Sueños nuevos por viejos, de Mike Resnick

Sueños nuevos por viejos

Sueños nuevos por viejos

Es en las distancias cortas donde la fragancia de un hombre se la juega. Así rezaba el eslogan publicitario de una famosa colonia masculina, un lema perfectamente aplicable a una colección de relatos. Un escritor puede tener cierto éxito con sus cuentos si son un poco originales y tienen un estilo propio característico, dentro de una revista o una antología de varios autores. Pero es en una colección donde se verá si sus relatos son sólidos, tiene una variedad de registros e, incluso, si su «voz» es realmente propia o es tan sólo una pose; si repite esquema, tono y artificios literarios una y otra vez, se pondrá rápidamente de manifiesto.

En la literatura fantástica actual hay pocos escritores como Ted Chiang o Zoran Zivkovic que rayen a gran altura. En el caso que nos ocupa, viendo el palmarés de premios que tienen sus relatos, podríamos intuir que Mike Resnick también estaría entre ellos. Cuando el lector se sumerja en esta antología verá que su intuición era correcta; pese a que algunos de ellos son más bien discretos la mayoría resultan notables y unos pocos realmente extraordinarios. Lo primero que llama la atención es la versatilidad temática y la gran facilidad que demuestra Resnick a la hora de mezclar géneros literarios. Pero, sobre todo, sus cuentos son una disección de las relaciones humanas y una reivindicación de otra forma de vida distinta a la occidental.

Sigue leyendo

Metropol, de Walter Jon Williams

Metropol

En un planeta con una superficie urbanizada por completo donde una barrera impide escapar al espacio, el plasma se ha convertido en la energía que alimenta la civilización; una sustancia con propiedades sobrenaturales que emana de las construcciones y puede ser controlada para conseguir aquello que se desee. Sin embargo su acceso está limitado por La Compañía del Plasma, una entidad que monopoliza su extracción, distribución y uso. Los intentos de quebrantar ese dominio son castigados con penas severas y, aunque hay un mercado negro, el riesgo resulta demasiado alto. Tras un incidente en el que un uso ilegal de plasma ha producido varios muertos y una considerable destrucción, una funcionaria que trabaja para la Compañía, Aiah, descubre un depósito desconocido. Ante ella se plantea el dilema de si debe notificar su posición o, por el contrario, ocultarlo y sacarle todo el partido que su vida le ha negado. Aiah pertenece a los barkazil, una minoría étnica con escasas posibilidades económicas, y no ha podido estudiar la «magia» que posibilita el manejo de plasma. Jugándose su futuro a una carta, toma la opción b) e inicia un nuevo rumbo vital que le devuelve la ilusión que había perdido.

Sigue leyendo

El último guardián de Everness, de John C. Wright

El último guardián de Everness

El último guardián de Everness

A John C. Wright se lo conoce en este país por la trilogía La edad de oro, una serie de ciencia ficción publicada por Bibliópolis hace más de dos años que ha tenido buenas críticas y que, sinceramente, me atrae bastante. Ahora, de la mano de Berenice, nos llega su propuesta entorno a la fantasía: La guerra de los sueños, serie que consta de tres volúmenes y el primero es éste, El último guardián de Everness. Un título altisonante que esconde una historia de fantasía épica donde la imaginación del autor se vuelca por completo aunque de forma torrencial. Pero mejor me explico poco a poco.

El último guardián de Everness es la historia de siempre pero explicada con un toque personal. Me refiero a la vieja lucha entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, la virtud y el pecado. Galen Guarpasos es el último de los guardianes de Everness, que vigila día tras día la llegada del enemigo final a través de sus sueños. Cuando eso ocurra hará sonar el cuerno de plata que despertará las fuerzas de la luz y provocará la creación de un nuevo mundo, pues el viejo será destruido en la batalla definitiva.

Sigue leyendo

Frenesí gótico

Frenesí gótico

Frenesí gótico

En el principio fue lo gótico, y luego vino el resto. Antes de que J. R. R. Tolkien, George R. R. Martin, Isaac Asimov, Theodore Sturgeon, Stephen King y H. P. Lovercraft nos deleitasen con sus creaciones, fue el tiempo de Ann Radcliffe, Horace Walpole, Matthew G. Lewis, Charles R. Maturin, William Beckford y Mary Shelley. Y sin estos inmensos precursores ni la ciencia ficción, ni el terror, ni la fantasía existirían hoy en día tal como los conocemos.

La literatura gótica nació dentro de la marea romántica como una respuesta a la Ilustración del XVIII. Frente al gusto por lo racional y científico, por lo equilibrado y clásico, el género gótico es todo lo contrario, desmesurado, irregular, caótico y fantástico. Cuando la ciencia arroja del acervo popular las creencias en lo sobrenatural una serie de autores deciden introducirlas dentro del terreno de lo literario.

Sigue leyendo

Camuflaje, de Joe Haldeman

Camuflaje

Camuflaje

Camuflaje confirma una desafortunada tendencia en la obra de Joe Haldeman: como tenga premio, mal rollo. Tras los sucesivos fiascos de Paz interminable o El engaño Hemingway, que lograron reconocimientos por encima de alguna obra manifiestamente más redonda como Compradores de tiempo, Camuflaje viene a resultar una nueva decepción. Y, además, ofrece una lectura trágica sobre el estado de la ciencia ficción «de género», del tipo de libros que es publicada como ciencia ficción y obtiene galardones.

Esta novela ganó el Nebula. El premio que conceden los propios escritores. ¿Dónde encontraron esos profesionales, gente que debería tener la capacidad de juzgar el mérito en la elaboración de una novela, algún valor sobresaliente a este pasarratos inane, a esta pizpireta revisitacioncilla de algunos de los más rancios topicazos del pulp? ¿De veras la situación es tal que alguien piensa que en todo el año 2004 no se publicó ninguna novela mejor que ésta?

Quiero decir, ¿no es una tragedia?

Sigue leyendo

Roma eterna, de Robert Silverberg

Roma eterna

Roma eterna

La ucronía es el género literario que desarrolla sus tramas en mundos alternativos donde la historia ha seguido un curso distinto al real, debido a que un acontecimiento del pasado sucedió de forma diferente. Dado su carácter especulativo, suele vincularse a la ciencia ficción, pues mientras ésta se pregunta «¿qué pasaría sí…?», la ucronía se plantea «¿qué hubiera pasado sí…?». Ejemplos de ucronía son El hombre en el castillo, de Philip K. Dick, donde las fuerzas del Eje ganaron la Segunda Guerra Mundial, Pavana, de Keith Roberts, que especula acerca de una victoria de la Armada Invencible, o En el día de hoy, novela en la que Jesús Torbado describe a la República vencedora de la guerra civil española.

Robert Silverberg (Nueva York, 1935) es uno de los grandes autores de la ciencia ficción anglosajona. Comenzó su carrera escribiendo novelas populares de segunda fila –y también divulgación histórica–, pero a partir de la segunda mitad de los sesenta, influido por el movimiento New Thing, decidió ampliar el alcance literario y temático de sus obras. Y así, durante un inspirado periodo que concluyó en 1976, Silverberg produjo algunas de las mejores novelas de la ciencia ficción contemporánea, como El hombre en el laberinto (1968), Regreso a Belzagor (1970), Muero por dentro (1972) o la excelente novela fantástica El libro de los cráneos (1972). Posteriormente, tras cuatro años de desengañado retiro, regresó a la escritura, decantándose por una fantasía comercial –la serie Majipoor, por ejemplo– muy alejada de la brillantez y el compromiso de su anterior etapa. Roma eterna, su última novela, parece sin embargo recuperar, al menos en parte, la ambición de sus mejores trabajos. Aunque, en realidad, no se trata de una novela, sino de once relatos ligados por un tema común. Y ese tema responde a la pregunta: ¿qué habría pasado si el imperio romano no hubiera caído nunca?

Sigue leyendo

Jurgen, de James Branch Cabell

Jurgen

Jurgen

Cuando uno va a una librería especializada y pregunta por novelas canónicas de fantasía anteriores a El Señor de los Anillos, las respuestas suelen ser las mismas que muchos autores de renombre que han corrido mejor suerte y disponen de mejor salud en librerías más generales. Los más conocedores remitirán a los cuentos de Lord Dunsany, uno de los favoritos de Lovecraft. Otros, a Entrebrumas de Hope Mirrlees, novela de cabecera de Neil Gaiman. Y pocos, pero irreductibles, dirigirán su mirada a James Branch Cabell.

James Branch Cabell, quien fuera uno de los escritores favoritos de nada más y nada menos que Robert A. Heinlein, es toda una rara avis. Proveniente de una familia aristocrática, no escribió fantasía de manera circunstancial, sino que fue algo vocacional y ya antes de llagar a los veinte años mostró sus deseos de encomendarse a este género; en aquel momento un territorio inexplorado en el cual podría hacer todo tipo de experimentos literarios, algo que no desaprovechó. Gran muestra de ello es Jurgen, novela que le sobrevivió –lo cual, profetizó con mucha razón–, y la más representativa de su estilo.

Sigue leyendo

Jitanjáfora, de Sergio Parra

Jitanjáfora

Jitanjáfora

En estos tiempos de publicación masiva las novelas, si desean mantenerse fieles al espíritu de este término, tienen que aportar alguna novedad –conceptual, formal, retórica, tonal,… – que justifique su toma consideración. Ante esta premisa, no me cabe la menor duda que Sergio Parra ha conseguido con Jitanjáfora algo al alcance de muy pocos: convertir su lectura en una experiencia fresca y estimulante; un genuino punto de ruptura con el discurso dominante en el fantástico español, por no decir europeo o estadounidense, que la aleja de sus corrientes principales para abrir su propio camino. La cuestión a dilucidar es si las licencias que se toma a lo largo y ancho de sus 260 páginas, a veces de forma justificada para favorecer la coherencia interna de la obra, otras me temo que no tanto, son o no razonables y recomiendan su lectura. Vayamos a ello.

Jitanjáfora arranca al más puro estilo el héroe de las mil caras: un perdedor, Conrado Marchale, toxicómano al borde del arroyo sin excesivas esperanzas de rehabilitación, accede a responder, por una módica cantidad de dinero, un cuestionario que le propone  una carta sorprendente. Las preguntas, un presunto sondeo de mercado, resultan tan extravagantes como ¿Qué edad cree tener?, ¿Quién de estos personajes históricos cree que fue una persona inteligente? o ¿Cuál ha sido, a su parecer, la experiencia más traumática que ha padecido en su vida? Y no lo hace nada mal pues casi al instante le ofrecen participar durante un mes en una prueba a realizar en una granja en el campo y que se convierte en un punto de inflexión: pasar dos meses y medio conviviendo con los diferentes animales de corral, metido en sus mismos habitáculos, compartiendo su comida, manteniendo su misma higiene,… alteran la vida de cualquiera. Todo forma parte de un proceso de desprogramación controlado por una sociedad secreta de magos que pretende modificar su percepción de la realidad y explotar sus cualidades singulares.

Sigue leyendo