Dentro del resurgimiento de la literatura de Tim Powers en castellano en este final de 2014, Tiempo de sembrar piedras rellena el espacio de tiempo dejado entre la nueva Ocúltame entre las tumbas y la reedición de La fuerza de su mirada. Respectivamente, segunda y primera parte de una historia de vampiros que aún no he tenido oportunidad de saborear y, como se verá más adelante, con cierta importancia en la antología que nos ocupa.
Tiempo de sembrar piedras es en realidad una reedición ampliada bajo un título diferente. Hace cinco años, durante el día del libro, Gigamesh editó como regalo promocional un pequeño tomo llamado El reparador de biblias en el cual se incluían cuatro de los seis relatos que aparecen en este nuevo lanzamiento. Los dos restantes, a la postre los más extensos, tienen su relevancia en este momento en que se presentan. “Salvación y destrucción” es uno de sus últimos cuentos, fechado en 2013, y “Tiempo de sembrar piedras” sirve de nexo entre los dos libros de la citada saga vampírica, con los cuales comparte algún personaje e importancia argumental.
De la misma manera, en esta antología volvemos a encontrarnos al Tim Powers de los viajes en el tiempo y de las consecuencias de las acciones tomadas durante ese periodo en que nuestro cuerpo se traslada. Tampoco vamos a echar en falta sus múltiples referencias no solo a legendarios personajes sino a la poesía y la literatura de la época en la que nos situemos en cada caso. El punto positivo es que, tratándose de textos en su mayoría más breves, el autor va a tener menos oportunidad de recrearse en descripciones que en otros casos pueden ralentizar la lectura. Esto favorece un ritmo ágil de unos relatos que dejan sabores dulces o amargos en función de cada uno de los lectores que se introduzcan en ellos. Vamos con un pequeño repaso a lo que podemos encontrar en su interior.
“Donde quiera que se oculten” es una historia de viajes en el tiempo algo compleja, por no decir confusa, ya que apenas existe una transición clara entre los dos momentos en la línea temporal, y apenas queda un instante para la presentación de los personajes y situarnos en la acción. En su conjunto, me ha dejado frío.
Algo más sencillo, “Un alma embotellada” es una bonita historia de un buscador de libros en tiendas de antigüedades que se cruza con el fantasma de una joven retenida en las páginas de uno de ellos. Nuestro protagonista intentará ayudarla a escapar de esa situación.
“El camino de bajada” es uno de los relatos más interesantes. Para ello, el autor únicamente hace uso de una reunión de un nutrido grupo de personas a la que nuestro protagonista hace tiempo que no acude. El motivo lo tendréis que descubrir vosotros, pero Tim Powers nos ofrece una nada despreciable historia de inmortalidad, venganza y poder.
“El reparador de biblias” es la historia que daba título al recopilatorio de hace un lustro. Se trata de la pieza más breve, pero no por ello está exenta de interés. Volvemos a tener a un hombre cuya vida gira alrededor de los libros: un reparador de biblias. Recibe encargos para eliminar pasajes de ellas a gusto del pagador, en función de su moralidad o ideología. Además, es capaz de capturar almas y guardarlas en objetos. Esto, junto al hecho de que el alma de su hija fuera secuestrada hace tiempo, es el hilo conductor de este relato de apenas diez páginas.
“Salvación y destrucción” es para mí lo mejor de toda la antología. Una apasionante novela corta de casi sesenta páginas que, nuevamente, nos trae un hombre cuya vida está dedicada a los libros antiguos. En este caso entre otros tomos llegará a sus manos un manuscrito de Sophie Greenwald. Poco después sufrirá un viaje temporal que le llevará junto a la propia Sophie, a la que intentará proteger de aquellos que la quieren forzar a terminar la traducción de un texto con ciertos poderes que descubrimos en la propia lectura.
El último relato es “Tiempo de sembrar piedras”. Y aunque mi opinión no es favorable, está altamente influenciada por el hecho de que no he leído ni La fuerza de su mirada ni su sucesora. Su protagonista es Edward Trelawny, uno de los personajes de Ocúltame entre las tumbas. Por ello, para los neófitos, esta narración de cuarenta páginas se deja leer, pero no he sido capaz de apreciar exactamente su importancia en el contexto de la obra de Tim Powers.
Como comentaba al inicio, Tiempo de sembrar piedras se publica en un momento de relanzamiento del autor en nuestro país. Por tanto, y dado que es posible que su nombre le llegue a personas que nunca se habían acercado a sus libros, ésta quizá sea una buena manera de conocer no solo la forma de escribir de Tim Powers sino los habituales recursos que utiliza de manera recurrente para, después, darle una oportunidad a cualquiera de sus varios libros ya editados. Tanto para ellos, como para los habituales del género, se trata de una nueva oportunidad de profundizar en los temas con los que tanto le gusta trabajar.
Tiempo de sembrar piedras (Gigamesh, col. Gigamesh Breve nº4, 2014)
Traducción: Natalia Cervera, Adela Padín Romero y Ana Quijada
Rústica. 208pp. 16 €
Ficha en la web de La tercera fundación