente a esta venerable tradición, con una historia que sigue más o menos la infalible estructura de idea loca, crítica social y giro final sorprendente. Se trata de un argumento de viajes en el tiempo ambientado en un futuro completamente dominado por el mercantilismo más implacable y extremo, donde el afecto lo proporcionan robots. Un mundo en el que corporaciones enloquecidas a las que ya sólo les queda el pasado por explotar, pretenden llevar el concepto de product placement y propiedad privada hasta niveles subatómicos. Una idea a la que no le hubieran hecho ningún asco un Sheckley o unos Kornbluth & Pohl, por poner un ejemplo de maestros de la ciencia ficción satírica y humanista, preocupada por las dinámicas sociales y económicas de su tiempo y su proyección en el futuro. Todo esto con el interés añadido de ése protagonista resignado y hastiado, “el empleado”, que como un nuevo e inesperado héroe de las mil caras, nos muestra la única manera digna de enfrentarnos a las frustraciones del tiempo y lugar que vivimos; con un buen corte de mangas. Un héroe pochísimo además, que privado de sensación de triunfo, o de cualquier tipo de catarsis, queda al pobre consuelo de su cuidador robot, una forma tan tristona de rematar la historia que me han dado ganas de abrazar al tebeo, ponerle una manta y llevarle una taza de chocolate caliente.
Gráficamente ¡Universo! es estupendo, como es de esperar. Monteys dibuja en un estilo más realista que el que emplea habitualmente en sus tebeos de humor, utilizando una planificación y diseño de páginas imaginativo y variado, en el que llaman la atención el empleo del color y las splash pages que subrayan los momentos dramáticos, dan espectáculo y contribuyen a crear el sentido de la maravilla requerido. La ambientación general del mundo futuro que presenta Monteys me ha recordado a las historias retrofuturistas de Adolphus Claar, de Chaland, pero quizá se trate más de un grave trastorno compulsivo que me obliga a lanzar referencias a voleo para hacerme el leidillo que de una influencia directa. Por lo demás, el formato apaisado está perfectamente ajustado para tabletas (quizá mejor si son pantallas 4:3) y hasta los fetichistas del papel reconocerían, tras un número indeterminado de horas de tortura, que es muy cómodo de leer. Aunque imagino posible una reedición en tomo físico cuando se acaben de publicar los seis números, si la cosa funciona bien.
Pues eso, que está muy bien, y sólo cuesta la voluntad. A ver si conseguimos que Monteys nos cuele un astronauta con calavera en alguno de los próximos números. Con eso me conformaba.
¡Universo! #01, de Albert Monteys
http://panelsyndicate.com/
Formato electrónico, 32 pp.
Precio voluntario.
Es un pedazo de cómic. De lo mejor que ha habido durante el 2014.
El problema que le veo es que Monteys hace todo el tebeo él solo. Es demasiado trabajo para una sola persona si quiere publicar cada 2 meses.
Probablemente la idea de sacar un número cada dos meses sea una declaración de intenciones más que otra cosa y acabe teniendo la periodicidad irregular de muchos tebeos “independientes”, es decir, que saldrá cuando haya material que publicar. Por mí no hay problema y prefiero que Monteys se tome el tiempo que crea necesario a una entrega bimensual hecha deprisa, corriendo y con agobios.
Acabo de leerlo y coincido con tu opinión. Lo he cogido sin muchas ganar y al acabarlo me he dado cuenta de que era el cómic que llevaba tiempo esperando: divertido, original, sin grandes ambiciones, autoconclusivo, rápido de leer… Ya espero el siguiente número.
Me alegro de que te haya gustado!
Pingback: Propuesta candidatos Ignotus 2015 mejor artículo | Aburreovejas
Pingback: Propuesta candidatos Ignotus 2016 mejor artículo | Aburreovejas